Mi alma en otra parte
Por Rocío Pastor Eugenio
Hasta el 8 de mayo, podrán encontrar en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, “Mi alma en otra parte”, una obra de José Manuel Mora, dirigida por Xicu Masó.
La obra fue escrita en 2006 para la International Residency del Royal Court Theatre de Londres. A partir de la imagen de un olivo, el autor creó un mundo en el que la tierra se constituye como el medio para la vida, las cadenas a la misma y el tiempo, lento, tanto en diálogos como en movimientos, la excusa que da vida a la fugacidad.
Los secretos resultan no serlo tanto y las mentiras se transforman en los cimientos de la realidad. Preguntas como “¿alguna vez me has querido?” resquebrajan el ánimo de los personajes que a sabiendas de la respuesta deciden torturarse con una vida de sufrimiento y maltratarse con respuestas sin solución.
La realidad se desdobla y los reproches por tiempos pasados, tiempos perdidos, angustian, entierran y esclavizan más que ayudar a comenzar de cero.
La escenografía y la música de Edard Iniesta, a tenor del tiempo, trasladan al espectador a una cotidianeidad rasgada por el dolor. Y al final del camino una reflexión: “En cualquier vida puedes suceder cosas hermosas (…) lo triste es darse cuenta cuando caminas hacia la extinción, cuando te apagas”.
La vejez no es más que la excusa para rendirse y la juventud el problema para continuar bajo el yugo familiar.
Desde un canto a la vida que pone frente al espejo a la imposibilidad de ser libre y ser feliz, este trabajo, duro y en carne viva, hace al autor agradecer a los actores que “abran precipicios entre las palabras y creen un espectáculo de emociones frágiles, intensas y dolorosas”.
Y al final, una luz, una esperanza, la tierra se agrieta y debajo aparece la verdadera piel. Una oportunidad.
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