En defensa del pensamiento hecho en castellano: entrevista con Agapito Maestre.
Entrevista: Gonzalo Muñoz Barallobre.
Fotografías: David Elcano Villanueva.
He quedado con Agapito Maestre, profesor en la UCM de Filosofía política, para hablar de algunas de las ideas que más me han interesado de sus Meditaciones de Hispano-América, y de otras que él lanza a lo largo de sus clases.
Maestre, es una persona con carácter. Sabe muy bien lo que quiere y lo que está haciendo. Se le ve orgulloso de sí mismo, y razones, desde mi punto de vista, no le faltan. Lo que escribe se lee y lo que él opina interesa, tanto es así que no es difícil verle en alguna tertulia ofreciendo los frutos de su pensamiento. Un pensamiento bien templando después de años de lecturas, investigaciones, y como a él le gusta recalcar, de escribir. Amante de la Filosofía, no olvida la importancia del Cine y de la Literatura, es decir, su función decisiva como lugar de encuentro y aprendizaje. Pero esto ya es meternos un poco en la entrevista, y creo que lo mejor es que leamos lo que ha contestado a nuestras preguntas.
1.En tu obra Meditaciones de Hispano-América hablas del sentido hispánico de la vida. ¿Qué es lo que quieres decir con este concepto?
La cultura en lengua española tiene una singularidad. Por decirlo muy brevemente: el centro de esa cultura está en la periferia y la periferia está en el centro. Con esto quiero decir, que si uno de la Patagonia viene a Madrid se siente integrado inmediatamente, como si hubiera pasado dos calles, y uno de Madrid que va a otro lugar, que cruza a la otra orilla, pues exactamente igual. Hablo de una cultura que en términos políticos se puede singularizar, porque nosotros, España, no ha tenido colonias, por tal se entiende lo que ha tenido, por poner dos ejemplos, Inglaterra o Francia. Esto se debe a que la constitución política del imperio español eran los virreinatos, y eso ha sido una singularidad clave. De todas maneras, uno puede eludir el problema de la constitución política y quedarse con el sentido hispánico de esa cultura. Y si los gobernantes no se hacen cargo de ese sentido hispánico de la vida, difícilmente podrán hacerse cargo del sentido que puedan tener determinadas naciones que se han constituido después de 1808. Así, los hispanoamericanos, son doblemente occidentales, primero, por vía española, y segundo, porque tienen que integrar, sintetizar, qué es lo que ha significado para ellos Europa.
2.Por lo que dices, en esta experiencia, el mestizaje es algo clave.
El mestizaje étnico y cultural es determinante, sin duda, y una de las más grandes aportaciones. Ahora vemos un libro muy importante de los años 30, casi 40, en Brasil, un libro de Gilberto Freyre, uno de los grandes intelectuales brasileiros, que es Casa-Grande e Senzala, en el que defiende el sentido hispánico de la existencia. Y no solamente porque Brasil casi durante siglo y medio, todo Felipe II y Felipe III, fuera español, sino porque no se puede entender Portugal sin España, y viceversa. Pero lo que es importante señalar, es cómo se empieza a crear a partir del siglo XIX algo que nunca había existido en la cultura en lengua española en América, que es un cierto sentido de inferioridad, cuando siempre esa cultura había sido superior, incluso, a la sajona. Y es que las grandes universidades habían estado en la América española.
3.En la obra que estamos comentando, remarcas la conexión entre lo español y lo estoico. Esta idea me ha gustado y me gustaría que nos contaras un poco más.
La filosofía estoica ha tenido mucha importancia en la cultura en lengua española. Cuando hablo del estoicismo no sólo estoy diciendo “hacer de la necesidad virtud”, que ya también sería importante, sino que hablo de un modo de comprender la vida, un modo de entenderla, que en la Epístola moral a Fabio se representa a la perfección. En ella, hay tres cosas que son, aparentemente, muy sencillas, pero que en el fondo son muy complejas, es decir, el estoicismo ha intentado siempre igualar la vida con el pensamiento, que no haya contradicciones, y en este punto nosotros pertenecemos a un tradición más realista que el idealismo alemán o que el idealismo centroeuropeo luterano. A esto me refiero con la tradición estoica. Naturalmente, el estoicismo va acompañado en España de una corriente muy importante con la que convive permanentemente, que es el cristianismo. De hecho hay un estoicismo cristiano. Y si tenemos que señalar algo del escepticismo hispánico diría que se da en forma de meditación, una meditación que está en conexión directa con la vida, que no la pierde. Lo vemos en los dos grandes pensadores españoles del siglo XX, que son Unamuno y Ortega. Unamuno, que es el primero en utilizar la expresión razón vital, antes que Ortega, y lo que quiere decir es que no hay una razón que arruine la vida, la vida está ahí, y la circunstancia, como diría Ortega, sería la quinta esencia de un cierto estoicismo: “yo soy yo y mis circunstancias y si no las salvo a ellas no me salvo yo”. Y esta línea de pensamiento la vemos siempre singularizada por algún pensador a lo largo de nuestra historia.
4.Otro de los temas que aparecen en la obra es el de la literatura como racionalidad pública y, en consecuencia, como generadora de un espacio político.
Me gusta insistir en que la literatura no es solamente un asunto que meramente puede agradar a un individuo que se encierra en una habitación para pasar el tiempo, sino que también la literatura es un ejercicio de racionalidad pública, quizá, desde un punto de visto analítico, una de las maneras más geniales de acceder a entender lo que sucede. En este punto hay dos cumbres en el pensamiento español, Cervantes y Benito Pérez Galdós, tal vez el mejor novelista de todos los tiempos, el cual inventa un género literario, el episodio nacional, que muere con él porque nadie es capaz de continuarlo. El episodio nacional no se sabe si es novela o es ensayo, lo cierto, es que vemos a un personaje que va creciendo y que pasa de ser un pícaro a ser un referente moral. Pero lo mismo nos podemos encontrar con un genial loco, en el que nadie sabría decir donde acaba la locura y donde empieza la cordura, como es don Quijote. Pero, igualmente, en el siglo de Oro, nos podemos encontrar a un autor que es genial, y que von Balthasar, el gran teólogo alemán, le presta gran atención, que es Calderón de la Barca. ¿Por qué Calderón de la Barca? Porque Calderón de la Barca crea otro género que es el autosacramental. El autosacramental es la manifestación, la expresión terrenal de lo que es la religión. He puesto tres ejemplos, Cervantes, Galdós y Calderón, de cómo la literatura puede contribuir a un proceso de construcción de racionalidad pública, y así ayudar a comprender lo que sucede.
5.Es tus clases hablas de como en los momentos de fuerte crisis política se da una retirada a lo íntimo, y hay una marca de muebles, conocida por todos, que ha dado en el el centro de la diana con uno de sus anuncios en el que se nos dice: “bienvenido a la republica independiente de tu casa”. ¿Nos puedes hablar de este fenómeno de recogimiento, de este intento de huir de lo político?
La retirada, que yo llamo epicúrea, a lo íntimo, puede tener un significado político, y en buena medida las corrientes posmodernas lo que han hecho ha sido retomar la crítica que hizo en su día Nietzsche al liberalismo, pero sobre todo a los estados, a las formas de vida política del XIX. Nietzsche es un crítico radical porque dice que “nada que sea público puede ser bueno”. Por mi parte, no admito esta posición nietzscheana, ya que trato de crear una filosofía política, pero, naturalmente, parto de la base que para construirla será vencer es esta objeción nietzscheana, es decir, resolver la pregunta de si es posible construir bienes públicos o no lo es. Yo creo que la critica nietzscheana, como toda la epicúrea, es básica, es clave para aprender a construir una sociedad mejor. Ahora bien, ese momento de crítica debe ser superado. De todos modos, tanto el epicureísmo como las corrientes posmodernas que han hacho una crítica radical de la razón como bien público, deben ser tenidas en cuenta, y en este sentido, la retirada de lo público, puede ser interpretada en términos políticos: lo público está tan manchado, es tan sucio, que uno se retira a lo privado. Claro esto tiene unos límites, y esos límites es lo que los psicólogos llamarían la indefensión aprendida. Quizá, a la hora de retirarnos de lo público tendríamos que preguntarnos cuál la causa de esa retirada: o bien ha sido devorado por las estructuras políticas que han sido pervertidos, o por el contrario, es una decisión seria y la retirada a lo privado es una respuesta política. Cuando digo lo de indefensión aprendida, digo que una sociedad puede vivir, por desgracia, retirada a lo privado porque tiene miedo a enfrentarse a la perversidad pública. Naturalmente, eso es lo que hay en España y eso es cobardía, es miedo, es falta de imaginación y falta de inteligencia.
6.Dice Nicolás Gómez Dávila, en su Escolios a un texto implícito: “La solución política llega cuando uno comprende que sólo puede salvarse a sí mismo”. ¿Qué piensas de esta afirmación?
Para mí, señala algo que es muy importante: somos solitarios-solidarios. Es decir, que uno no se salva porque venga la salvación del partido o del sindicato o de una nación que funciona al margen de las costumbres de uno mismo. La solución viene cuando uno se da cuenta de que está radicalmente solo pero que la única manera de construir un bien público es a través de la solidaridad con los otros, y esta es la solución de los solitarios-solidarios, que no es propiamente anarquista, que eso es una barbarie, sino que es más bien la posibilidad, como ya he dicho antes, de construir bienes públicos, y que sólo se pueden construir a través del ejercicio político, que es la posibilidad de poder quedar con otros, la posibilidad de acordar con otros, la posibilidad de consensuar con otros. Es, en definitiva, lo que vengo proponiendo desde hace tiempo en mis libros cuando hablo del poder en vilo, el poder no es sustantivo, no está cerrado, sino que está en vilo, o, en el peor de los casos, vacío, y lo vamos llenando permanentemente.
7.Para terminar, si te parece, volvamos a las Meditaciones de Hispano-América. En este ensayo hay una crítica contra el desprecio a nuestra tradición cultural, que ha venido tanto de Francia, como de Inglaterra y de Alemania, y, lo peor de todo, desde dentro, es decir, los propios hispanohablantes parecen haber quedado convencidos de esa “leyenda negra”.
Sí, hay una crítica constante. Uno de los problemas que señalan las Meditaciones de Hispano-América, desde el principio al final, es el ocultamiento de los grandes críticos de la cultura y de la sociedad en español en el siglo XX. ¿Qué significa crítica? Significa hacer filosofía. Hay un autor, cuya filosofía es de carácter narrativo, en el sentido de que va narrando lo que se va encontrando, que es Gabriel Zaid, y que es uno de los grandes críticos, de los grandes pensadores que hay en español, y elijo su libro Poesía en la práctica que es uno de los grandes ensayos para entender que es imposible hacer crítica política, crítica social, sin pasar por la crítica de la cultura. Esta tradición también es muy hispánica. Aunque también se dice que es un invento germánico. Gabriel Zaid, forma parte de una tradición muy importante en lengua española que se ha desarrollado en el siglo XX en México, con la tradición del Ateneo de la juventud. Aunque este tema lo desarrollo en otro libro que se llama Viaje a los ínferos americano. Otra de las líneas de rescate del pensamiento en lengua española, es aquella que ha trabajado un determinado concepto de libertad. Me refiero a Ortega a Alfonso Reyes y a María Zambrano, y los enfrento a autores contemporáneos como es el caso de Isaiah Berlin, a su famosa distinción entre libertad positiva y libertad negativa, que viene de mucho antes, con la distinción que ya hizo Benjamin Constant entre la libertad de los antiguos y la libertad de los modernos, y lo que obtengo es que en nuestra tradición prima sobre el concepto de la libertad la experiencia de la libertad, la voluntad de ser libre, y en este punto entronco con el pensamiento de Ortega que lleva a una filosofía de la libertad tan importante como es la de María Zambrano, que es una filosofía liberal, y que se ve en su gran obra Persona y democracia. La tercera línea, que también podemos encontrar en este libro, es la de la tradición pictórica y que ha sido continuada en el cine. Un ejemplo, es El abuelo, que es todo un tratado de filosofía, en el que vemos tres posturas en diálogo, una de carácter escéptico, una de carácter dogmático y, por último, una posición intermedia que es la afirmación de la vida en todas sus dimensiones.
Agradezco a Agapito sus respuestas y apago la grabadora. La conversación continúa en la cafetería. Hablamos de cuando fue vecino de despacho de Vattimo, de cuando organizaba encuentros políticos con Carlos Díaz, de que Zubiri no era muy de mojarse, y de su amigo, del que solo tiene buenas palabras, Gabriel Albiac. Luego, le pregunto por pensadores actuales, le hablo de Onfray y tuerce un poco el morro, le digo otros nombres y no parece muy convencido, y me vuelve a recomendar a Gabriel Zaid. Le haré caso y lo leeré con mucho gusto. Después, aprovechando el buen día que hace, salimos a hacer unas fotos fuera de la Facultad. La primavera comienza a anunciarse y nos alegramos de ello. Hay luz, la gente está fuera conversando y parece que la vida, como dice un amigo, está recién pintada.
En mi opinión, cualquier gran nombre de la filosofía o literatura españolas de los últimos dos siglos se inspira en autores o corrientes extranjeros, de manera que poca autoctonía podemos esperar de un sentido hispánico de la existencia. Estoicismo sí, qué le vamos a hacer: venía con la religión, como se dice aquí…