Abdel
Abdel de Enrique Páez. Madrid, SM, 1994, (34, 2010). 112 pp., 7.95€.
Por Anabel Sáiz Ripoll.
Abdel es un libro emocionante de esos que crean lectores. Su autor, Enrique Páez, logra imprimir al relato un tono tal de humanidad que lo acerca al lector desde el primer momento. Está recomendado para niños a partir de 12 años, aunque, como siempre se dice, la cuestión de la edad es más un trámite editorial que real. Pensamos que Abdel puede gustar –y mucho- a los adolescentes, dado la trama que maneja.
El relato adopta la forma de un diario, conmovedor y verosímil, que exige una presentación –a manera de prólogo- y una explicación final, para situar un poco mejor el contexto de la novela. Además, se inicia “in media res”, con lo cual se capta rápidamente la atención del lector, ya que lo que cuenta Abdel, que es el narrador y el personaje principal, es realmente impactante.
Abdel narra la peripecia de dos tuaregs, Abdel y su padre, que decidieron venir a España en busca de la tierra prometida. Se trata, pues, de la vida de dos inmigrantes ilegales que, a menudo, son tratados como meros números, en las noticias, en los telediarios y que esconden una peripecia humana llena de angustia. Abdel hace que reflexionemos en torno a las condiciones de vida de estas personas, que dejan atrás todo lo que tienen y que creen de verdad en un nuevo día. En el caso de Abdel, todo se complica porque no dan con el trabajo adecuado y acaban en manos de unos traficantes de drogas que solo complican más las cosas.
El relato, poco a poco, nos va introduciendo en la vida que Abdel y su padre llevan en España, trabajando de sol a sol, explotados y humillados, ya que el desenlace es estremecedor. No obstante, siempre hay una esperanza, que a Abdel le llega en forma de dos amigos españoles que lo ayudarán y confortarán.
La novela se ambienta en Marbella y se inicia en pleno cementerio, en donde el muchacho ha buscado refugio, para tratar de poner orden a su situación y ayudar a su padre, apresado injustamente.
Son muchos los detalles de la vida en el Sáhara que nos brinda el relato y muchos los contrastes que se nos muestran entre el mundo del desierto y el otro mundo que se encuentran Abdel y su padre.
Sea como sea, la esperanza, por mínima que parezca, se abre paso y, de alguna manera, Abdel logra quedarse en España, aunque el precio que paga su padre es alto. A Abdel le espera, eso queremos pensar, una educación y le esperan unas nuevas oportunidades.
Queremos destacar el retrato psicológico que de este muchacho realiza el autor. Gracias al diario conocemos sus sentimientos, sus aficiones, su manera de pensar y su peculiar sentido del humor y del deber.
Abdel es, pese a los años un libro continuamente reeditado –ha alcanzado este año la 34 edición- y que, insistimos, no deja indiferente a sus lectores. Por desgracia, lo que nos narra sigue vigente, aunque está bien que alguien nos lo cuente para que quienes habitamos en el llamado primer mundo seamos un poco más tolerantes y un poco más comprensivos.
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