“ESPAÑA EN SORDINA”

VERDAD Y SUEÑO EN EL TOBOSO

 

 

María Zambrano, con su razón poética, escribió “España, sueño y verdad”. Para mí España tiene mucho de sueño y de verdad.

En El Toboso visitamos la casa de Dulcinea. Un sueño que tuvo otro sueño, que se llamaba Don Quijote. Un sueño al cuadrado. España siempre fue de grandes soñadores y un gran soñador fue Cervantes. Se creyó un escritor realista y se burló en el Quijote de sus propios sueños. Se burló de las novelas de caballerías y escribió la más famosa de todos.

Se mutiló por servir a España, creyó en ella, pero España no le hizo mucho caso. Incluso lo encerraron por deudas. Y malentendieron su libro principal. Hasta que en toda Europa lo entendieron como un gran sueño y a España como un país de sueño.

Para mí Don Quijote es un mártir de la literatura como sueño de intensidad.  Una vez pasamos por Trebisonda, uno de sus sueños. Íbamos en autobuses desde España hasta Armenia y una madrugada pasamos por esa ciudad a orillas de un acantilado en el Mar Negro.

Don Quijote soñaba con Trebisonda cuando imaginaba sus futuras hazañas, cuando quería vivir intensamente, cuando prefería las novelas a la realidad. Soñaba con Trebisonda porque esa ciudad era la literatura, porque muchas novelas de caballerías hablaban de ella.

Y en El Toboso nosotros pensamos en esa España de sueños. En la primera parte, capítulo 1, del Quijote, Cervantes escribe: “Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su brazo, por lo menos del imperio de Trapisonda mundo aquella infinidad de Amadises, y aquella turbamulta de tanto famoso caballero, y tanto Emperador de Trapisonda”?

Se burlaba de sus sueños y se burlaba de sí mismo. También se burlaba de su España a la que amaba. Igual que Valle Inclán la convirtió en un esperpento y la besó con desgarro en el fondo del vaso.

 

ANTONIO COSTA GÓMEZ

FOTO: CONSUELO DE ARCO