Elsy Laucho Contreras: “Puerto Limón es la Roma Negra de Costa Rica, un enclave tropical donde la cultura afroantillana y una planificación urbana única narran su rica historia.”

En el corazón de Puerto Limón, donde la historia resuena en cada calle y el futuro se construye con manos comprometidas, encontramos a la arquitecta Elsy Laucho Contreras, una visionaria cuyo amor por la arquitectura y la comunidad trasciende planos y estructuras. En esta entrevista, Elsy nos conduce por un camino que entrelaza la preservación del patrimonio, la sostenibilidad y el espíritu participativo.

Desde su pasión por la revitalización del casco histórico de Limón hasta la entrañable iniciativa de los brigadistas ecológicos del Barrio Siglo XXI, Laucho nos muestra cómo los sueños colectivos y las acciones concretas pueden transformar realidades. A través de sus palabras, descubrimos la importancia de combinar lo técnico con lo humano, y cómo el tejido social y la identidad cultural pueden ser los cimientos de un desarrollo más inclusivo y armonioso.

Sumérjase en esta conversación que va más allá de lo tangible, hacia un territorio donde la arquitectura, el urbanismo y la comunidad se encuentran para crear un legado digno de preservar.

Entre la literatura y la arquitectura, Elsy Laucho encuentra un puente que conecta mundos aparentemente distantes. En su universo, las palabras no solo narran historias, sino que construyen espacios; los relatos no solo evocan emociones, sino que trazan planos para imaginar nuevas realidades. Formada en un círculo de mujeres brillantes y lectoras, desde su madre hasta poetas como Lara Moreno y Laura Antillano, Elsy aprendió que la sensibilidad literaria y el rigor arquitectónico son dos caras de una misma moneda creativa.

Viaja primero con la lectura, absorbiendo las geografías imaginadas de Calvino y la opresiva atmósfera de Poe, para luego trasladar esa riqueza estética a sus proyectos y ensayos, donde palabras y ladrillos dialogan con igual intensidad. Así, Laucho no solo diseña espacios físicos; también construye narrativas que reivindican la importancia de mirar y reimaginar, porque, como ella misma dice, al conocerse por primera vez, una ciudad —como una obra literaria— revela lo más profundo de su esencia.

Elsy nos invita a caminar con ella por esta travesía, donde la literatura alimenta al urbanismo y la arquitectura se erige como una historia por contar. Una experiencia que, más que diseño o prosa, es una forma de habitar el mundo.

En el corazón del Barrio Siglo XXI de Limón, la chispa de la imaginación y el compromiso infantil encendió un movimiento que trasciende lo cotidiano: la Brigada Ecologista “El Bambú”. Liderados por su energía inagotable y una mirada fresca hacia su entorno, un grupo de niños transformó la necesidad en acción. Con herramientas rudimentarias y un espíritu colaborativo, decidieron rescatar su deteriorada área de juegos, convirtiendo hojas secas y escombros en el preludio de un espacio renovado.

En esta cruzada, la arquitecta Elsy Laucho se convirtió, casi por azar, en su aliada perfecta. Desde su rol como arquitecta y vecina, Elsy guió a estos jóvenes soñadores a repensar el espacio público con funcionalidad y sostenibilidad, demostrando que, con un poco de ingenio y mucho compromiso, cualquier rincón puede convertirse en un lugar de encuentro, creatividad y orgullo comunitario.

Lo que comenzó como un acto sencillo de limpieza se convirtió en una escuela de aprendizaje colectivo, un laboratorio de valores y una reafirmación de que los sueños compartidos tienen el poder de transformar realidades. En las siguientes páginas, Elsy nos lleva de la mano por esta inspiradora historia, donde los más pequeños enseñan a los grandes que cambiar el mundo empieza en el patio trasero.

Elsy Laucho Contreras es arquitecta venezolana, con más de veinte años de experiencia profesional, es Máster en Cooperación Internacional para el Desarrollo y Gestión de Proyectos por la Universidad de Cádiz, España (2008), y Máster BIM Manager en Animum Advanced School de la Fundación Cardenal Spínola, en Málaga, España (2018). Ejerce la docencia universitaria en la Universidad de Costa Rica, Sede del Caribe. Es miembro de la Mesa Técnica Asesora para la Política Municipal de Cultura de Limón 2025-2035 y es Representante a la Asamblea General del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica (CFIA) para el período 2024-2025. Vive en Puerto Limón.

Mauricio A. Rodríguez Hernández: ¿Qué hay de cierto respecto a la declaración en Puerto Limón cómo primer centro histórico de Costa Rica como bien de interés cultural. ¿Cómo valora esta declaratoria desde la perspectiva de la preservación del patrimonio arquitectónico y cultural?

Elsy Laucho Contreras: Bueno, Puerto Limón no ha sido declarado Centro Histórico de Costa Rica; Costa Rica no tiene ninguno de sus Centros Históricos declarados como tales y te explico por qué.

La Ley N° 7555 de Patrimonio Histórico de Costa Rica, que data de 1995, anterior a las últimas “Cartas del Restauro”, establece que pueden ser objeto de declaratoria los siguientes elementos: Monumentos, Sitios, Conjuntos y Centros Históricos. Ahora bien, la mayoría de los Bienes de Interés Cultural (BIC) que tienen declaratoria como patrimonio histórico nacional son Monumentos (edificios); el Sitio que, además es Patrimonio UNESCO los Asentamientos Cacicales Precolombinos con Esferas de Piedra de Diquís (2014); como Conjunto con declaratoria que conozco es la Zona Americana de Quepos, y, hasta el día de hoy, ningún Centro Histórico de Costa Rica está declarado como tal porque, para que existan, deben formar parte de una Normativa Municipal; es decir, un municipio puede tener “definido” su centro histórico, reconocer socialmente y arquitectónicamente la unicidad de la zona como génesis urbana, pero eso no significa que esté “declarado”, porque la declaratoria es un acto administrativo y tiene un procedimiento específico, que se contempla en esta Ley N° 7555 de Patrimonio Histórico de Costa Rica y su Reglamento.

El procedimiento la declaratoria de un Centro Histórico no lo ha iniciado ninguna Municipalidad en el país hasta la fecha. Las razones son de diversa índole, y aunque se puede especular mucho sobre ellas, lo cierto es que, el procedimiento que establece la Ley N° 7555 indica que, la municipalidad, debe crear un Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) de su Centro Histórico bajo la Figura de “Zona de Control Especial” (Art. 25 de la Ley de Planificación Urbana N° 4240 y su Reglamento).

Este Plan es un documento que contiene, en rigor, un diagnóstico técnico con el apoyo de especialistas y tecnologías acordes al siglo XXI que deben detallar el estado ambiental, legal, mapa de vulnerabilidades y riesgos, arqueológico, socioeconómico, urbanístico-patrimonial, arquitectónico, entre otros, contando desde sus inicios con la participación y validación ciudadana.

A partir de este diagnóstico se genera otro cuerpo de documentos técnicos que contienen la formulación del plan en donde establecen, cuál es la imagen objetivo y los mecanismos de control que permitan su salvaguarda y gestión y que también permitan una adecuada valoración turístico patrimonial por parte de nacionales y extranjeros.

Toda vez que el Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico (PEMP) esté realizado, el mismo debe ser aprobado por parte del Concejo Municipal, en nuestro caso, el Concejo Municipal de Limón.

Desde el momento en el que el Plan Especial de Manejo y Protección se aprueba por parte del Concejo Municipal, la Municipalidad cuenta con un potente instrumento de planificación y gestión de su casco histórico y áreas de influencia que hace parte de su normativa municipal y con un nivel de detalle que no se contempla en ningún Plan Regulador.

A partir de este acto administrativo, la Municipalidad, como ente con interés directo en la declaratoria, se apersona ante la Comisión Nacional de Patrimonio Histórico Arquitectónico adscrita al Ministerio de Cultura y Juventud y solicita formalmente que se confirme la Declaratoria del Centro Histórico de Limón. Toda vez que la Comisión emite su informe favorable para la Declaratoria, el último paso es solicitar su ratificación ante la Asamblea Legislativa, es decir, para que un Centro Histórico exista en Costa Rica, al igual que los Sitios y los Conjuntos, todos estos deben ser ratificados por el cuerpo legislativo nacional a solicitud del Ministro o Ministra de Cultura.

Caminar en Limón como pioneros en esta senda es algo que concita en todas las personas y personalidades con las que he conversado, un interés profundo.

Esta Declaratoria del Centro Histórico de Limón permitiría a Costa Rica poder iniciar las obras de intervención urbana e ir rehabilitando, progresivamente, sus espacios públicos, edificios patrimoniales e iniciar los trámites internacionales, para que, en el mediano-largo plazo, se inscriba y obtenga la Declaratoria del Centro Histórico de Puerto Limón, como Centro Histórico Patrimonio de la Humanidad por UNESCO.

Este último reconocimiento internacional colocaría a Limón dentro las selectas ciudades que tienen esa declaratoria, con lo que significaría esto como vector de desarrollo para nuestra Provincia y Cantón Central a partir de su cultura y patrimonio. Para mí, todo Limón, y más específicamente Puerto Limón, resume la historia de la Roma Negra de Costa Rica, un territorio tropical húmedo con un anclaje raigal en gramática cultural de su pueblo de ascendencia afroantillana, principalmente; con una matriz socioproductiva interesante y que nace desde la planificación urbana, hacia las postrimerías del siglo XIX, en Costa Rica. Caso único.

MARH: Desde su experiencia en urbanismo participativo y metodologías de intervención social, ¿cómo se pueden involucrar a las comunidades limonenses en la preservación y desarrollo sostenible de su nuevo estatus como centro histórico?

ELC: Es excelente esta pregunta también porque, desde nuestra perspectiva, la planificación urbana debe ser una fuente de deliberación y consensos con la ciudadanía, en principio con la residente en el casco histórico y sus áreas de influencia pero también con las cámaras, los grupos organizados, los sectores culturales y un abanico de actores de los que se espera puedan aportar desde sus conocimientos, valores e intereses, las propuestas que se ajusten a sus aspiraciones más sentidas, siempre ponderando el Bien Común, donde la función patrimonial de la propiedad no acorrale a su función social.

¡No existe un proceso de planificación urbana exitoso sin la participación activa y apropiación ciudadana!

Nosotros hemos aprendido grandes lecciones de procesos de planificación e intervenciones urbanas en varias partes del mundo que expulsan a los moradores locales de las zonas en las que han vivido por generaciones, convirtiendo a algunos centros históricos en artefactos urbanos destinados primordialmente al turismo intensivo, casi en parques temáticos, excluyendo a los residentes locales hacia el extrarradio, marginándolos hacia una segunda o tercera pobreza y anomia social, y despersonalizándolo,  generando un fenómeno tan lamentable como conocido: el de la gentrificación. El centro histórico de Limón debe mantener como principio que sus residentes locales junto a sus tejidos sociales y socioproductivos sean mantenidos y fortalecidos, allí.

Nosotros ni queremos que siga la inercia del deterioro por falta de una política pública estratégica municipal en materia de urbanismo y patrimonio para esta noble área, ombligo de nuestra identidad, pero tampoco estamos de acuerdo con una planificación urbanística patrimonial que desconozca a su población local históricamente asentada.

La participación ciudadana es un elemento ético consustancial a la planificación y desarrollo de un Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico. Tenemos una ventaja enorme: En todo Costa Rica, sólo tenemos 17 Planes Reguladores actualizados, de los 84 cantones que deben tenerlo, y, en la Provincia de Limón, sólo Siquirres y Limón lo tienen actualizado, precisamente, la Zona Histórica de Limón es un área para la cual no existe un desarrollo normativo y de gestión dentro del Plan Regulador vigente; es necesario, perentorio y mandatorio que las autoridades municipales de Limón se tomen con determinación poder ser pioneros a nivel país en esta declaratoria, de esta manera, junto con los mecanismos que se establecen para la participación y validación ciudadana, podremos convertirnos en el laboratorio urbanístico-patrimonial más importante del país, generando no sólo una apropiación positiva por parte de la ciudadanía de su cultura y espacio público, sino como fuente de generación de riqueza y como experiencia que aporte saldos pedagógicos a otros cantones que decidan iniciar este camino de reconocimiento. Considero que esto debería ser una política pública de primer orden en la Agenda Municipal del Cantón Central para ésta administración y para las que están por venir.

MARH: ¿Qué retos específicos enfrenta Puerto Limón para mantener un equilibrio entre la conservación patrimonial y el desarrollo urbano moderno?

ELC: El principal reto es que las autoridades municipales decidan poner todo el apoyo político para aprobar los recursos necesarios para la licitación del Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico de Limón.

Costa Rica tiene los recursos, Limón con el Canon que se percibe anualmente de la Terminal de Contenedores de Moín y que administra JAPDEVA tendría los recursos, el IFAM tiene los recursos, el INDER tiene los recursos, sólo hace falta la voluntad política para hacerlo. Para ello, deben ser muy conscientes de que, tanto las decisiones que tomen hoy como las que dejen de tomar, serán parte del desarrollo sostenible, humano e inclusivo que requiere la ciudad de Limón y su ciudadanía.

Otro de los desafíos es el poco conocimiento de los alcances de un Plan de Manejo y Gestión de los Centros Históricos, en este caso, de Limón, ¡Claro!, ¡en el país no se ha aprobado ninguno!

Fíjate, por ejemplo, en este tipo de planes en específico, para el Centro Histórico y su área de influencia, también son objeto de salvaguarda y gestión, ¿por qué?, porque todo el paisaje que es apropiable por la vista o de intensas relaciones y dinámicas sociales van detallando un patrón de apropiación del área, como por ejemplo sucede con la Isla Quiribrí.

No es posible desarrollar un PEMP que deje de lado temas de gestión del borde costero inmediato, así como las aguas interiores. En este punto, el PEMP llenaría otro vacío que se encuentra diseminado en un complejo entramado normativo. Se produciría una gestión sostenible de éstas áreas porque el municipio tiene la competencia para esto, también, es decir, para la planificación y gestión de lo que se encuentra en su litoral inmediato: sobre el agua, en el lecho de agua y en el subsuelo marino. ¡Limón está dejando de percibir recursos y de proteger adecuadamente su litoral por no contar con este dispositivo de gestión y esto se debe detallar en el dichoso Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico!

El otro reto que hace falta es un proceso de divulgación y socialización de las posibilidades que se abren para dinamizar la economía local, preservando la identidad cultural y patrimonial de Limón.

Me preocupa hondamente que, en ausencia de esta política pública urbana de largo aliento para el casco histórico, sean los particulares y sus “buenas intenciones” las que timoneen acciones esporádicas, espasmódicas, esperpénticas que quedan en manos de personas sin el conocimiento técnico riguroso y especializado, y de esto tenemos verdaderas cicatrices, lamentablemente, las seguimos padeciendo. Caso que clama al cielo es el propio Mercado Municipal de Limón, con declaratoria como Patrimonio Histórico de la República desde 1998, y lo que ha sucedido en este activo patrimonial ha sido francamente criminal: intervenciones arquitectónicas de espalda a sus características patrimoniales, sin garantizar la accesibilidad universal, ni las condicionantes climáticas, formales o su materialidad, color, y de paso, sin recursos suficientes a la vista para terminar de rehabilitarlo y respetar su legado… y ni hablar de la habitabilidad básica para vendedores y ciudadanía local o visitante. Es un espejo en el que mirarse para tener presente lo que destruye y el costo que representa para la ciudad y la ciudadanía la ausencia de normas municipales en materia de patrimonio, la falta de voluntad política o un exceso desmedido de ella, sin brújula, pero “con buenas intenciones”.

MARH: Su trayectoria en proyectos de vivienda y planificación urbana en América Latina y África aporta una perspectiva única. ¿Qué aprendizajes de esos contextos podrían aplicarse en la gestión del patrimonio histórico de Puerto Limón?

ELC: En el año 2009, me vinculé con un proceso de producción y gestión social del hábitat en un barrio popular en el norte de África, en Larache, Marruecos que se llama Jnane Aztout, La Huerta de Aztout, en castellano. Ese barrio databa de 1927, a la fecha de mi vinculación, tenía 82 años de fundado y se encontraba inmediatamente alrededor del centro histórico de Larache, su medina antigua. Es el caso que ese barrio estuvo en una zona que, con el devenir de los años, se encontraba en una zona apetecible de la ciudad: bien ubicado, al lado del casco antiguo, a tres minutos caminando del puerto, en sus alrededores había un desenfadado proceso de urbanización con edificios con calidades de primera y todo ese proceso iba a lomos de desahuciar a sus moradores históricos. A Jnane Aztout le iba a pasar lo mismo, un inminente desahucio: le tumbaron la mezquita interna del barrio y comenzaron a amedrentarlos para que se fueran, y poder así, de esta manera, recalificar el suelo urbano y construir edificios de lujo, al lado de la medina. El barrio de Jnane Aztout, que posee unas vistas hermosas hacia la desembocadura del río Lixus y de la Playa Peligrosa (así se llama), se opuso con ferocidad y astucia, y en ese momento, casi por arte de magia y por una pequeña ventana de oportunidad se relacionaron con nosotros, los cooperantes de la Universidad de Sevilla. Desde que nos contactaron, ellos asumieron como una verdadera necesidad de su supervivencia, el hecho de asumir la participación en el proceso de mejoramiento urbano de su barrio y de sus casas. Me conmueve mucho esta historia porque el lema de ellos era “nosotros también somos medina”; es decir, ellos sentían, detrás de ese lema, que ellos también eran parte del patrimonio de su ciudad antigua. La asociación de vecinos fue determinante para el proceso de mejoras y rehabilitación que llevé en primera persona durante tres años al frente de las obras, previo tener un plan discutido y aprobado por la comunidad. Para finalizar esta historia, en el año 2018, ONU Hábitat en su XI Edición, en Dubái, nos otorgó el primer premio a nivel mundial entre 594 experiencias de todo el mundo, por el proceso de mejora de asentamientos populares con las enseñanzas de Jnane Aztout. Y sí, sin la participación de la ciudadanía, toda planificación urbana adolece de la necesaria legitimidad y vitalidad de la gente, porque el urbanismo es un proceso de negociación delicado, en donde se ponen muchos elementos en tensión, por ello, el Bien Común, que es jurisprudencia en Costa Rica con sentencias extraordinarias, es lo que prima sobre las particularidades. Ver cómo te atraviesan en una acera pública un anuncio sin ton, ni son, y que, cuando no es un adefesio que contamina visualmente, es un obstáculo y se quede allí… mobiliario urbano casi inexistente y cuando lo tienes, es disfuncional… o la falta de accesibilidad para personas de movilidad reducida… en fin.

Desde mi perspectiva, la Declaratoria de Centro Histórico de Limón significaría dotarnos de un poderoso instrumento normativo y de gestión, a modo de gran pacto urbano, que no sólo contemple al sector público y a la participación ciudadana, sino una articulación virtuosa con el sector privado también, con instrumentos Ad Hoc que se establezcan en esa normativa para poder acometer las obras y la gestión tanto de los espacios públicos del Centro Histórico de Limón, como de sus activos patrimoniales.

Te pongo un ejemplo: La Ciudad de México logró soterrar el cableado eléctrico de su centro histórico con 52 millones de dólares, en casi dos años. Ciudad de México, una mega metrópolis latinoamericana.

Otro ejemplo: Salamina, Colombia. El mantenimiento y ornato de su plaza lo lleva una conocida marca de café a condición de la exclusividad de uso y arriendo del local dentro de un edificio patrimonial que hace esquina con la plaza. Este es uno de los tipos de instrumentos que se trazaron en el Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico de Salamina, es uno de los ejemplos de colaboración virtuosa de lo público y lo privado, que de otra manera, serían competencia en exclusiva de su alcaldía.

Así, muchísimos ejemplos. En Latinoamérica tenemos excelentes ejemplos de articulación virtuosa de ciudadanía, el sector público y el sector privado, y aún te digo más: de las Agencias de Cooperación Internacional, con las que Costa Rica posee excelentes relaciones. Me permito hacer un inciso para esta cuña: el pasado 16 de noviembre, Costa Rica acaba de ser reelecta en el Foro Permanente de Afrodescendientes, y la persona postulada es nuestra alcaldesa, con lo cual, existen posibilidades inmejorables para iniciar este proceso a la brevedad.

Bueno, hecho el comentario, te mencionaré de seguido algunas ciudades latinoamericanas cuya declaratoria como Centro Histórico reconocido por UNESCO las tiene como referencia de mejoramiento de la calidad de vida y atracción de turismo: Lima, Arequipa, Antigua, Habana, Santo Domingo, Quito. Usted, si tiene un plan claro, procesos y procedimientos normativos transparentes que garanticen la gobernanza en las actuaciones, tiene un sinfín de posibilidades de articular las inversiones que le permitan al cantón desarrollar su imagen objetivo-establecida en el Plan, año a año. Sin una Declaratoria del Centro Histórico de Limón, no podremos atraer capital, ni planificar inversiones que de otro modo quedan a la voluntad de las autoridades de turno y esto no nos ha dejado las mejores referencias en los últimos 70 años. Limón nació como ciudad planificada en 1872, su trazado estuvo a cargo de ingenieros de la United Fruit Company y mantiene aún esa traza original. Es un casco histórico que puede recorrerse a pie, donde pueden y deben superarse temas de accesibilidad universal, pero amigable para los peatones. Insisto, el tema aquí está en manos de las autoridades, porque los dispositivos, el talento, los especialistas y los recursos, se tienen.

MARH: En su opinión, ¿cómo puede integrarse la metodología BIM en proyectos de restauración o digitalización de edificios históricos en Puerto Limón?

ELC: Ah, me has tocado un tema muy importante. Como especialista en la metodología denominada Building Information Modeling (BIM), la preconstrucción digital de los activos patrimoniales garantiza, primero, que podamos tener una réplica de las edificaciones en su estado actual, integrando información patrimonial en estas réplicas digitales, información como por ejemplo: los materiales, fecha de construcción de cada pórtico, pared, cubierta, capas de pinturas, esculturas, ornamentos, estado de la construcción, autor; repito: elemento por elemento. Esta réplica digital se hizo en la Catedral de Notre Dame, después del infausto incendio que hizo colapsar la cubierta de ese patrimonio. Creo que es una advertencia, porque no estamos exentos de sufrir siniestros como éste; recientemente, en diciembre del año pasado, se concluyó con el escaneado láser y nube de puntos de la Basílica de San Pedro, en Roma para hacer su réplica digital, y Usted, que está leyendo este artículo puede el vídeo, aquí.

Fíjate que el Liberty Hall, conocido popularmente como el Black Star Line, sede de la U.N.I.A desde 1914, hubiera sido fácilmente preservado en la memoria y aún, “visitado” realidades virtuales, si se hubiera realizado un escaneado láser 3D del edificio y obtenido su nube de puntos cuando aún existía, y, realizado la réplica digital del estado en el que se encontraba.

Preservar los activos patrimoniales construidos también habilita el preservarlos como réplica digital.

La metodología BIM y las herramientas de las que disponemos en la actualidad así lo garantizan. Si hubiéramos tenido la réplica digital del Black Star Line, hoy podríamos “visitarlo”, al menos con el apoyo de las realidades virtuales aumentada o inmersiva;  se hubiese podido preservar su información más sensible desde el punto de la edificación para su gestión y salvaguarda.

Pienso que todos los edificios con declaratoria patrimonial en Puerto Limón, y aun los que sin declaratoria tienen interés patrimonial, deberían formar parte de un catálogo digital nacional de patrimonio articulado al Plan Iberoamericano para reconocer, proteger y salvaguardar el patrimonio cultural. Esta fue una propuesta que realizamos en el marco de la revisión de la Política Nacional de Cultura para 2025-2035, en junio de 2025, es decir, incorporar como patrimonio digital a los Bienes de Interés Cultural declarados en todo Costa Rica. Estamos en capacidad de hacerlo y de hecho existen activos patrimoniales con su réplica digital, como el Teatro Nacional, lo que facilita enormemente la gestión de su mantenimiento y salvaguarda.

La metodología BIM permite, además, una gestión inteligente de estos activos, ¿por qué?, porque al tener la réplica digital, las mediciones de obra se extraen directamente del modelo digital y no existe la posibilidad de modificarlos, a menos que éste sea alterado; permite hacer un seguimiento a las intervenciones de mantenimiento preventivo e incluir esa información en el activo digital, y mejor aún, proyectar las inversiones de éstas con exactitud.

Otro elemento con viento a favor del empleo de la metodología BIM, es que, Costa Rica preside este año la Red BIM de Gobiernos Latinoamericanos integrada por Chile, Brasil, Argentina, Perú, México, Uruguay y Colombia.

En nuestro continente, Chile es el único país que tiene un Estándar BIM aprobado para las contratación de proyectos y obras con la metodología y Costa Rica avanza también en ese sentido, es un país pequeño, pero sus esfuerzos han conseguido hitos de interés para establecer el estándar y procedimientos que, perentoriamente, abordarán a las edificaciones con declaratoria como Bien de Interés Cultural, siempre que en sus intervenciones haya un componente público de financiación; por tanto, la metodología BIM y el estándar que será un hecho en Costa Rica serán un nuevo aliado de nuestra memoria edilicia patrimonial.

MARH: ¿Qué impacto social y económico cree que tendrá la declaratoria de Puerto Limón como centro histórico en la comunidad local, especialmente en términos de turismo cultural y empleo?

ELC: Quiero contestar esta pregunta colocando en blanco sobre negro ciertos datos de la ciudad, según datos arrojados por el Diagnóstico y recomendaciones para un Plan Estratégico de Ciudad Inteligente, elaborado por el IFAM para el cantón central, el pasado abril de 2024:

  • Limón tiene una población estimada a 2024 de 100.236 habitantes;
  • Una de las más altas tasas de crecimiento poblacional del país que asciende al 0,19%;
  • Una densidad poblacional de 56.65 habitantes por kilómetro cuadrado;
  • El PBI del cantón es de 444.590 millones de colones equivalentes a 855 millones de dólares. A partir de esto, nuestro sector, el de la Arquitectura Ingeniería y Construcción (AEC, por sus siglas en inglés) se estima entre el 6% al 10% del PBI cantonal y ronda entre los 26.7 y 44.7 millones de colones, equivalentes a 51.2 y 85.4 millones de dólares anuales, es decir, que se cuenta con un factor económico interesante para impactar directamente en la infraestructura y equipamientos urbanos del Casco Histórico.
  • 55 organizaciones y gestores culturales activos, registrados en el más reciente catastro municipal de organizaciones culturales elaborado en el marco del Diagnóstico para la elaboración del Primer Plan Municipal de Cultura de Limón;
  • El principal puerto del país, en materia de exportación-importación de mercancías y bienes del país y la terminal de cruceros con un parque de 27 hectáreas en el área de influencia del Centro Histórico.
  • 5 hectáreas de la antigua estación de INCOFER dentro del centro histórico, valorado en unos 26 millones de dólares, según la comisión de la Asamblea Legislativa que aprobó su transferencia como activo al municipio.
  • Isla Quiribrí que visitó Cristóbal Colón en su cuarto y último viaje a las Américas, en el año 1502.
  • El Limón Kryol como idioma bisagra con visitantes angloparlantes, es la primera lengua minoritaria que tiene más hablantes de todo el país, unas 60 mil personas.
  • Área de playa en su Casco Histórico, Playa Los Baños a las que urge una intervención para su rescate y saneamiento para una habilitación de esta bondad paisajística y de disfrute, a 300 metros de la Terminal de Cruceros, y así puedo seguir enumerando elementos que cualquier ciudad querría tener para sí.

Ahora bien, como comenté, estaríamos en capacidad de dinamizar la economía local desde el sector AEC, en un principio; es decir, desde el sector de la Arquitectura, Ingeniería y Construcción. Debo decirte, que de todos los sectores de la Industria, sólo el de la construcción tiene el poder de tracción inmediata de recursos y generación de una capacidad de empleo que, conservadoramente, pueden movilizar el 6% del PBI cantonal; adicionalmente a ello, cabe mencionar que, según cifras establecidas por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), el promedio de estadía en la ciudad de Puerto Limón de un turista es de 0,6 días, cuando en Puerto Viejo ronda los 2,5 días.

La conclusión salta a ojos vista.

Teniendo intervenidos y rehabilitados con accesibilidad universal la red espacios públicos del casco histórico, y, generando las acciones precisas para acciones de salvaguarda y gestión de todas sus piezas patrimoniales estaríamos en capacidad de transformar radicalmente las dinámicas de inversión, mejoramiento de la calidad de vida, una potente y violenta generación de empleo (si me apuras), a partir de las obras para nuestro Casco Histórico, eso, sin demeritar que toda la actividad turística y cultural de nuestro cantón se vería robustecida, generando, a su vez, una serie de encadenamientos socioproductivos anclado en bases materiales y saberes de nuestra población multicultural, diversa, inclusiva y mixta del Caribe Costarricense.

MARH: Con su experiencia en proyectos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ¿qué estrategias podrían implementarse para asegurar que la declaratoria de Puerto Limón beneficie a todos los sectores de la población, incluidos los más vulnerables?

ELC: La Agenda 2030, sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas establecen una serie de interdependencias; es decir, la Agenda 2030 basa su cuerpo de ODS en cinco grandes ejes: Personas (ODS 1,2,4, 4 y 5); Planeta (ODS 6, 12, 13, 14 y 15); Prosperidad (ODS 7, 8, 9, 10 y 11); Paz (ODS 16) y el Eje Alianzas (ODS 17).

En su concierto, impactar sobre un objetivo de desarrollo sostenible es abrir la compuerta, para que, directa e indirectamente mejoren los indicadores de otros ODS relacionados; por ejemplo, el ODS 11 “Ciudades y Comunidades Sostenibles”, impacta, a su vez, en mejorar las condiciones del trabajo, es decir, en el Eje de Prosperidad, objetivo de desarrollo sostenible ODS N° 8 “Trabajo decente y crecimiento económico”; pero ese impacto no se reduce a esos dos, sino que por ejemplo también tendría un impacto positivo en el Eje Planeta ODS N°6 “Agua limpia y saneamiento”; el 14 “Vida submarina”, el mismo eje de Personas, ODS N°5 “Igualdad de género” porque las actividades vinculadas a la producción de artesanías y postres y comidas, tienen en nuestro caso rostro de mujeres, e inclusive nos daría garantías a las mujeres de estar más seguras, al atardecer y anochecer en el espacio público. Entonces, como puedes ver, de desarrollarse esta política urbana estaríamos a las puertas de una gran transformación social y urbana que tendría como anclaje nuestra identidad, cultura, medioambiente y patrimonio como vectores de desarrollo sostenible.

MARH: Considerando las características arquitectónicas y ambientales de Puerto Limón, ¿cómo se puede garantizar la sostenibilidad en su manejo como patrimonio cultural?

ELC: Esas respuestas estarían contenidas en el oportuno Plan de Manejo y Protección del Centro Histórico de Limón, habida cuenta de que, el diagnóstico y la formulación del Plan son a medida de la ciudad y su ciudadanía, haciendo la salvedad de que el mismo debe estar a cargo de un equipo solvente y con la experiencia específica en este tipo de Planes.

MARH: Desde su conocimiento en urbanismo costero, ¿qué recomendaciones haría para que la infraestructura de Puerto Limón respete su entorno marítimo sin comprometer su desarrollo?

ELC: ¡Cada pregunta es casi como una cátedra!

Te respondo, lo más breve que pueda porque son temas que he pensado individual y colectivamente desde hace un tiempo para acá, en especial por la afectación que tiene actualmente El Tajamar de Limón, que además es un Bien de Interés Cultural de Costa Rica.

Fíjate, la Municipalidad de Limón y del resto de cantones costeros tienen, según el artículo 3° de la Ley 6043 sobre la Zona Marítimo Terrestre, la competencia para la protección de su litoral “compete a las municipalidades velar directamente por el cumplimiento de las normas de esta ley referentes al dominio, desarrollo, aprovechamiento y uso de la zona marítimo terrestre y en especial de las áreas turísticas de los litorales. El usufructo y administración de la zona marítimo terrestre, tanto de la zona pública como de la restringida, corresponde a la municipalidad de la jurisdicción respectiva”. Sin embargo, el tema es complejo. En la planificación e intervención urbanas en general, y, en especial en los frentes marítimos de las ciudades, se involucran tres elementos claves, a saber: 1) Conocimiento científico-técnico altamente especializado e intertransdisciplinar; 2) Planificación territorial y marítima, gestión y evaluación bajo un enfoque integral; y, 3) Gobernanza.

Todos los Estados insulares y ribereños están obligados, por la Convención del Derecho del Mar (CDM), a planificar y gestionar su litoral, es decir que, el diseño de un proyecto del frente marítimo de Puerto Limón, o al menos la parte que afecta a su Centro Histórico. Estos planes y proyectos son una intervención urbana que amerita no sólo el concurso de las herramientas especializadas en materia de diseño, en tanto que infraestructura y borde urbano con características muy específicas, sino también del adecuado diseño de su gestión en aras de la gobernanza. Cuando menciono que el tema es complejo, especialmente aquí, es porque adicionalmente al Municipio, tenemos otros entes que tendrían incidencia en este tema como lo son el ICT, el Ministerio de Cultura, por los bienes con declaratoria como patrimonio histórico, el INVU, el MOPT y hasta el Instituto Geográfico Nacional. El tema es que este concierto de parciales incidencias, competencias, etcétera, hace que, en ausencia de un PEMP ¡y volvemos al Plan Especial de Manejo y Protección!, no se tenga ninguna instancia de articulación y competencia unificada y con el perfil técnico y genuino capaz de garantizar la gobernanza de esta intervención, ni en el área del Centro Histórico de Limón donde se encuentra la Playa Los Baños, ni fuera de su área de influencia, es decir, que el manejo e implementación del proyecto protección del Litoral Limonense, de su Tajamar pueden entrar en un túnel administrativo que termine, en el mejor de los casos, con años de tramitación, desgaste y de ejecución incierta. Insisto, la única posibilidad de no quedar atados de pies y manos en la protección de nuestro litoral pasa por lograr la Declaratoria del Centro Históico de Limón, ratificado en la Asamblea Legislativa. Todo lo que no sea ese instrumento son odas al viento, como sucedió con la gran frustración del Plan Limón-Ciudad-Puerto, un plan ambicioso pero destinado al fracaso desde su diseño; es decir, estaba condenado al fracaso desde su concepción porque tenía 14 UTEs (Unidades Técnicas Ejecutoras) sin un ente que los articulase y generase la normativa municipal que permitiera, a posteriori, ejecutar los proyectos y así nos despedimos de 72 millones de dólares, los 80 del préstamo. Se perdieron oportunidades, tiempo, recursos y se sembró una gran frustración y desconfianza entre la ciudadanía.

MARH: ¿Cómo visualiza el rol de Puerto Limón como centro histórico en la construcción de una identidad nacional más inclusiva y representativa de la diversidad cultural de Costa Rica?

ELC: Mira, Limón tiene todas las papeletas por derecho propio a ser nuestra perla del caribe costarricense.

Limón nace después que, Tomás Guardia decide que se traslade el puerto de Moín a nuestra ciudad, pero no es sino al instalarse la Northem Railway Company, en el año 1884, para las obras del ferrocarril Atlántico bajo el contrato Soto-Keith e inicio de la diáspora jamaiquina de 1872 cuando inicia la morfogénesis de la ciudad y de su componente cultural marcadamente afroantillano, esa cuadrícula urbana de unas sesenta manzanas perfectas e iguales que se mantienen hasta el día de hoy, es la única cuadrícula urbana con esas características morfoespaciales en toda Costa Rica. El Parque Balvanero Vargas de Limón fue considerado el Parque Urbano más hermoso de toda Centroamérica, a principios del siglo XX. La arquitectura de madera, ajustada al trópico húmedo, con zonas residenciales cuyas construcciones fueron importadas de Alabama y Nueva Orleans y eran las casas más modernas de la época que, además, entendieron las condiciones climáticas de nuestro Caribe. Antes de la aparición de los medios mecánicos de enfriamiento, nuestra arquitectura y galerías en las principales fachadas de las edificaciones del centro histórico contemplaban áreas de sombra con aleros extendidos para evacuar rápidamente las aguas pluviales y garantizar un resguardo amable a transeúntes de sol y lluvias intensos, del calor. Entonces, si te pones a analizar otras ciudades históricas con declaratoria como patrimonio mundial de la humanidad, te das cuenta de que esas nobles ciudades están hechas en piedra, barro, cubiertas en maderas o piedra… pero la arquitectura caribeña, el urbanismo de nuestra ciudad histórica y el esfuerzo y sufrimiento de un pueblo que forjó prosperidad y cuyos referentes identitarios se mantienen hoy en día, no se ven con un caso tropical como el nuestro. La historia de Puerto Limón es para mí, la historia de la Roma Negra de Costa Rica. Limón llegó a tener la Embajada de Estados Unidos y de otros países cuando no estaban siquiera en la capital, por la pujanza de su economía, y aquí es importante resaltar algo más…

La Carta de Cracovia del año 2000, redefine la noción patrimonio cultural que traspasa la concepción clásica de conservación y lo elevan hacia la categoría de salvaguarda. La diferencia entre estos dos conceptos radica, básicamente, en que el primero privilegia la conservación del Bien Patrimonial a partir de la aplicación de las tecnologías propias de la restauración enfocados principalmente a su materialidad; el segundo, la salvaguarda en cambio, pone el acento en la significación simbólica que hace la ciudadanía sobre el Bien Patrimonial, por tanto, ubica su materialidad en relación al contexto histórico que lo produjo y la relación que mantiene con los grupos sociales que están en contacto con él, por ello, las estrategias para su protección pueden “intervenir” físicamente al Bien Patrimonial, o definir estrategias para su protección “sin intervenir” su materialidad, pero, independientemente de la estrategia a adoptar, lo que sí es revolucionario en el enfoque de la Carta de Cracovia (2000) es que el Bien Patrimonial no se concibe aislado de sus comunidades patrimoniales, es decir, sin la participación  de la ciudadanía involucrada en su protección. En la Carta de Cracovia se trastoca la noción de verticalidad en la intervención del patrimonio, concebida en sus orígenes como una iniciativa que parte desde la administración, continúa con un cuerpo de técnicos, y, finalmente se le “devuelve” a la ciudadanía; con esta última Carta del Restauro se invierte la pirámide de decisión en cuanto se le otorga un rol protagónico a los ciudadanos en la protección de su patrimonio, para articular proyectos técnicamente viables, intertransdisciplinarios y coherentes en virtud del Bien a salvaguardar, a los cuales la administración apoya y ampara con su corpus legislativo, técnico y financiero para lograr la sostenibilidad de la política de protección patrimonial y que garanticen el disfrute colectivo del bien patrimonial en condiciones objetivamente óptimas.

El reconocimiento de todo esto es lo que haría carne el verbo de la inclusión, con políticas públicas efectivas y con cartera. Yo veo que Costa Rica tiene muchos avances en cuanto al deber ser y desafíos importantes que ayuden a revertir esos imaginarios sociales condenatorios que aún persisten sobre nuestro territorio y gentes, y que, al no tener un reconocimiento pleno, obliteran un proyecto de país.

MARH: Hace 12 años participaste en un taller con la escritora onubense Lara Moreno Martín donde exploraste la arquitectura de los relatos y te sumergiste en lecturas de diversos autores. ¿Cómo influenció esa experiencia en tu perspectiva arquitectónica y en tu manera de concebir proyectos narrativos o espaciales hoy en día?

ELC: Lara Moreno Martín, Lydda Franco Farías, Sandra Cardozo, Laura Antillano son mujeres escritoras y poetas que me han marcado y a las que he tenido la fortuna de conocer en España y en Venezuela y los talleres de “La Letra Voladora”, del grupo “In Fábula”, ambos en Venezuela y el Taller de Cuentos de Lara Moreno, en España.

Mi madre Elsy y mi tía Nelly fueron mujeres lectoras y lo recuerdo desde mi infancia. Me marcaron. Doy gracias a la vida por haber formado parte de ese círculo afectivo de mujeres brillantes, éticas y cuya mirada me ayudó a estructurar la mía porque me fueron educando en cierta sensibilidad y estética literarias. Para mí la palabra y el compromiso que hay detrás de ellas son la varita mágica que abre portales increíbles y poderosos. Por otra parte, ya no sólo disfruto los textos, sino que me pongo también como un perro sabueso tras la pesquisa de su estructura narrativa, la ambientación, la cadencia y sonoridad de las palabras, de la voz que narra, las construcciones barrocas de ciertas imágenes ayudan a que nosotros, los lectores,  participemos activamente del hecho creativo.

Los primeros viajes que hice fueron con las lecturas, ¡es cómo más viajo! creo que cualquier persona que tenga amor por la lectura, su mundo se amplía, porque vivimos más vidas a través de esos personajes. Formado el hábito, si eres una persona con avidez de conocer, el hábito de la lectura juega a tu favor, eso por una parte, luego, la arquitectura y el urbanismo son temas que me han involucrado personal y profesionalmente. Es así. En momentos en los que un tema me reta, investigo y leo todo lo que puedo, retomo autores, voy haciendo notas y cuando estoy en ese proceso febril trato de escribir algo que me quede decente, al que me gustaría volver a futuro, pero ya “con la pica en Flandes” que puse al escribir determinado ensayo. Estos ensayos llevan tiempo, a veces semanas y esa es una aventura muy lateral en mi quehacer actualmente, porque cuando me toma la literatura me convierto en su zombi. La literatura me atrapa y me abstraigo del mundo.

No he leído a Derrida, pero sí pienso que los seres humanos somos texto y palabra porque nos conocemos, nos inventamos y nos narramos con palabras. No hay nada fuera del texto ¡Nada! Así que, con la pasión por conocer, con los textos y las palabras podemos transformar el mundo, al menos el nuestro, el de cada uno.

Para mí hay autores de culto, quizá el que resulta casi mi devocionario donde se funden literatura y arquitectura, sociología, filosofía, historia, antropología, culturas, urbanismo es en el libro “Por las ciudades”, del autor Ítalo Calvino. Calvino tardó como quince años en culminarlo porque son una serie de microrrelatos o cuentos. Él iba tomando notas de ciudades; las notas se fueron transformando en fichas y cuando las fichas eran un montoncito decidió organizarlas por temas, y así las estuvo escribiendo durante años hasta que publicó el libro. El nombre de cada cuento es el de una ciudad y el narrador en esta ficción es Marco Polo, que le describe al Gran Kublai Khan cómo son las ciudades del vasto imperio que jamás podría conocer debido a lo vasto de su extensión geográfica, territorios que en la actualidad son China, parte de Mongolia y parte de Rusia. En el año 2012 hice tres ensayos dedicados a Puerto Limón cuando tomé contacto por primera vez con la ciudad. Calvino dice que, cuando uno toma contacto por vez primera con una ciudad es cuando verdaderamente la conoces, porque luego, lo que antes te parecía fantástico, alguna cosa singular en ella, un paisaje, sus personajes, si terminas acostumbrándote a mirarla luego va perdiendo ese cariz atrayente que una vez tuvo para la persona, ya no vuelves a “verla”.

Creo que la buena literatura y la buena arquitectura son como una travesía donde ambas van de ida y vuelta, pueden tener bordes escrupulosamente porosos una frente a la otra, y, en ciertos momentos, se tocan virtuosamente como en el ensayo de Alejo Carpentier sobre la Habana “La ciudad de las columnas”, o que te dejan una sensación opresiva como “La caída de la casa Usher”, o “El Barril de amontillado”, ambos de Poe, ni qué decir “La casa de Asterión” de JL Borges en donde adentra en la soledad y el laberinto del Minotauro, o el prístino cuento “Los dos reyes y los dos laberintos”, también de Borges. Raymond Carver también en sus cuentos hace del paisaje de “el Estados Unidos profundo” otro de sus personajes, esas ciudades que fueron perdiendo progresivamente su fuelle fabril heredado del modelo de producción fordista. En la obra de Carver hasta los utensilios domésticos acentúan la soledad de los personajes, y, por no hacerte más larga la lista, porque así podría citar cientos: “El cuarteto de Alejandría” de Durrel, estas cuatro novelas son de una tensión estética y una audacia narrativa extraordinarios con paisajes de Alejandría, las marismas del Nilo, los zocos… que sólo rememorarles tibiamente me provoca zumbarme a releerlos, nuevamente a todos y encapsularme del mundo.

MARH: En tu barrio, los brigadistas ecológicos están trabajando en mejorar la zona recreativa infantil. Desde tu perspectiva como arquitecta, ¿qué elementos esenciales deberían considerarse para integrar sostenibilidad, funcionalidad y el uso creativo del espacio en un proyecto comunitario como este?

ELC: Los niños tienen una energía incombustible. La Brigada Ecologista “El Bambú” del Barrio Siglo XXI, en Limón, es una iniciativa que partió de los niños de mi barrio y ellos veían el problema claro y la solución simple: “Nuestra área de juegos está deteriorada y se llena de hojas secas del bambú cada día, y no tenemos cancha para jugar al fútbol”. La solución: “Vamos a limpiarla y pedirle a doña Carmen que nos ayude”. Ellos me llaman por mi segundo nombre.

Cuando los problemas son claros y los actores dan respuestas y se comprometen con la solución, allí tienes las respuestas más importantes a tus interrogantes: Funcionalidad, sostenibilidad, uso creativo del espacio. Otra cosa es que identificaron a su actor clave para apoyar su solución, coincidía en este momento en que yo, como arquitecta, estaba de obras en mi casa, con mis herramientas, manipulándolas y haciendo pequeñas reparaciones, así como contratando la poda de césped y varas secas del Bambú. Un día me preguntaron ¿por qué yo hacía trabajos de hombre?, ¡allí tenemos un tema! Las mujeres con perfiles STEM somos apenas el 25% en todo el mundo, y es poco habitual ver a mujeres haciendo intervenciones en obras, entonces creo que se fusionaron dos cosas en el imaginario de los niños: ¾ “Ella hace trabajos de hombres, cosas que podrían hacer nuestros propios padres, pero como es mujer y le gusta tener la casa y el barrio limpio, y no tiene hijos, ¡es nuestra aliada perfecta!” ¾.

Te digo más: para mí y para los niños es una escuela de aprendizaje también para resolver pacíficamente los conflictos, porque los niños riñen con frecuencia, pero a esas edades los enconos duran poco tiempo si las personas adultas intervenimos positivamente. Nos hemos dotado de unas reglas de respeto, han ido casa por casa del barrio entregando un marcapáginas de su Brigada Ecológica para presentarse y solicitar una colaboración monetaria, o en materiales y trabajo voluntario.

Este proyecto ha recibido un primer apoyo por parte del Club Rotario de Limón en el que se habilitó el espacio de la cancha y se dotó de una luminaria solar con una gran potencia de unos 4000 lúmenes. Adicionalmente, se les entregó material deportivo y construimos juntos las porterías que se hicieron con varas del bambú del pequeño parque. Los niños continúan con el mantenimiento de sus espacios y han logrado un reconocimiento importante dentro del barrio y de cara a sus amistades inmediatas. Están felices y quieren bautizar su cancha con el nombre de “Siglo Bernabéu” ¡son unos cracs!. Experiencias motivadoras como ésta siembran cultura, empatía, solidaridad, reconocimiento al esfuerzo y nos permiten la apropiación del espacio público. Cuando los niños juegan en el espacio público, podemos hablar de un indicador saludable de seguridad y sociabilidad urbana. Esta cultura que fomentamos desde la niñez y la juventud también son patrimoniables y son una esperanza y un modelo de compromiso con el entorno y las personas que debemos multiplicar en cada barrio, en nuestra ciudad toda, estoy convencida de que nos hace mejores personas.

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