Gloria eterna a Miguel Hernández en El sueño de un poeta

Horacio Otheguy Riveira.

Miguel Hernández (Orihuela, 1910-Alicante 1942) transmutado en dos actrices-cantantes que le asumen desde el primer momento. Ambas son el poeta, cuentan su historia en primera persona, dicen o cantan sus poemas a través de una dramaturgia muy libre que intercala parte de sus textos a lo largo de una emocionante, divertida, intensa y militante función para recordarnos en todo momento que su vitalidad es absoluta y contemporánea. Así sucede desde que el escenario nos recibe entre tinieblas diseñadas por la iluminadora Pilar Velasco (En tierra).

¿Por qué no dos actores para ser Hernández? Es una pregunta que desaparece a los diez minutos de iniciada la función. No hace falta explicarse el fenómeno creado por la actriz Amparo Climent, autora del texto, y su compañera de escena Gloria Vega: cuando dicen, relatan, cantan o bailan son él y a la vez las fabulosas mujeres que el joven poeta conoció y amó en su corta vida, cerrada a los 31 años, carcelariamente enfermo.

Los episodios se suceden con la sincronía estética, la precisa dinámica creada por el maestro Jesús Cracio (Tengo tantas personalidades…), quien alimenta la propuesta con detalles de armoniosa composición audiovisual, y vemos naturalmente la animosa juventud del muchacho que atiende las cabras por mandato paterno, y al mismo tiempo se las apaña para seguir leyendo, inquieto siempre entre bibliotecas y movimientos literarios; de Orihuela a Madrid, amistad con grandes personalidades, descubrimiento feliz de los placeres sexuales, y del amor tierno, inexperto, de quien será su esposa.

Teatro documento, musical al margen de todo convencionalismo, El sueño de un poeta es un viaje por el interior y exterior del personaje, con la principal novedad de que alrededor de la trágica experiencia de su militancia derribada por el franquismo, surge una representación que marca la diferencia con otras biografías teatrales por el arte singular de aunar estilos con dos actrices y una pianista en escena y la iluminadora ya mencionada: todas juntas capaces de dar forma, músculo y voz a un hombre incomparable.

Tanta mujer para tan grande personalidad que sobrevuela el Madrid con que vivió grandes experiencias y sufrió penurias. Una vida muy intensa en breve tiempo que no dejará de suscitar sorpresas y fervores, por mucho que se arranquen placas o derriban monumentos, imposible desterrar en el mundo de habla hispana la pujante presencia de quien nos habló uniendo mente y corazón, puño en alto y manos tendidas capaces de conformar también la gran vitalidad de esta obra teatral, reconstrucción escénica de una fuerza de la naturaleza que vivirá para siempre.

 

Retrato de Miguel Hernández por su amigo Antonio Buero Vallejo en 1940.

 

Un comienzo intenso donde Amparo Climent y Gloria Vega dicen el poema que Hernández dedicada a Ramón Sijé, su gran amigo, muerto por grave enfermedad a los 22 años.

 

Lo cotidiano forma parte heroica de lo realizado en la contienda feroz de la guerra civil. En aquella cotidianidad de mujeres sabias, acogedoras, se terció el carácter bravío del hombre y el poeta.

 

Admirable creación de las actrices que se entregan a la dinámica de diversos estilos con gran elegancia y plasticidad.

 

Un interludio con lectura de sentencia de pena capital, que no llegó a cumplirse. Pero sirve de recuerdo y homenaje por todos aquellos que fueron destruidos en tantos paredones con juicios sin derechos, o liquidados como bestias salvajes, cuyos restos en muchos casos aún no se encuentran…

 

 

MIGUEL HERNÁNDEZ. EL SUEÑO DE UN POETA.

Dirección Jesús Cracio

Producción Pilar Sancho

Dramaturgia Amparo Climent

Reparto Amparo Climent, Gloria Vega, Maru Mararía (pianista)

Compositora Gloria Vega

Coreógrafa Marta Gómez

Diseñadora de iluminación Pilar Velasco

Figurinista Beatriz Robledo Puertas

SALA MIRADOR. HASTA EL 24 DE NOVIEMBRE 2024

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