The Shit Show: mujeres que condenan a mujeres

Horacio Otheguy Riveira.

Es Domingo, 28 de enero de 2020. Donna Rotunno, abogada de Harvey Weinstein, acude al estudio del Daily Times invitada por Megan Twohey, periodista que destapa el escándalo de los abusos sexuales del productor cinematográfico. El juicio de Nueva York está en pleno proceso. El resultado era entonces impredecible. Cabía la posibilidad de que Weinstein no llegara a ser condenado.

Hoy en día este conflictivo asunto judicial ya no es posible porque todos los medios hicieron pública su condena a muchos años de cárcel, donde en la actualidad se encuentra. Muy enfermo (ya en 2020 fue al Tribunal en andador), una de las condenas en la apelación fue anulada. Espera el nuevo juicio cumpliendo en prisión por la condena inamovible; lo hace con esperanza de sus defensores, y angustia de quienes tendrán que repetir los detalles de sus abusos y violaciones.

Esta función es un espectáculo realizado a partir de la dramaturgia de la polémica entrevista que Twohey realiza a Rotunno y fragmentos de la transcripción del juicio al ex magnate de Hollywood. Un notable esfuerzo en el debut autoral de una actriz estupenda, con mucha experiencia en todos los medios: Elisabet Altube.

Para la ocasión ha creado una ficción documental que nos permite viajar dentro de la mente de tres mujeres: la abogada que defiende a un hombre acusado de agresión sexual, la periodista que intenta entender el extendido fenómeno social de los ataques a mujeres, y una de las denunciantes, vilipendiada por la letrada, modelo de esbelta mujer muy conservadora, una y otra vez castigadora: “A mí no me hubiera pasado. Yo no hubiera aceptado ir con un hombre a su departamento…”. The Shit Show: El show de mierda.

 

Mujeres sexualmente cuestionadas

 

¿Hemos llegado a un acuerdo sobre el concepto de consentimiento? Una vez más, se vuelve a poner en tela de juicio a la víctima en lugar de al agresor. Es en este momento de duda, de analizar cuán “perfectas” son las víctimas, en el que se lleva a cabo la conversación entre Twohey y Rotunno. Momento previo a la sentencia. Una sentencia considerada ejemplar y que ayudó a transformar el sistema judicial en Estados Unidos. Un hito en el movimiento #MeToo.

El encuadre ideológico tiene su razón de ser y en gran medida resulta fácil de compartir, si no fuera porque la dirección de las dos actrices (una en dos personajes: periodista televisiva y denunciante puesta en cuestión) recalca obviedades con un toque de sobreactuación permanente que por momentos distancia y, en general, remueve con acierto la antipatía que produce “naturalmente” la conservadora y moralista abogada de Weinstein, pero no encauza suficientemente otros aspectos importantes del fenómeno #MeToo como la presión social de los hombres influyentes capaces de arrinconar y forzar a mujeres social y económicamente desvalidas, herederas de una cultura eminentemente machista.

Weinstein tenía doble vara de medir y de excitarse: siempre se propasó con actrices jóvenes o maduras necesitadas de que se le abrieran puertas en el competitivo mundo del cine. Con estrellas bien plantadas en el mercado fue un tipo gentil y muy productivo.

La condena al poderoso productor dejó un importante antecedente en el mundo judicial estadounidense. El más alto tribunal de Nueva York revocó el jueves la sentencia por violación de 2020 contra Harvey Weinstein por considerar que el juez del histórico proceso #MeToo perjudicó al exmagnate del cine con decisiones “escandalosamente” indebidas, como la de permitir que las testigos declararan sobre acusaciones que no eran parte de la causa.

De momento, la repetición del juicio en que se le condenó a 23 años de cárcel, habrá de esperarlo en la cárcel donde está cumpliendo la condena de 16 años.

 

Manía de grandeza asegurada con elegancia, la abogada que culpabiliza a una de las denunciantes. A su lado, la periodista que en varios momentos se convierte en la víctima…

 

La sexualidad de la mujer puesta en entredicho o explotada con tópicos argumentos de erotismo promocional.

 

¿Cómo podrán regresar al tribunal las que se verán obligadas a repetir dolorosas situaciones de abusos sexuales? ¿Cómo podrán años después reabrir aquellas heridas? Con muchos ensayos con sus abogados, pues se juegan la verosimilitud de sus declaraciones en nombre de miles de mujeres en la misma situación.

 

Dramaturgia y dirección: Elisabet Altube
Reparto: Ariana Martínez y Mónica Miranda
Ayte. de dirección: Luis Tausía
Diseño de escenografía y vestuario: Tristana Castilla
Diseño de iluminación: Eleni Chaidemenaki
Diseño de sonido: Emilio Pascual
Producción: SIN CORPIÑO

TEATRO QUIQUE SAN FRANCISCO. HASTA EL 27 DE OCTUBRE 2024

 

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