Gemelos es la historia de dos niños que sienten y piensan de modo idéntico. Al llegar los tiempos de la Gran Guerra, su madre los abandona bajo la custodia de su abuela, en un mundo rural muy alejado de los conflictos bélicos, hasta que estos aparecen. La primera hostilidad es la de la propia anciana: «Hijos de perra» es su trato habitual al dirigirse a los niños, quienes siempre estarán privados de la menor calidez.
Sin embargo, los Gemelos afrontan el desprecio —también de casi todo el pueblo— como un destino al que hacer frente con la mayor entereza e imaginación posibles.
Ante este panorama inician un proceso de auto-educación que les permitirá sobrevivir al hambre, a la humillación permanente, al abandono, al orgullo, al abuso, a la corrupción… Siempre juntos, conforman una alianza que les permitirá no solo vivir intensamente situaciones difíciles como si fueran aventuras, sino que cuando llega la hora de asumir nuevas responsabilidades serán capaces de perdonar y recibir cierta clase de alivio…
Esta Compañía chilena ya fue muy audaz hace 25 años con una concepción escénica sorprendente, y nada frecuente por aquellos años, al unir diversas técnicas escénicas en una versión libre de la trilogía de Agota Kristoff (Hungría, 1935-Suiza, 2011), quien en tres libros independientes, forjó la historia de Claus y Lucas, los gemelos abandonados por la madre en la segunda guerra mundial, con su marido en el frente de batalla del lado de los nazis, tal y como fue el compromiso del gobierno húngaro de entonces.
Contención dramática para hechos muy duros
Una de las características del estilo de Agota es la sobriedad de los muy amargos recuerdos que destila a través de la dura historia de los gemelos, ya que su narrativa es distante, preciso, según su propia experiencia con cierto arte dramático brechtiano: «Seguramente mi forma de escribir viene del teatro. Diálogo puro. Lo justo, sin relleno, sin grasa. ¿Para qué dar vueltas?”. Y este Teatrocinema sigue con precisión el objetivo ejercicio de mostrar y contar con dos actores y una actriz para el trío protagonista y muchos otros personajes, a través de una interpretación que incluye mímica, teatro gestual y una estructura y actividad propia del teatro de títeres.
Asombra hoy como ayer la disponibilidad de recursos, el buen uso de las voces blancas, sin tensión ni dramatismo y sin embargo capaces de emocionar en mínimos y grandes detalles: trenes lejanos que vemos desfilar hacia campos de concentración, por ejemplo.
Dramaturgia: La Troppa Dirección: La Troppa Elenco: Laura Pizarro, Jaime Lorca y Zagal Escenografía: Eduardo Jiménez, Rodrigo Bazaes y La Troppa Artefactos, utilerías y miniaturas: Eduardo Jiménez, Rodrigo Bazaes y La Troppa Música: Zagal Diseño de vestuarios y máscaras: Rodrigo Bazaes, Eduardo Jiménez y La Troppa Realización de vestuario: Marco López y Marco Antonio López Asistente de diseño: David Coydán Ayudantes plásticos: Enrique Gómez, Loreto Monsalve e Isabel Pizarro Sonido: José Luis Fuentes y Eduardo Jiménez Masterización banda de sonido: Jorge Figueroa Diseño de iluminación: Cristóbal Castillo Producción: La Troppa
EQUIPO ACTUAL EN EL REMONTAJE
Dirección: Zagal Elenco: Laura Pizarro, Christian Aguilera y Julián Marras Diseño y operación de iluminación: Luis Alcaide Sonidista: Alonso Orrego “alonsonido”
TEATRO DEL CANAL EN TRES FUNCIONES: 27, 28 y 29 de SEPTIEMBRE 2024