‘Quedará el amor’, la nueva obra de Alice Kellen, que ya esperan más de 2 millones y medio de lectores

PILAR MARTÍNEZ MANZANARES.

Quedará el amor, de Alice Kellen, es un homenaje al sentimieneseña, to universal reflejado en su título y al valor de la amistad y la esperanza. La fuerza arrolladora del amor, a pesar de los desencuentros y las decepciones, el valor de esa familia elegida que son los amigos de verdad, la necesidad que tenemos todos de escucharnos a nosotros mismos y de empatizar con los demás, el inevitable paso del tiempo junto con las nuevas oportunidades que surgen a nuestro paso son los principales temas que aborda Quedará el amor.

Hay algo mágico en la narrativa de Alice Kellen, una autora que viste sus tramas de una emocionalidad que nos atrapa desde la primera página para dejarnos al final la sensación de que, cuando se trata de los sentimientos, todo puede ser posible. Sus personajes, tan cercanos e inolvidables, y su estilo, de una sencillez evocadora, han logrado tocar la fibra sensible de millones de lectores de todas las generaciones. Uno de los poderosos mensajes de esta novela es que siempre estamos a tiempo de alcanzar nuestros sueños. Incluso cuando parece que apenas nos queda tiempo para lograrlos cabe la posibilidad de volver a empezar o de afrontar el dolor ganándole la partida.

. Un viaje por Inglaterra y Francia

Quedará el amor, de Alice Kellen, nos traslada a diversas épocas y lugares. La narración principal se centra a finales de los noventa del siglo pasado en Edimburgo, la capital del Escocia; mientras que la trama sobre Cedric y Jane nos lleva a los años previos a la Segunda Guerra Mundial, al estallido del conflicto y a los momentos posteriores. La inquietud por cómo afectará a las vidas de los jóvenes Cedric, su hermano Jon y Jane termina por convertirse en una realidad. Ninguno puede escapar a las consecuencias de un enfrentamiento de tal magnitud.

Además de situar al público en lugares como Marazion, en el condado de Cornualles (Inglaterra), el Monte de San Miguel y el acantilado de Cudden Point, que vieron nacer un amor de verano, y la ciudad de Londres, donde vivía Jane; hay escenarios memorables como Dunkerque (Francia).

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