“Autopoiética” es todo experimentación, un alto riesgo hecho costumbre para Mon Laferte.
Por Elizabeth Salvatierra /
No podríamos definir con un solo adjetivo el trabajo musical de Mon Laferte, no podemos referenciar un único estilo de música sino admirarla como una artista multidisciplinar, en su entorno particular tan eclético como explosivo al unificar, sonidos, pintura, drama y la potente influencia de la poesía visual. La artista llega con su gira Europea “Autopoiética”, su último escaparate que la mantiene en sus raíces alternativas pero a la vez, experimenta con gran variedad géneros y estilos, influencias de ritmos latinoamericanos, valses, chacareras, cumbias, boleros, trip-hop, mariachi, salsa, techno, electrónica, por nombrar quizás las más destacadas, una mezcla unificada con las capacidades innatas de hacerlo ella misma, en un estudio casero, con sus propios instrumentos, con colaboraciones de amigos, y sin mucha ayuda de la tecnología.
La poesía es el eje en desarrollo de este trabajo que Mon Laforte representa no sólo en el directo del escenario sino también en el montaje de sus videos musicales, tumbada en una cruz invertida, apedreada por hombres y mujeres, sepultada con su bandera, atravesada por una bala o llorando en directo a lágrima viva, para finalmente aparecer en medio de un colorido floral. Mon Laferte se quita la chaqueta de cantautora, se transforma en una artista multidisciplinar, tan reivindicativa, que puede abrazarse al pop indie como al soft rock sin parecer una histriónica diva sino una diva con estilo y de aura vintage.
A su estilo tan particular, le acompañan como base esas letras tan poderosas y marcadas como sus significativos tatuajes, con una fuerza de interpretación que maximiza sentimientos, los teatraliza, mientras su voz se recrea entre el susurro, lo hablado y el grito controlado, sus cuerdas vocales supieron vencer el cáncer que afectaba a la tiroides, quién lo diría que más tarde, le daría esa fuerza para intercalar suaves desgarros vocales, jugando con diversos tonos de jazz y una capacidad para controlar el aire cuando defiende las notas más altas. Mon Laferte interpreta con el corazón roto, aprovecha el dolor, recompone rupturas, llora infidelidades, sonríe con las infelicidades, lidia con la tristeza, la hace hermosa e inservible en cada tres minutos que dura cada uno de sus temas que son como un trocito de sus propias venas, se desangra y vuelve a sonreír. Su propia catarsis para canalizar desavenencias.
Así es “Autopoiética”, su octavo disco y nombre que lleva su gira internacional, todo experimentación, un alto riesgo hecho costumbre para quien no tiene nada que perder porque ya lo ha ganado todo, nos hace olvidar que se llama Montserrat Bustamante, que nació en Chile, vivió en México y convivió con el desamor, con el desasosiego de caminar por el abismo del adiós y la sombra del suicidio, la pérdida de un ser querido, los enredos familiares, la enigmática sociedad y sus políticas. Gran ironía, lo mismo, le hizo vivir lo que más amaba, el refugio en la música le llevó a ganar varios Grammys, convertirse en la primera cantante femenina líder en ventas digitales y ser figura reconocida de colectivos feministas. Por eso con “Autopoiética”, invita a liberarse de las culpas, conectar con ese yo escondido que lucha por salir a la superficie y ser lo que uno realmente quiera ser. Si quieres una pequeña dosis la puedes tomar en temas como Metamorfosis, Pornocracia, Te juro que volveré, Tenochtitlán, o los ya conocidos Amárrame, Enrédeame, Por qué me fui a enamorar de ti, Amor completo o Tu falta de querer.
Santiago de Compostela. 6 de julio en O Gozo Festival
Fuengirola. 21 de julio en Marenostrum
Barcelona. 23 de julio en Sala Razzmatazz 1
Madrid. 25 y 26 de julio en Sala La Riviera
Valencia. 29 de julo en Conciertos de Viveros
ENTRADAS Ticketmaster – El Corte Inglés
Esa gran voz y una de mis favoritas cantantes se desmerece en ese ultimo album, donde no parece ella en la mitad de los temas, evidentemente fallidos, donde su presencia y personalidad vocal no existen. Esperemos tome nota y no se sufran en los conciertos.
Una apuesta diferente a todo lo que ha hecho antes, ella se lo puede permitir y toca escucharla. Es una gran voz, como bien dices.