Lánguido debut teatral de David Trueba: autor y director de “Los guapos”

Horacio Otheguy Riveira.

Cuando todo parecía enterrado en el lejano pasado de los enamoradizos 15 años, la guapísima de entonces regresa como clienta al abogado que fuera un niño tímido alucinado por los guapos hermanos que fascinaban a todo el mundo, y más aún hechizado por la bullente personalidad de la niña, portadora de una sexualidad que a él le paralizaba: tal el retrato que deja traslucir la pieza escrita y dirigida por el novelista y cineasta David Trueba, un despliegue de sugerencias que nunca llegan a plasmarse como situaciones dramáticas, pues todo transcurre en el ya cerrado bar de aquella adolescencia prometedora, en un mar de palabras, de explicaciones, de evocaciones… con dos excelentes actores que no logran seducirnos porque sus personajes no lo hacen en ningún momento.

Los guapos que entonces deslumbraban degeneraron en víctimas de drogas y sida, y ahora con 40 años ella quiere que el letrado que salió en la tele (por triunfar en un juicio difícil), demande al fabricante de un bastón-silla del que cayó su madre y se mató. Anna Alarcón asume este papel que, de entrada, pide ayuda increpando, provocando, como si le hiciera un favor “al señorito” por ocuparse de una chica pobre de barrio, ya sin hermano vivo, “el hombre que más amé en mi vida”. Y Vito Sanz es el modesto hombre de leyes que la atiende, se ocupa, la escucha, y rememora oscuramente aquellos tiempos en los que el deseo y el amor se le entremezclaban dolorosamente…

Un material en sí mismo interesante que apenas se desarrolla y cuyos personajes permanecen paralizados en una situación única por donde no pasan conflictos ni tensiones de ningún tipo, en un ejercicio dramático de escaso tirón para justificarlo en el gran escenario del María Guerrero.

Cuanto acompaña a los intérpretes funciona muy bien: música, luces, escenografía…, pero David Trueba en texto y dirección parece dominado por la languidez del abogado… una melancolía silenciosa que se pierde en su interior, callada, mustia, al margen de la necesaria energía teatral para que podamos acompañarle como deberíamos.

En definitiva: una promesa de función que más parece el primer ensayo de unos apuntes…

 

El mayor acierto de la puesta en escena está en manos de Beatriz San Juan (escenografía) y Pedro Yagüe (iluminación): entre ambos se crea la ilusión de encontrarnos con personajes que nos sorprenderán con su buena dosis de misterio, lo que no llega a producirse en ningún momento.

 

El abogado y su inesperada clienta, amor platónico de los 15 años: Anna Alarcón y Vito Sanz, muy buenos actores a cargo de un material poco elaborado en el texto y dirigido con excesivo afán de sugerir antes que mostrar.

 

 

Texto y dirección David Trueba

Reparto Anna Alarcón y Vito Sanz

Escenografía y vestuario Beatriz San Juan

Iluminación Pedro Yagüe

Música y espacio sonoro Iñaki Estrada

Asesoría de movimiento Carla Tovias

Ayudante de dirección Aina Tur

Ayudante de escenografía y vestuario Arantxa Melero

Ayudante de iluminación Paloma Cavilla

Realización de escenografía Mambo Decorados y Sfumato Pintura Escénica

Máquina recreativa Pinball Madrid

Fotos Luz Soria

Tráiler Bárbara Sánchez Palomero

Diseño de cartel Equipo SOPA

Jefa de producción Beatrice Binotti

Director de producción Josep Domènech

Adjunta dirección de producción Blanca Arderiu

Gestión de producción Eduardo Garre

Coordinación técnica Pedro Pablo Pérez

Producción Centro Dramático Nacional y Bitò

CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL. TEATRO MARÍA GUERRERO. HASTA EL 9 DE JUNIO 2024

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