María Oruña nos lleva en El tren fantasma, un fantástico viaje creado para mayores de 6 años

Horacio Otheguy Riveira.

Feliz interrelación de una escritora con su propio papel de madre. Así nació este divertido Tren fantasma que se inventó para el buen dormir de su hijo. El clásico papel familiar de leer cuentos a los críos recreado por una creadora de novelas para adultos de enorme éxito internacional. El gran marco de ilusionante ficción se resuelve con disciplina literaria, junto al placer incomparable de la maternidad ante la carita de asombro de su hijo, en una relación tan especial con quien ha viajado durante nueve meses en su interior, corazón con corazón…

Si todos los textos de María Oruña desprenden esa capacidad de encantamiento (nada menos que una serie de novela negra con siete obras Los libros del puerto escondido…) en esta ocasión adquiere características tan especiales que resulta apasionante su apuesta porque los adultos lectores para infantes vuelvan a su propia infancia, superando todas las expectativas por parte de quien logró enamorar a mujeres y hombres de diversas partes del mundo con novelas de crimen y misterio.

Es, sin duda, el primer libro de la escritora gallega, quien inventaba historias para dormir a su hijo hasta que decidió escribir uno de ellos con el fin de que pudiese leerlo y tuviese el grato recuerdo cuando fuese mayor. Esa historia, guardada en un cajón durante varios años, se publica ahora con el título de El tren fantasma (Anaya, 2024).

 

 

 

Una aventura que tiene como protagonista a Alan, un incansable niño que vive en una casita de un pueblo de Escocia. Siempre activo y con ganas de jugar, se resiste a irse a la cama. Una noche, para ayudarle a dormir, su padre decide leerle un cuento muy especial: El tren fantasma.

Tras escuchar las primeras páginas, de repente se encuentra dentro de la historia, y se convierte en un personaje más dentro de un desfile de paisajes y seres apasionantes: montañas mágicas, tormentas terribles, amazonas con espadas… Un viaje en tren que se convierte en un viaje en el tiempo en el que todo puede suceder.

Recomendada para niños mayores de seis años, El tren fantasma avanza a toda velocidad, cargado de imaginativa creatividad,  entre la vigilia y el sueño, entre la realidad y la fantasía, entre correrías reconocibles y viajes en el tiempo, para acompañar a los más pequeños de la casa tanto despiertos como dormidos.