‘Toda la rabia’, la realidad actual sobre la crianza paritaria

SILVIA PATO.

Toda la rabia. Madres, padres y el mito de la crianza paritaria (Editorial Capitán Swing), de la psicóloga clínica y periodista Darcy Lockman, es uno de esos ensayos imprescindibles para comprender el tiempo en que vivimos.

La obra, que afecta no solo a padres, sino también a aquellos que tengan a cargo a ancianos y/o personas dependientes, es lectura obligada para descubrir cómo, en el ámbito privado, todavía continúan retroalimentándose los roles de género.

Desgranando las razones por las que esto sucede, y amparada en análisis y estudios científicos, Lockman confirma la importancia de la educación recibida a la hora de repetir las pautas que hemos vista en casa cuando éramos pequeños, además de poner otros factores al descubierto que suelen  pasarse por alto. Ejemplo de ello es cómo la presión social sobre madres y cuidadoras se ha incrementado en lo personal a medida que se han ido alcanzando mayores cotas de igualdad en lo social. 

De igual modo, aspectos tales como la carga mental femenina y la resistencia masculina a cambiar también tienen su espacio en un libro en el que no faltan las opiniones de padres y madres, y en el que la autora no se olvida de analizar los conflictos de roles entre las parejas heterosexuales, homosexuales y lesbianas cuando de crianza se trata.

La explicación exhaustiva de cómo muchos hombres, tanto por la sociedad en la que vivimos como por la educación recibida, asumen que tienen derechos y no privilegios clarifica en gran medida el problema de la asunción de responsabilidades dentro del núcleo familiar, además de plantear los problemas a la hora de alcanzar la igualdad en los hogares.

Para ejemplificar toda esta problemática, Lockman no duda en desgranar los conflictos con su marido desde que fueron padres y sus discusiones sobre la responsabilidad compartida. De tal manera, a través de la experiencia de la propia autora y de las declaraciones de madres de toda edad y condición, en Toda la rabia se confirma que, ante el nacimiento del primer hijo, la mayoría de las parejas afrontan los mismos problemas. Estos merman la calidad de vida de las mujeres, quienes se sienten presionadas por el entorno social y cultural para ser madres abnegadas, trabajadoras perfectas y esposas comprensivas. Por el contrario, a los padres solo se les insta a que ayuden, y, en el supuesto de que lo hagan, se les da un valor que puede llegar a ensombrecer el gran peso del trabajo que, habitualmente, sigue recayendo en la que organiza y gestiona lo que sucede en casa: la madre.

El análisis de los sesgos y los estereotipos son una constante en un ensayo en el que se echan por tierra todas las creencias populares que se han basado en la biología para afirmar que las mujeres somos mejores cuidadoras. Así, se presta especial atención al sexismo interiorizado de muchas que terminan repitiendo los roles que veían representar a sus madres para evitar enfadar a sus parejas o dar al traste con su relación. Porque, al fin y al cabo, ayudar no basta.

Aunque ahora haya muchos hombres que colaboran en la crianza de los hijos más de lo que hacían sus padres y abuelos, aún están lejos de alcanzar la mitad de la responsabilidad que deberían asumir si se comparan con la que asumen sus parejas. Porque desde el momento en que uno de los dos progenitores espera a que el otro le dé instrucciones sobre lo que tiene que hacer para actuar y, en caso contrario, escaquearse, la igualdad dista mucho de ser real.

En definitiva, Toda la rabia es un libro que hay que leer con espíritu crítico y sinceridad para comprobar hasta qué punto seguimos alimentando la dinámica de géneros tradicional o si, por el contrario, nos sentimos raros y, en ocasiones, cuestionados, porque ya estamos haciendo aquello de lo que otros adolecen. En cualquier caso, hombre o mujer, seguro que te sentirás identificado en más de una de las escenas o discusiones que Lockman describe en su obra. Aunque para saberlo, tendrás que leerla.

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