Esenciales de Culturamas: “Bukowski Schultheiss: Edición especial”
Volvemos a lo grande con los Esenciales de Culturamas para hablar de un trabajo imprescindible.
Charles Bukowski fue un escritor que, fundamentalmente, vivió en la segunda parte del siglo XX. Un escritor estadounidense que planteaba de una manera muy descarnada y agresiva sus obras. Este creador se centró en plantear una especie de reivindicación de la derrota, de lo marginal y lo excluido. Esto lo lleva hasta el punto de construir una narración que puede resultar desagradable por su realismo, vehemencia, violencia y obscenidad. Sirva de ejemplo estas frases: “Para tener lo que ella ganaba en diez minutos, yo tenía que trabajar todo el día e incluso un poco más. Al final, resultaba más rentable tener un coño que tener un rabo…” Bukowski creció en un barrio pobre y vivió, durante su niñez, la Gran Depresión estadounidense. Esto, sin ninguna duda, marcó su interpretación de la sociedad y de la vida. De hecho, en la obra que estamos comentando veremos este contexto sociocultural.
Recientemente, la editorial La Cúpula nos ha vuelto a sorprender con una edición especial, a color, de las obras del estadounidense llevadas al mundo del cómic. Una obra maravillosa, excepcional, en la que, empleando narraciones breves de Bukowski, Matthias Schultheiss les da vida a través de las páginas de un cómic de gran calidad y solvencia. La editorial ya publicó la obra en blanco y negro, pero la versión en color es interesante, pues logra matizar algunos aspectos que pasaban algo inadvertidos.
Las creaciones cortas de Bukowski datan de 1969 y las adaptaciones se publicaron a comienzos del siglo, aunque luces ahora renovadas gracias a la incorporación del color. Sorprende que la recopilación no tiene un título unitario. Parece que se busca, precisamente, potenciar la importancia de los dos narradores. Estamos, por lo tanto, ante historias de seres desgraciados, de perdedores que no tienen salida ante su propia desgracia. Quizás lo único que quede es la propia autoaniquilación a través de la bebida o del sexo. Pero ante tanta sordidez también veremos una honestidad que diverge de la moralidad convencional. Una acción de unión entre semejantes.
Este trabajo nos muestra como el progreso fruto de la ilustración, la subsiguiente industrialización y el mito actual del progreso humano, también genera profundas desgracias. Esto ya lo constató Adorno en su Dialéctica de la Ilustración. Esta realidad (invisibilizada) es llevada aquí al nivel de obra maestra gracias a una narración escrita profunda, resonante y vibrante. Junta a ella nos toparemos con una narración visual sorprendente y paradójica. Una narración visual muy acorde con el trabajo de Bukowski en la que se opta, como no podría ser de otro modo, por la oscuridad y el feísmo. Ahora bien, también veremos personajes conformados gracias a líneas curvas y elegantes. Una combinación chocante que maravilla e hipnotiza.
Cada historia está narrada de manera diferente. Así, veremos en muchas de las historias, unas viñetas recargadas y repletas de detalles. En cambio, en la obra titulada “Un par de borrachines”, vemos que la narración visual es muy desnuda. En este sentido, da la sensación de que el cómic está planteado como una especie de pasatiempo de paradojas o, si se prefiere, como un juego de elementos narrativos que buscan sorprender y, a su vez, mostrar esa depravación humana, esos elementos mórbidos que nos hacen ser lo que somos.
En definitiva, estamos ante una obra esencial, imprescindible. Un trabajo necesario en toda bibliteca que se precie. No puedo tener más que palabras de elogio hacia este impresionante trabajo, tan importante es su contenido, como enormemente recomendable por su profundidad. Eso sí, debe tenerse claro que la obra está planteada como un trabajo oscuro, mórbido y feísta.