Al habla con Luz Gabás, ganadora del Premio Planeta 2022

HÉCTOR PEÑA MANTEROLA.

Luz Gabás (Monzón, 1968), licenciada en Filología Inglesa y profesora titular de escuela universitaria, decidió dedicarse a la escritura tras años vinculada a la docencia. Su primera novela, Palmeras en la nieve (2012), se convirtió en un fenómeno de crítica y ventas, y desde entonces, ha sido traducida a varios idiomas. La adaptación al cine de la novela supuso un rotundo éxito en taquilla, y la película consiguió dos premios Goya. Años después continúan las ediciones en diferentes formatos.

Con Regreso a tu piel (2014), Como fuego en el hielo (2017) y El latido de la tierra (2019), Luz Gabás se ha consolidado como una de las grandes autoras de nuestros días, por lo que ha recibido el reconocimiento de lectores y asociaciones de libreros de toda la geografía española, y sus libros son publicados en otros países. En 2022 obtuvo el Premio Planeta con su novela Lejos de Luisiana.

Actualmente reside en el valle de Benasque, en las montañas del Pirineo aragonés, donde encuentra la inspiración para su trabajo, que consiste también en la redacción de relatos y artículos y la preparación de charlas para encuentros literarios.

  • Buenos días, Luz. Es un honor tenerte por aquí. Me gustaría empezar con una pregunta nostálgica. Tu primera novela fue Palmeras en la nieve, pero siempre hubo un antes. ¿Cuál fue el tuyo?

Muchas gracias, Héctor. Y gracias por tu reseña sobre Lejos de Luisiana. Antes de Palmeras en la nieve no hubo ningún texto publicable, solo ideas, borradores, pruebas, diarios, ensayos universitarios, algún poema y muchas horas de lectura. Aunque ya de niña soñaba con ser escritora, no me enfrenté a una novela hasta que me di cuenta de que tenía la madurez para hacerlo y una buena historia que contar.

  • Durante tu proceso de formación como escritora. ¿Qué otras autoras y autores tuvieron una mayor influencia sobre ti? Y, a día de hoy, ¿qué influencias crees que persisten en tu estilo?

Cuando estudié COU en Estados Unidos conocí la literatura norteamericana; luego, en la carrera de filología inglesa me enamoré de los autores ingleses y norteamericanos del siglo XIX. Esas grandes novelas de personajes, sentimientos, naturaleza y dilemas me marcaron y creo que esto se refleja en mi obra.

  • En la reseña que publiqué en esta misma web indiqué que te conocí gracias a Palmeras en la nieve. Ha sido bonito reencontrarme contigo unos pocos años después, ni más ni menos que tras ser galardonada con el Premio Planeta. ¿Qué se siente al recibirlo?

Recuerdo el delicioso momento de irrealidad: aquello me estaba sucediendo a mí. Era yo quien subía al escenario y recibía el galardón. Estaba nerviosa, pero muy feliz, por mí y por mi familia. El premio es un orgullo y un impulso para continuar adelante.

  • Lejos de Luisiana nos traslada a un pasado convulso. América, siglo XVIII, un pastel repartido entre las distintas potencias coloniales y los indios. Es un escenario idóneo para concebir un amor imposible, atrapado bajo el yugo del deber y de los huracanes familiares. Soy historiador y, aun así, me ha llamado la atención la precisión con la que nos trasladas a los lectores al lugar y a la época, la riqueza del vocabulario. ¿Cuándo (y cómo) comenzaste a concebir la idea?

En 2018 tuve que preparar un relato sobre el papel de España en la independencia de los Estados Unidos y la figura de Bernardo de Gálvez. Me enganché al contexto y quise saber más. Cuanto más leía, más personajes de diferentes grupos sociales iban apareciendo en mi mente, como si quisieran tener voz en una historia amplia y completa sobre esos cuarenta años en los que España gobernó Luisiana. Me gusta fijarme en los detalles cotidianos, en cómo discurre el día a día en contextos de conflicto. Me gusta que el lector sea capaz de visualizar los escenarios del pasado elegido en cada novela.

  • Tirando un poco más del hilo. ¿Puedes compartir con nosotros tu proceso creativo?

Leo todo lo que encuentro sobre el momento hasta que la información se repite o alude a las mismas fuentes. Abro carpetas diferentes con anotaciones a mano sobre política, acontecimientos importantes que saldrán en la novela, costumbres, comidas, indumentaria, clima y biografías de los personajes. Preparo tablas de fechas y personajes que se van a encontrar en un lugar u otro para que la acción avance. Le doy mil vueltas a todo y no empiezo a escribir hasta que tengo la historia trabada.

  • A un sector lector actual puede asustarle el grosor de la novela. Desde aquí, como mano inocente, quiero aprovechar para recalcar dos cosas. La primera que, pese a ello, se trata de una lectura ágil y agradecida. La segunda que, si un libro es bueno (como este), que sea más largo solo significa que puedes vivir más tiempo entre sus páginas. Así que, si me lo permites, cojo el arco, una flecha, y disparo: ¿cómo se consigue que una novela tan larga carezca de momentos pesados que hagan perder la atención del lector?

Agradezco tus amables comentarios. Que un historiador valore tan positivamente la novela es importante para mí. La novela era más larga, pero luego la podé quitando las detalladas batallas de Gálvez, que quedaron en cuatro pinceladas, porque es una información propia de un libro de historia. No es fácil tomar ciertas decisiones, sobre todo cuando tienes tanto material; pero al final hay que hacer caso a la razón. Todo lo que aparece en una novela histórica tiene que estar relacionado con el viaje físico y emocional de los personajes; no debe ser un lucimiento de la información encontrada ni una clase. La extensión final vino dada precisamente por las vidas de tantos personajes como hay en la novela. No hubiese podido contar tanto con menos páginas.

  • Hace poco conversé con una compañera de editorial tuya, Eva Gª, también ganadora del Planeta por Aquitania. Ante una pregunta clásica me dijo algo muy sabio: que es una pena que con cada nuevo lanzamiento las novelas anteriores dejen de existir. Vamos a cambiar el paradigma. ¿Qué puedes contar a los lectores sobre tus anteriores obras? (Es el momento perfecto para desvelar cualquier secreto…).

Yo no tengo esa sensación. Al contrario; gracias a mi última novela, Lejos de Luisiana, nuevos lectores se han adentrado en mis anteriores historias. Como son diferentes —Palmeras en la nieve (siglo XX, colonización en Guinea); Regreso a tu piel (siglo XVI, brujería y ajusticiamientos de mujeres por parte de autoridades civiles); Como fuego en el hielo (siglo XIX, viajeros románticos, guerras carlistas, revoluciones); y El latido de la tierra (siglo XX, transformación del mundo rural)—, los lectores descubren nuevos temas y se enganchan a mis historias de amor en contextos difíciles.

  • ¿Tienes un lugar favorito desde el que escribir, o alguna manía de escritora?

Puedo leer y tomar notas en cualquier sitio y a cualquier hora, pero solo puedo redactar en mi despacho, con mis herramientas (libros, cuadernos, lapiceros, papeles) dispuestas siempre de la misma manera, y por la mañana.

  • Si tuvieras que llevarte un solo libro (o saga) a un viaje muy largo, sin posibilidad de comprar ningún otro por el camino. ¿Cuál sería y por qué?

Me llevaría el libro electrónico con una selección de autores españoles contemporáneos a los que conozco, algo de histórica, algo de romántica y algún ensayo. Si solo pudiera ser uno, literalmente, me llevaría la Biblia. Tiene acción, historia, poesía y sagas familiares. Y hay que disponer de mucho tiempo para leerla con calma.

  • Aunque hemos reivindicado el pasado, siempre hay un futuro. ¿Tienes en mente algún escenario histórico donde te gustaría ambientar alguna novela?

Suelo tener varios. Los diferentes temas y contextos van dando vueltas por mi cabeza hasta que uno cobra mayor protagonismo y empieza la obsesión. Estoy en la fase de lectura porque ya sé sobre qué quiero escribir ahora. ¡Empieza la obsesión!

  • Ha sido un placer contar contigo, Luz, y creo que nuestros lectores opinan lo mismo. Siempre cierro la puerta contigua a una habitación blanca. Este tiempo es para ti. ¿Quieres decir algo a los lectores que no hayamos tenido en cuenta durante la entrevista “formal”, o añadir el motivo por el que los indecisos deberían atreverse con tu obra?

Lo maravilloso de la literatura es la relación que se establece entre los textos y los lectores. Hay miles de voces que pueden ser escuchadas en cualquier momento, dependiendo del estado de ánimo, de la necesidad de un tipo de lectura u otra. Es una relación infinita, eterna, sólida e íntima, con la ventaja de que tú decides los términos de la relación. Y si una historia no es para ti, no pasa nada. Nadie resulta herido. Si un lector quiere probar con mis novelas, es posible que aprenda algo que no sabía y que se conmueva con las vidas y relaciones de mis personajes. Son historias que surgen de mi corazón, de mi alma, y de mi cosmovisión. Historias de otras vidas que podrían haber sido las mías o las tuyas.

Un abrazo, Héctor, y muchas gracias.

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