“Cielos”, de Wajdi Mouawad: tragedia del fin del mundo en un escenario de envolvente misterio
Horacio Otheguy Riveira.
Para estos Cielos, Alessio Meloni ideó un espacio en tres campos que en mucho me recuerda al encierro de Alien, el octavo pasajero, la película de Ridley Scott que en 1979 marcó una línea de terror científico y político, desde la ficción de un encierro en marcha, vivo; cápsula espacial en la que se investiga una nueva arma letal; aquí bunker alejado del mundo para analizar el contenido de una voz que podría llevar a la raíz de un magnicidio en la órbita del terrorismo internacional, un mundo nuevo generador de renovado espanto, tal vez terror de estado, quizás islámico, anarquista… hasta comprender que el monstruo —como en aquella fantástica película— está entre nosotros, no ahora en la nave espacial, sino en la vida cotidiana, algo no por sucedido menos violento e impredecible: discotecas, supermercados, restaurantes, teatros, manifestaciones… La película como una influencia histórica que es una percepción de este cronista, que probablemente no se le haya ocurrido al equipo, pero que me sirve para mejor comprender la pieza.
El diseño de escenografía de Meloni va por delante de la dirección, provee una serie de muy interesantes sugerencias; crea mayor misterio y creatividad que la puesta en escena de Peris-Mencheta, un hombre de teatro innovador que esta vez parece devorado por las caudalosas intenciones de un gran autor, ahora perdido en cierto barullo, tras obras mucho más logradas sobre tema similar.
Este drama sociopolítico del canadiense-libanés Wajdi Mouawad se plasma con ánimo de intriga inquietante, de película muy teatral; una técnica envolvente para un texto dramático muy ligado a la estructura del llamado «teatro de ideas» —o más certeramente, teatro filosófico— en el que todas las escenas se sostienen a partir de elucubraciones, discusiones, percepciones… entre arquetipos humanos que sólo por momentos devienen en personajes de peso.
La relación padre-hijo adolescente, se sale del excesivo tono discursivo y genera situaciones que van del diálogo costumbrista a un creciente dramatismo. Esto sucede entre uno de los investigadores en la cabina de exploración y su hijo estudiante, a través de video-llamada. En general, el espectáculo es interpretado con precisión un tanto fría, distante, al que le vendría bien un ajuste de tiempos, pues sus casi dos horas tienen bastantes cuadros de una verborrea que debilita el desarrollo de la función hasta dar con un impactante mensaje final.
Cielos cierra la tetralogía titulada La sangre de las promesas, compuesta por Incendios —la más representada mundialmente—, cuya versión en castellano se estrenó en La Abadía, y de la que se realizó una película de distribución internacional, Litoral y Bosques. Todas ellas con un punto en común: la tragedia que arrastra la humanidad. Y que encontró un “intermezzo” en un monólogo magistral con mucho en común: Un obús en el corazón.
Cielos nos lleva a un lugar apartado donde un grupo de criptógrafos, traductores e investigadores trabajan contrarreloj para tratar de impedir un ataque terrorista múltiple que tiene por objetivo provocar una debacle social. Se abre con una voz, captada y decodificada entre los millones de voces que pueblan el cielo virtual de los mensajes online. Esa voz, que habla en nombre de los hijos devorados por todas las guerras del siglo XX, culpa a los padres de la sangre derramada de generaciones y amenaza con una venganza devastadora: un atentado terrorista de insólitas dimensiones. Pero, como en el mito de Casandra, esa voz que habla de la sangre derramada por los hijos por mandato de los padres, esa voz que proclama la venganza de los hijos multiplicándose en voces que hablan en todos los idiomas, no puede ser entendida por quienes han sido precisamente comisionados por los más altos poderes del Estado para descifrarla.
Texto Wajdi Mouawad
Traducción y Dirección Sergio Peris-Mencheta
INTÉRPRETES
Marta Belmonte (Dolorosa Haché)
Jorge Kent / Xoel Fernández (Blaise Centier)
Álvaro Monje (Vincent Chef Chef)
Pedro Rubio (Clément Szymanowski)
Javier Tolosa (Charlie Eliot Johns)
Sergio Lanza (Valéry Masson)
Rodrigo Simón (Victor Eliot Johns
Voz de Anatol Ricardo Gómez
Voz de periodista Pepa Fernández
Voz codificada Sergio Peris-Mencheta
Composición musical Joan Miquel Pérez
Diseño de escenografía Alessio Meloni (AAPEE)
Diseño de iluminación David Picazo (AAI)
Diseño de vestuario Elda Noriega (AAPEE)
Diseño de sonido Enrique Mingo
TEATRO DE LA ABADÍA. DEL 11 AL 29 de SEPTIEMBRE 2024
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