Ideología y cómics: una relación conflictiva
Todas aquellas personas interesadas en la historia de los cómics conocen los efectos generados por el trabajo de Fredric Wertham titulado Seduction of the Innocent. En aquella obra se hablaba de las consecuencias que traía consigo la lectura de los cómics. Todo ello provocó una ola de conservadurismo y censura en la industria estadounidense. Este fenómeno se materializó en el conocido sello denominado Comics Code Authority. Esto es algo todavía recurrente y estudiado de un modo u otro. Al fin y al cabo, existe una parte del sector que genera productos vehementes y con narrativas muy directas.
El problema no es el tipo de productos generados, sino el hecho de que habitualmente se ha entendido que el cómic es un tipo de creaciones pensadas para un público joven. Estoy seguro que la mayor parte de las personas que están leyendo ahora mismo este artículo tienen más de 30 años. Con independencia de mis creencias, el sector comiquero genera, cada vez más, productos diseñados para personas de edad media con una capacidad económica relativamente amplia.
Sin duda alguna, el estudio de las ideologías dentro del mundo del cómic es algo sumamente interesante. Pensemos que, por ejemplo, Batman es un adinerado personaje y que Spiderman, un joven alocado. Cada uno de ellos transmite unos valores y una interpretación de la realidad. Así mismo, la caracterización de los personajes (si están sexualizados, si son enfermos mentales, etc.) también impacta en aquellos que consumen estas historias. El problema de todo esto está en intentar estudiar los cómics sin sesgos y sin caer en consideraciones moralizantes.
Con el objetivo de mostrar, brevemente, una posible aproximación a este tipo de análisis de lo ideológicos, vamos a recurrir a uno de los pensadores más interesantes de la actualidad: Teun Van Dijk lingüista neerlandés afincado en España. Este destacado investigador ha estudiado durante muchos años estos procesos ideológicos y ha planteado una visión alternativa a la clásica (presente en pensadores tales como Marx o Engels). Van Dijk afirma que las ideologías pueden ser buenas o malas. Por lo tanto, no deberíamos suponer que hablar de ideología es hablar de prejuicios, discriminaciones o cosas semejantes. Hablar de ideología es hacer referencia al modo de pensar de un determinado grupo social.
Ahora bien, Van Dijk nos dice que las ideologías están estrechamente relacionadas con el lenguaje a través de un concepto que él denomina expresividad. Este es el fulcro en el que nos podemos basar para analizar la narración visual y escrita en los cómics. Esta expresividad genera modos de pensar, valoraciones, interpretaciones y modelos mentales. Gracias a estas herramientas explicadas someramente, vemos la manera en la que podríamos comprender los elementos transmitidos por un cómic. Hay una importante aclaración que indica este pensador. Los elementos lingüísticos de una obra como un cómic deben tener correlato social. He aquí un elemento sumamente importante.
Si un determinado producto cultural no tiene impacto social, entonces no podemos afirmar que éste genera alguna alteración ideológica. Este aspecto resulta un poco complicado de estudiar, pero, sin duda alguna, será lo que nos permita afirmar que una narración va más allá del papel. En caso contrario, un determinado producto cultural será inocuo y no podremos afirmar nada negativo al respecto. Sin duda alguna estos aspectos es algo a tener en cuenta por los estudiosos del mundo del cómic.
Por Juan R. Coca