Teatro para leer: «Bitchcoin», de Ramón Paso, una excitante y peligrosa aventura
Horacio Otheguy Riveira.
Tras varios meses en cartel, llega a las librerías esta singular travesía policiaca escrita por un autor hiperactivo, muchas veces aplaudido en estas páginas, tanto por su actividad escénica como literaria, ya que gran parte de su abundante obra está editada.
El teatro entendido como totalidad es la base sobre la que Ramón Paso escribe con gran cuidado sumergido en variedad de géneros: comedia costumbrista, comedia crítica con su punto gamberro; dramas históricos en torno a la guerra civil española, cuando no versiona la novela de fantasmas de Henry James Otra vuelta de tuerca, clásicos de Oscar Wilde tales como El abanico de Lady Windermere —en una versión musical muy original— y La importancia de llamarse Ernesto, con una actualización tan especial que se repone por tercera vez donde se estrenó, el Teatro Lara de Madrid, a partir del 30 de mayo de este mismo año 2023.
Bitchcoin es una de sus pocas piezas que se representó con producción y dirección ajenas a su Compañía Paso-Azorín Teatro. Cuenta con una vitalidad de irresistible encanto, ya que fusiona mucha información sobre el fenómeno de las criptomonedas en un entorno de comedia policiaca con baño de romanticismo bien templado entre una joven mujer policía y un ingenuo adicto a la informática que cae en las redes de un líder mafioso. Con todo esto, un texto que da gusto leerlo por la diáfana unión de elementos al servicio del ritmo indispensable para que sigamos con mucho interés el drama y la intriga entre sonrisas.
A menudo atraviesan la acción, desenfadados “apartes” a muy buen ritmo: pensamientos y emociones de los dos personajes comentados al público en busca de sus propios recursos para salir a flote:
«SALLY (Al móvil) Papá, papá, escúchame papá. No, no tengo vacaciones. Pues papá, porque no las tengo. No necesito vacaciones. Porque me gusta lo que hago. (A público) O me gustaba. (Al móvil) ¡Y qué voy a hacer yo en tu empresa? No, papá, no quiero, no me interesa. No, papá, tampoco me gusta lo que hago ahora. No me gusta. Pues me aguanto. ¿Qué voy a hacer si no? No, no quiero trabajar contigo. Mira, papá, ya hablaremos. (Cuelga) Estaba acabada.
CÉSAR: Necesitaba ayuda.
SALLY: En mi curro…
CÉSAR: Ya no era un juego.
SALLY: Cuando te quemas, acabas metida en mierdas muy complicadas.
CÉSAR: Podía morir gente por mi culpa.
SALLY: Le había dicho a mi padre que no, que no quería trabajar con él, pero cada día… joder, la tentación era muy fuerte.
CÉSAR: De esta no iba a salir solo.
SALLY: Siempre había sido independiente.
CÉSAR: Muy independiente.
SALLY: Por elección.
CÉSAR: Por necesidad.
SALLY: Pero las cosas eran tan aburridas…
CÉSAR: Todo se había vuelto tan peligroso…
SALLY: Iba a morirme.
CÉSAR: Iban a matarme.
SALLY: No me engañaba.
CÉSAR: No podía seguir engañándome.
SALLY: Me estaba hundiendo.
CÉSAR: Me había hundido.
SALLY: Necesitaba un salvavidas. (CÉSAR saca el móvil y llama. Suena el móvil de SALLY. Contesta, extrañada) ¿Diga?
CÉSAR: ¿Sally?
SALLY: ¿Quién es?
CÉSAR: César.
[…]
CÉSAR: Me he metido en un lío. Tengo problemas. Problemas graves. Estoy asustado, Sally…
La edición cuenta con una muy interesante entrevista al autor realizada por Elvira de Luis:
«[…] Ramón Paso: Sé que el teatro sirve para entretener y explicarnos los unos a los otros. En esta obra hemos hablado de qué pasa cuando un friki blandengue se enamora de una poli dura, y luego que hay que tener cuidado cuando te asocias con mafiosos, porque los mafiosos tienen un código ético que no tiene nada que ver con el normativo de nuestra sociedad. Ves la obra, te lo pasas bien, aprendes algo, pasas de asociarte con mafiosos, genial, misión cumplida. ¿No te mola? Lo siento. Bitchcoin ha estado cinco meses en cartel, con lo que entiendo que algo habremos hecho bien.
Elvira de Luis: Por cierto, parece ser que todos llevamos un pecado a cuestas… ¿cuál es el suyo?
Ramón Paso: Soy autor teatral en Madrid. ¿No es suficiente pecado?».