Nadie quiere leer tu basura (cinco consejos de Eric Barker para escritores)
I1) “Nadie quiere leer tu basura”
Steven Pressfield, autor de The War of Art: Break Through the Blocks and Win Your Inner Creative Battles, reduce todo este asunto a una frase con la que estoy totalmente de acuerdo:
Nadie quiere leer tu basura
Permíteme repetir eso. Nadie, ni siquiera tu perro o tu madre, tiene el más mínimo interés en tu comercial para Rice Krispies o baterías Delco o Preparaton H. Tampoco a nadie le importa tu obra de un solo acto, tu página de Facebook o tu nuevo restaurante de pollo al sésamo en Canal y Tchopotoulis.
Pressfield no está siendo cruel. Está diciendo que necesitas darle a los lectores una razón para interesarse. No des por sentado que lo estarán. Sé divertido o informativo.
2) Antes de ser ingenioso, sé claro
Hacer entender tu punto es más importante que presumir.
Estudios demuestran que las cosas que son más fáciles de procesar para nuestro cerebro se sienten más verdaderas que conceptos que demandan trabajo del lector.
Por esta misma razón las palabras cortas son más eficaces que palabras rimbombantes, y tratar de lucir “inteligente” realmente te hace ver como un estúpido.
3) Cuenta historias, no números
Las historias son una parte fundamental de la vida. ¿Quieres que tu escritura sea memorable? Olvídate de las estadísticas y cuenta historias.
Tomado de Made to Stick: Why Some Ideas Survive and Others Die:
En el discurso promedio de un minuto, el típico estudiante usa cerca de 2.5 estadísticas. Sólo un alumno de cada diez cuenta una historia. Esas son las estadísticas respectos a los que hablan. Las estadísticas de “memoria”, por otra parte, son casi una imagen espejo: Cuando se les pidió a los estudiantes recordar algo de los discursos, el 63 por ciento recordó las historias. Sólo el 5 % recordó cualquier estadística individual.
4) Considera a tu audiencia
Estás poderosamente influenciado y atraído por cosas que tienen algo en común contigo. Piensa quién es tu público objetivo y asegúrate de que estás haciendo un esfuerzo para conectar con ellos.
Es tan simple como pensar sobre las palabras que tu audiencia utiliza. Hay investigaciones que señalan que la imitación del discurso del otro facilita las negociaciones.
James Pennebaker, autor de The Secret Life of Pronouns: What Our Words Say About Us, ha realizado estudios que comprueban que la similitud entre vocabularios es un factor que puede predecir quienes van a enamorarse.
5) Tus palabras importan. Tus metáforas importan
En Words That Work: It’s Not What You Say, It’s What People Hear Frank Luntz expone las diez principales lecciones que ha aprendido durante años de experiencia escribiendo mensajes políticos. La conclusión clave del libro es realmente parte de su título:
No es lo que dices, es lo que la gente escucha
Algunas palabras y las metáforas pueden parecerte intercambiables pero las personas no son siempre tan racionales.
Tomado de Words That Work: It’s Not What You Say, It’s What People Hear:
A mediados de los años 90, la mayoría de los estadounidenses (55 por ciento) dijo que la atención por sala de emergencia “no debería prestarse” a inmigrantes ilegales. Sin embargo, sólo el 38 por ciento dijo que la atención debería serles “negada”.
El resultado final es el mismo, pero “negar” se siente más duro que “no prestar”. Cuando el crimen es descrito como una “bestia” el público favorece a la policía y las cárceles como solución; cuando se trata de un “virus”, la población apoya la reforma social.
No pienses solamente en la literalidad de lo que tratas de decir, también piensa en cómo el lector va a interpretar tus palabras emocionalmente.
Nuevamente, los cinco consejos son:
- “Nadie quiere leer tu basura”
- Antes de ser ingenioso, sé claro
- Cuenta historias, no números
- Considera a tu audiencia
- Las palabras importan. Las metáforas importan