Carrera 5 de Aracataca, “Cien años de soledad”
UNA CALLE, UN LIBRO
Carrera 5 de Aracataca, “Cien años de soledad”
La carrera 5 dale del parque plaza Simón Bolívar. En ella está la casa donde nació Gabo. Y esa es la cada que inspira la mansión de los Buendía. Está restaurada como un diseño postmoderno (ah, los restauradores), es algo casi abstracto. Pero quedan algunos detalles. La casa real estaba en ruinas desde los años sesenta. Vimos textos sugerentes con letras grandes. En medio vimos el corredor de las begonias donde la abuela asustaba a Gabo. Vimos una sugerencia del cuarto donde el coronel fabricaba los peces de plata. En el cuarto lucía un ejemplar de “Las mil y una noches”.
En el jardín seguía el gigantesco ficus, donde ataron a Aureliano Buendía cuando se puso demasiado estupendo. Y la cabaña donde vivían los indios de la Guajira. Allí latían jirones de la memoria, esbozos de “Cien años de soledad”. Me encantaba estar allí por fin, había planeado esa visita muchas veces. Era el sueño de la memoria y era el sueño de la Literatura.
Me decían: Aracataca es muy feo, tal vez porque no era moderno ni tenía centros comerciales. Las calles eran polvorientas pero tan sugestivas. En el barrio del Carmen estaba la tumba de Melquiades, el gitano que trajo el hielo a Macondo. La levantó un holandés loco que se hizo llamar Tim Buendía, al que le apasionaba “Cien años de soledad”. Y abrió un alojamiento al que llamó la Residencia Gitana. Yo dormí en él, pero entonces tenía otro nombre.
Fue tan mágico estar en la calle donde vivían los Buendía. Donde Isabel vio llover durante cuarenta días y cuarenta noches. Donde Aureliano Buendía recordó todos sus pasados y sus batallas junto a los liberales (en el mejor sentido). Volvía allí después de ver a Remedios la Bella volando todavía en otra calle.
Antonio Costa Gómez Foto: Consuelo de Arco