10 planes para tu estancia en Pamplona
Hoy te contamos diez cosas que creemos imprescindibles en Pamplona, una capital con mucho gancho, gastronomía de altura y recorridos famosos Son muchas cosas interesantes que ofrece la ciudad navarra para que tu alojamiento en Pamplona sea estupendo.
Hacer una visita a San Fermín
Raro sería que no conocieras a San Fermín. Patrono de la ciudad y uno de los santos más famosos del mundo por sus a la par famosas celebraciones. Pues si quieres honorar a San Fermín podrás hacerlo del mismo modo que hacen los mozos al inicio de cada encierro en la Calle de Santo Domingo.
En la cuesta, encontrarás un pequeño hueco en el que está la figura del Santo Fermín. Pero ojo este san Fermín al que le cantan los mozos dentro de la hornacina cada mañana tiene truco. Durante la semana de fiestas, justo después del chupinazo el 6 de julio, la imagen original del santo preside Pamplona desde allí. El resto del año, sin embargo, el San Fermín de la hornacina es una copia y el original está en manos de las diferentes peñas.
Sorprenderte con la Plaza del Ayuntamiento
La fachada del ayuntamiento de Pamplona es el lugar icónico desde donde se da inicio a la las fiestas de San Fermín. En el imaginario común aparece el momento del Chupinazo en una gran plaza pamplonesa. Pues esta plaza, la del Ayuntamiento, no es para nada una gran plaza en cuanto a extensión se refiere. A mí, personalmente me sorprendió mucho la primera vez que la visité por su tamaño, muy distinto al que había imaginado a través de las imágenes. Es una plaza muy bonita, sin duda uno de los imprescindibles en Pamplona, ya que tiene unas bonitas panorámicas hacía la iglesia de San Saturnino.
Visitar el café Iruña
Se trata de uno de los establecimientos más bonitos de Pamplona. Está situado en la mismísima plaza del Castillo y su larga historia, ya que está en aquel lugar desde 1.888, da buena cuenta de algunas de las tradiciones de la ciudad. El interior, conservado como en el siglo XIX, es un precioso ejemplo de decoración decimonónica en el que no está de más tomar algunas fotografías. El Café Iruña ha sido frecuentado por algunos insignes visitantes, uno de los más conocidos el famoso escritor Ernest Hemingway al que han dedicado, incluso, un rincón en el interior del café. Además, como curiosidad, fue el primer local con luz eléctrica de toda Pamplona.
Comprar dulces en la pastelería Beatriz
Pastas Caseras Beatriz, así reza el letrero de este tradicional establecimiento, es uno de los lugares imprescindibles en Pamplona si eres un amante de la buena gastronomía. Es una de esas tiendas de toda la vida en una de las calles más emblemáticas de la ciudad, en la de Estafeta. El interior de Pastas Caseras Beatriz poco ha cambiado desde su apertura en los años 60 del siglo XX. Desde entonces un sin fin de pastas, bollos y dulces elaborados con las recetas más tradicionales. El más famoso de sus productos son los garroticos, aunque las tortas de txantxigorri tampoco son como para no hacerles caso…
Tomar algo al lado de la Fuente de la Navarreria
La calle Navarrería, con su peculiar forma de ángulo, forma una pequeña plazoleta donde se sitúa una de las fuentes más famosas de la ciudad. Es el lugar perfecto para tomar unas tapas o pinchos en Pamplona en alguno de sus numerosos bares: el mesón de la Nabarrería, la Mejillonera, el Mesón de la Tortilla, etc… En cualquiera de los concurridos locales de esta calle encontrarás buena comida y mejor compañía ya que es una de las zonas preferidas por los pamplonicas para disfrutar de su localidad. Una cerveza a última hora de la tarde es un cierre perfecto para un día en Pamplona.
Pasear por las calles del centro
El centro de la ciudad está lleno de bonitas calles coloridas. Sus fachadas pintadas de diversos colores siempre me han llamado mucho la atención, me recuerdan a otras ciudades como Narbona o la zona de Cinque Terre en Liguria. Las coloridas calles del centro de Pamplona son un lugar perfecto para un paseo, ni siquiera en pleno verano están demasiado concurridas. La calle Mayor, la cuesta de Santo Domingo, Mercaderes o Estafeta son calles que dan un encanto especial al centro histórico de esta ciudad. Psss, psss, no dejes de admirar la portada del Centro Integrado de Educadores, un precioso palacio del siglo XVIII, con una admirable portada. Se trata del Palacio Ezpeleta o de los Marqueses de Aguayo construido en 1.709.
Y si paseas por estas calles no puedes de dejar de realizar el recorrido de San Fermín. Es decir, caminar por las calles en las que se desarrollan los encierros: subir por Santo Domingo, girar en la calle Mercaderes, continuar por la Calle Estaféta y la famosa curva de Telefónica… En fin, un recorrido hasta llegar a la Plaza de Toros de la ciudad.
Probar los mejores helados de la ciudad
No pueden faltar entre nuestros imprescindibles en Pamplona las pecados gastronómicos. Entre ellos uno de los mejores helados que hemos probado en mucho tiempo. Se trata de la heladería Larramendi en la calle Estafeta o en algunas otras localizaciones de la ciudad. Además de chuparte los dedos, puedes estar seguro de que en esta heladería los productos que ofrecen son de alta calidad ya que sus creadoras conscientes de la necesidad de utilizar ingredientes de calidad han creado una carta de helados tradicionales y muy ricos.
El rincón medieval de Pamplona
Los rincones más bonitos de Pamplona se encuentran prácticamente a la sombra de la Catedral. La plazuela de San José, una de las más antiguas de la ciudad, en el lateral de la Catedral gótica y la calle Redín, son los lugares más bonitos de Pamplona. Es cierto, no es fácil encontrarlos vacíos o con poca gente, suelen estar abarrotados. No menos abarrotado, sino todo lo contrario, está conjunto que forma el Mesón del Caballo Blanco, un sitio perfecto para tomar algo y disfrutar de la arquitectura.
Respirar en sus parques
Pamplona, en mi opinión, es una ciudad muy verde. Son varios los grandes parques de los que disponen sus gentes en pleno casco urbano. Por un lado el de la Ciudadela, la antigua fortificación militar construida en el último tercio del siglo XVI. Alrededor de sus baluartes hay un gran parque en el que se puede pasar un buen rato respirando aire, haciendo ejercicio o disfrutando sin más. Por supuesto, uno de los lugares imprescindibles en Pamplona es el Parque de la Taconera. Se trata del más antiguo entre los espacios verdes de la ciudad. Además de la vegetación que se puede observar encontraréis un montón de animales que viven en los fosos. Es uno de los mejores sitios para visitar en familia y con niños, les encantará ver a los animales que allí viven. Hay otros parque interesantes como el jardín japonés del Parque Yamaguchi o el parque Aranzadi en las afueras de la ciudad.
Atardecer desde las murallas
Una de las mejores formas de terminar la tarde en Pamplona es visitar sus murallas y disfrutar de un bonito atardecer desde ellas. La zona del Paseo del Redín, con vistas hacia el río Arga y el valle donde se situa Berriozar ofrece unos bonitos atardeceres que son el broche de oro a una visita en Pamplona. ¡No te los pierdas! El paseo por esta zona es muy agradable y siempre puedes sentarte en alguna terraza como la del Caballo Blanco a tomar algo o cenar.