Fantástico encuentro de Carmelo Gómez y Mikhail Studyonov, «A vueltas con Lorca»
Horacio Otheguy Riveira.
Todo empieza entre la gente que se apresta a entrar al teatro cuando un tipo con sombrero panamá, americana corta, y sobre todo camiseta roja y blanca, todo él saltimbanqui de espectáculo infantil, todo él niño grande, les da la bienvenida “al templo del teatro” como si no fuera Carmelo Gómez junto al eximio pianista ucraniano Mikhail Studyonov, no, como si fueran hombres que vienen de la calle, hombres de a pie recorriendo mundo desde hace algunos años A vueltas con Lorca.
Un juego que busca la pureza de las emociones en las que navegaba y se sumergía Federico García Lorca, el hombre que siempre quiso volver a la gozosa infancia, que dibujaba, cantaba, interpretaba al piano, escribía tragedias para entrar en el cielo de los dolientes que quieren volar en libertad, y poemas tiernos, en los que la amoralidad de los niños no puede ser más pura, parafraseando a su gran biógrafo Francisco Umbral.
Es este un espectáculo donde el actor nunca pierde el rumbo del cómico de la legua… Ese que aún va por los caminos con su gastada maleta y una imaginación siempre flamante, renovada, hecha de palabras que construyen tumbas y paraísos, el amor y la muerte siempre unidos. Corre, salta, recita, entrelaza, hilvana, concuerda la voz de Lorca con la de Cervantes, Machado, y una y otra vez flashes de Umbral (muy presente su magistral biografía Lorca, poeta maldito, prólogo de Ian Gibson), y muy especialmente Lope de Vega que con su Caballero de Olmedo se despidió Federico del teatro trashumante de La Barraca.
El caballero al que se le advierte que no vaya pero va, tan feliz hacia donde le matarán, según todos lo sabían menos él, lo mismo que el poeta granadino invitado a México, pero no, dale que dale a Granada, a festejar el santo con su padre. Y encima escribe un poema dialogado, una obra que anticipa en ficción los luctuosos sucesos que acabarían con su vida: El amargo.
Todo se presenta en escena de tal manera, con tanta frescura, que actor y pianista sobrevuelan la agonía y la esperanza, la unión tan sólida de los vivos y los muertos: “los vivos que buscan su felicidad junto a los muertos que les dieron tradición y vida”.
A vueltas con Lorca es una cita imprescindible para los amantes del teatro; una espontánea alegría de vivir por parte de sus artistas, tan felices de unirse con el poeta reivindicado a través de ilustraciones y vídeos, con un gran primer plano en el que se le ve dichoso, y de cualquier manera presente en todas las lenguas en que ha sido traducido, en los infinitos homenajes, y en este tablado en el que Carmelo Gómez dice algunos de sus textos, improvisa otros, se ríe y corretea, se emociona, se entusiasma con la chica que se llevó al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido; le aterran los años de encierro impuestos por Bernarda Alba; por aquel Nueva York del que escribió en nueve meses; se aleja y retorna, corretea por el ancho escenario y vuelve a entregarnos parte de sí mismo y sus emotivos encuentros con quien muy joven nos dejó, arrancado por la fuerza del enigma gozoso de la existencia.
Intérpretes: Carmelo Gómez y Mikhail Studyonov (Piano)
Ilustraciones Oier Zúñiga
Arreglos musicales Mikhail Studyonov
Foto Sergio Parra
Video y animaciones Germán Roda | Natalia Ruiz
Distribución Doshermanascatorce
TEATRO DE LA ABADÍA. DEL 15 AL 25 DE SEPTIEMBRE 2022
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Otros recitales lorquianos:
Una noche sin luna, Juan Diego Botto
Nueva York en un poeta, Alberto San Juan
Romancero gitano, Nuria Espert
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