ECC nos deleita con “Nadie”, de Trillo y Breccia

Portada de Nadie

A finales del año pasado tuvimos la posibilidad de deleitarnos con una nueva obra dibujada por el maestro Breccia.

Alberto Breccia es, innegablemente, uno de los grandes narradores visuales del ámbito de habla hispana. Su calidad e innovación están fuera de toda duda posible. De hecho, en sus primeros trabajos, entre los que destaca Sherlock Time guionizado por Héctor Germán Oesterheld, ya comenzó a mostrar una constante búsqueda en la transmisión de emociones y sensaciones a través de sus creaciones. En este sentido, el uso magistral de la oscuridad convierte a sus obras en potentes transmisores de elementos narrativos que complementan a la narración escrita y, paradójicamente, también a la visual.

En este sentido, Breccia nos hace pararnos en la imagen. Nos obliga a paladear lo que tenemos ante nosotros. Habitualmente este ritmo más lento se logra con mayor número de viñetas. Breccia, en cambio, lo logra con el uso del negro. Por eso, muchas de sus viñetas necesitan ser terminadas por nuestra mente. Me explico. Breccia no va a dibujar un sombrero. Se limita a poner todo en negro, pero nosotros terminaremos viéndolo de un modo u otro.

En su época más tardía de creación (concretamente a partir de 1975) tuvo una amplia colaboración con Carlos Trillo. Este creador argentino, premiado en diversas ocasiones, fue uno de los destacados historietistas sudamericanos. Fruto de esta relación surgieron trabajos tales como Un tal Daneri, Buscavidas o, la que hoy tenemos entre nuestras manos, Nadie.

Nadie es un trabajo de carácter comercial que se aleja de obras más sociales, metafísicas o chocantes como Mort Cinder, El Eternaura o, incluso, Perramus. En este sentido, es una obra, realizada por capítulos, que nos muestra las aventuras de un agente de la inteligencia británica, cuya personalidad distante lo convierte en enigmático e interesante. El personaje es notablemente silencioso y no es mostrado con elementos eróticos o sugerentes. Es duro, rudo y, repito, enigmático.

A lo largo de las diferentes historias, podremos ir leyendo diferentes aventuras donde Nadie se va a ir enfrentando a multitud de dificultades. Logra solucionar sus problemas con soltura, a veces, y con suerte, otras. En este sentido, la obra pretende mostrar una visión próxima a la realidad, aunque también se incorporan elementos espirituales para darle más profundidad al aspecto misterioso del personaje y de la historia.

La obra, como cualquier trabajo de aventuras, tiene un enemigo contra el que el protagonista tendrá que luchar en diversas ocasiones. En este caso, este personaje será Fu-Manchú. En él encontraremos al Breccia experimental y arriesgado. La caracterización de este personaje es extraña y, en algún caso, imprecisa. Ahí, el maestro nos hace pensar en algunas de sus obras anteriores. De hecho, creemos que esto es intencional, aunque (por supuesto) no tenemos certeza de ello.

Por otro lado, también vamos a poder comprobar la evolución de la obra. De unos inicios más comerciales y sencillos, iremos transitando hacia el final de la obra a una narración más compleja y matizada. Por ejemplo, en la historia “La muerte del mar” la historia se construye de una manera más simbólica. Ahora bien, esto no es habitual en la obra. De ahí que podamos considerar que Nadie tiene un interés más comercial y menos experimental que otros trabajos.

Con todo, estamos hablando de un cómic de una calidad excelente. Un trabajo que satisfará a todos aquellos lectores que gustan de obras clásicas.

 

Por Juan R. Coca

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