Sin más amigos que las montañas

El 31 de enero del 2019 el escritor y periodista kurdo-iraní Behrouz Boochani fue galardonado con el prestigioso Premio Literario Victoria, uno de los más importantes de Australia dotado con 125.000 dólares australianos, por su libro “Sin más amigos que las montañas”. Y, aunque la descripción anterior (objetiva, aséptica, sin contexto ni detalles) pueda llevarnos a pensar en una ceremonia tradicional de una entrega de premios, en la edición anual de un ritual cultural con el que el gobierno del estado de Victoria promueve la publicación de literatura contemporánea en Australia, lo acontecido en aquella edición bien pudiera considerarse en su conjunto una gran instalación de arte contemporáneo, un provocador performance, una ingeniosa meta-obra de arte que ilustraba con precisión y desnudaba con crudeza una de las muchas paradojas de nuestro tiempo: aquel año las autoridades australianas premiaban un libro escrito en verso y prosa, redactado desde una prisión con un teléfono móvil a través de mensajes de WhatsApp enviados clandestinamente al exterior sorteando el control de los guardas; y reconocían a un autor solicitante de asilo en Australia al que tenían confinado en la isla-prisión de Manus (Papúa Nueva Guinea) desde hacía más de cinco años. El galardonado no pudo acudir a recoger su premio porque el mismo páis que le otorgaba el reconocimiento a su vez lo tenía confinado y le denegaba el visado para entrar en el país. Behrouz Boochani intervino en la ceremonia desde su encierro, cómo no, por WhatsApp.

Aunque pueda resultar una sorpresa para algunos, la política de inmigración australiana es de sobra conocida por su brutalidad, especialmente desde que en el año 2001 el gobierno de la época adoptó la llamada “Solución del Pacífico”, por la que todos los inmigrantes interceptados en aguas internacionales quedaban confinados fuera del territorio australiano fuera en barcos-prisión vagando temporalmente por el Océano Pacífico o en países vecinos con los que Australia estableció acuerdos de colaboración de dudosa legalidad y ninguna moralidad para establecer centros de detención en los que miles de personas esperan durante años en condiciones infrahumanas a que se resuelva su situación. Las organizaciones de derechos humanos han estado años denunciando la política del gobierno australiano y las condiciones de estos centros e incluso las Naciones Unidas llegó a publicar un demoledor informe sobre las precarias condiciones de vida de los allí confinados y documento los muchos abusos que sufrían.

En su premiado libro (traducido al español y publicado por la editorial Rayo verde) , el escritor galardonado narraba su odisea como refugiado escapando de Irán, la travesía que estuvo a punto de costarle la vida en varias ocasiones y su sufrimiento y las injusticias del Centro de detención de Manus, el cual fue finalmente declarado inconstitucional por el Tribunal Supremo de Papúa Nueva Guinea y, tiempo después, desmantelado. Behrouz Boochani consiguió asilo en Nueva Zelanda, sin embargo, muchos de los demás internos fueron simplemente trasladados a otros lugares parecidos y su situación sigue aún sin resolverse… Sí, esas cosas tan horribles pasan allende los mares y también aquí, en nuestros patios traseros, en todos esos lugares a los que preferimos no mirar.

La efeméride cobra especial relevancia en estos días en los que los medios de comunicación de todo el mundo se apostan frente al Hotel Park Melbourne (una pieza más en esa brutal política de inmigración australiana) y concentran la atención y sus focos en algunas personas que se manifiestan ruidosa y apasionadamente gritando slogans y enarbolando pancartas que piden la “Libertad para los refugiados”. Lo triste es que, una vez más, este mundo tan necesitado de unas buenas gafas para poder enfocarse en lo importante y con un déficit crónico en su capacidad de atención que le impide ir más allá de un titular, el mensaje se centra en la situación de Novak Djokovic y en el devenir del Open de Australia en lugar de, por ejemplo, la historia de cualquiera de la otra treintena de los solicitantes de asilo que están en ese mismo centro, alguno encerrado desde hace más de 9 años…  ¿!Novak Djokovic un refugiado!? Las cosas que hay que oír…

Llegados hasta aquí, la obstinación irracional y megalómana de Djokovic contra las vacunas de COVID-19 podría ser de alguna utilidad si sirviera para denunciar la situación de los verdaderos refugiados e influir y transformar en las políticas australianas, y en las internacionales, que regulan y gestionan a duras penas uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo.

Sin embargo, todo parece indicar que descarrilaremos hacia otra cacofonía absurda de ruidos, banderas y mitomanías, de estandartes para los negacionistas y de conspiraciones para los nacionalistas más radicales que ya convierten el asunto en causa patriótica argumentando que existe una “maniobra” para impedir que el formidable tenista serbio se alce con su vigésimo primer Grand Slam lo cual le colocaría en los anales más altos de la historia deportiva.

En estos tiempos que vivimos, llenos de dioptrías, obsesionados y entregados a las celebridades, sufriendo bulimia de egos e individualismo y con un talento especial para amplificar la anécdota y travestirla en causa y argumento, es más que probable que a Novak Djokovic, cuando se retire del tenis, le aguarde una gran carrera política en su país. Quién sabe, quizá estemos siendo testigos del nacimiento político del próximo presidente Serbio. Al tiempo, que la realidad siempre supera la ficción y esa trama ya la hemos visto en otros canales.

Fernando Travesí

Fernando Travesí

Escritor y dramaturgo galardonado con el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca por su obra “Ilusiones Rotas”. Entre su producción teatral se incluyen “Palabras de amor, sangre en la alfombra”, “Tú, come bollos”, “Acuérdate de mí”, “El Diván”, "El espacio entre medias" y "La sensación de no saber estar", representadas en diversos escenarios españoles (incluyendo el de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos) latinoamericanos y estadounidenses. En el ámbito narrativo, es autor de la novela “La vida imperfecta”, (Editorial Editorial Siltolá, España. Editorial Planeta, Colombia) premiada con el Premio de Novela Corta del Fondo de Cultura Económica (Colombia). Es también autor del libro "Peter, Niño Soldado" (Ed. Martínez Roca, Grupo Planeta 2004) y su más reciente publicación e el libro de relatos “El otro lado de las cosas (que ocurren bajo el cielo de París)” (Editorial Siltolá, España)

2 thoughts on “Sin más amigos que las montañas

  • el 30 enero, 2022 a las 11:51 am
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    Fantástica reflexión y contundente desde la palabra. Emocionante lectura.

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