Malas Compañías, Óscar Puky Gutiérrez
Casa Bukowski (Chile), 2021. 60 págs.
Por Matías Escalera Cordero
Malas compañías, de Óscar Puky Gutiérrez, el poeta boliviano de Santa Cruz de la Sierra, abre la colección “tierra de nadie”, de Editorial Bukowski, pensada para el encuentro de toda la poesía americana, la del Sur, la del Centro, la del Norte y la del Caribe; es decir, a toda la poesía hecha en castellano de arriba abajo del inmenso continente hermano; aunque, en verdad, por la naturaleza misma del proyecto Casa Bukowski, integralmente panhispánico, no sería de extrañar que esta nueva colección, “tierra de nadie”, fuese, pronto, más allá, y no solo cubra ambas orillas del Atlántico, sino que llegue incluso a las mismas costas mediterráneas, pues nuestro idioma abre ante nosotros un inmenso espacio que atraviesa océanos y continentes.
Y que sea un poeta boliviano, Puky Gutiérrez, y un poemario como este, Malas compañías, el que abre un proyecto editorial como este es toda una declaración de intenciones, en este espacio universal de la poesía en castellano, no hay nadie pequeño, la excelencia puede hallarse en cualquier rincón de nuestros territorios.
Creo en el poema padre todopoderoso
y en el abecedario de silencios al que nos acerca.
Creo en la primavera y otros milagros…
Estos versos que inician, justamente, el primero de los poemas, con los que se abre el hermoso libro de Óscar Puky Gutiérrez, nos dan y reciben, al mismo tiempo, el santo y seña de la colección y del proyecto entero; porque nadie de entre nosotros, en ninguna de las dos orillas, estamos dispuestos a renunciar ni al idioma hecho poesía, ni a la vida, ni a la primavera.
Y así es, estas Malas compañías no es solamente una negación de lo triste y de lo oscuro, de lo impostado, falso y patéticamente maldito, sino que, creo, es uno de los cantos de afirmación de lo vivo más fundados, sinceros y poderosos que he leído últimamente.
Es por eso que elijo para mi poema
sol y jardinerías
jaguares, colibrís y otros orgasmos
azules antídotos contra el invierno
en estos extraños tiempos de la ceniza.
Contra estos tiempos grises, este hermoso poemario nos ofrece luz y santo regocijo poético; lo oscuro no vale más por ser oscuro, se nos viene a decir en un lenguaje poético pleno de vigorosas, claras y contundentes metáforas, que no necesitan justificación espuria ninguna. Un lenguaje poético que se levanta y se justifica a sí mismo, como toda poesía auténtica que se precie.
Asumo las ventajas de la orfandad
(esa antigua justificación de toda melancolía).
Sublimo en poemas y otros menesteres
la ruta sumergida
el caracol de la nostalgia
el cardumen en soledad.
… / …
Voy con menos lastre
menos pensativo
menos bobo.
Aéreo al fin
ocupo mi lugar en el reino
de los suelos.
Porque…
Si es para odiar o marchitar o crucificar
si es para apagar la escasa luz escasa
si es para impedir el verano
si es para domesticar la ternura
No cuenten con Óscar Puky Gutiérrez, ni con “tierra de nadie”. No formaremos parte, de ninguna de las innumerables Malas compañías que nos amenazan por doquier. Estén donde estén, hagan lo posible por hacerse con este canto a la existencia y bellísima afirmación de lo vivo que queda en nosotros.
Matías Escalera Cordero (Madrid. España. 1956) es un escritor vinculado a prácticas literarias artística y socialmente muy exigentes y comprometidas –ya sea en la novela, en el relato, la poesía o el teatro–; y, en cuanto profesor e intelectual, a modelos de pensamiento materialistas y críticos. Su poesía se adscribe a la corriente denominada “Poesía de la conciencia” o, de un modo más apropiado, “Poesía de la conciencia crítica”. Y, aunque cercano en lo ideológico a otros escritores y novelistas críticos, como Belén Gopegui, Isaac Rosa, Marta Sanz o Eva Fernández; su modo de enfrentarse al relato y a la novela busca, no obstante, la construcción de una especie de nueva novela y relato materialistas que sepan integrar todas las estrategias narrativas, experimentales o tradicionales, de un modo libre y no dogmático, en la elucidación poética de la realidad presente.