Érase una vez un cuento
Por Ángels S. Amorós
Anize Eguiarte (guionista) y Alfonso Berroya (dibujante). Érase una vez un cuento. Una mano tendida 1. Legutio (Álaba): Editorial Saure, 2016.64 pp. A partir de los 12 años.
¡Por fin era libre! ¿Para qué necesitaba un príncipe
por muy encantador que fuera?
Podía levantarse. Podía cabalgar. Y podía recorrer el mundo.
No uno, ni dos sino hasta cinco cuentos que se inician en escenarios cotidianos pero que se expanden mucho más allá de la imaginación y se envuelven del horror y de la violencia que a pesar de las noticias, pocos se acostumbran a ver.
Los cinco cuentos están protagonizados por diferentes niños que tienen en común sufrir violencia en manos de los más allegados y que ellos consiguen canalizar gracias a su imaginación y la esperanza en un futuro mejor. En Érase una princesa, una niña dibuja e inventa historias sobre una princesa que es su alter ego. De este modo, logra escapar a un mundo de fantasía donde la princesa está cautiva y no tiene más remedio que escapar por iniciativa propia debido a la incapacidad del príncipe. Lo mismo que le ocurre a ella que debe lidiar con el alcoholismo de su padre para llevar una vida más o menos normal.
En Érase una vez un monstruo, un niño teme a la hora de ir a la cama porque el monstruo se encuentra en su propia casa y abusa de él. Gracias a un viaje que realiza al país de los monstruos sabe que puede confiar en otros adultos para contarles lo que está ocurriendo. El tercer cuento, Érase una vez una mamá, un niño reafirma su condición sexual tras un viaje donde demuestra que los débiles se crecen ante las dificultades y que el silencio y la bondad son las mejores armas para ayudar a los que nos necesitan. En Érase una vez una sirena, una niña experimenta la aceptación de su cuerpo y descubre su verdadera belleza y potencial cuando se enfrenta a sus agresoras luego de defender a otra persona que, como ella, sufre acoso por parte de iguales que en grupo se sienten más fuertes. El último cuento, Érase una vez una bruja, dos hermanos se rebelan contra algo que consideran imperdonable por parte de sus padre y de su madrastra se escapan hasta que vienen a por ellos.
En definitiva, cinco cuentos que transitan entre la realidad más espeluznante y los mundos imaginarios que recuerdan a cuentos de siempre como Peter Pan, Hansel y Gretel o La Sirenita, entre otros, y que no tienen otro objetivo que dotarles de una experiencia vicarial para resolver sus conflictos. Es decir, a partir de la visualización de su infierno por parte de un personaje inventado con el que se identifican y que vence todas las dificultades, ellos se sienten más capaces de hacer frente a sus problemas.
La editorial Saure está especializada en publicaciones sobre concienciación social y con este volumen intenta dar voz a los más pequeños y nos muestra sus problemáticas desde su propia óptica. El formato elegido es el del cómic y las ilustraciones son en blanco y negro cuando se centran en el presente real y a todo color con mucha minuciosidad en los detalles cuando se traslada la historia a un mundo imaginario. La representación de la realidad es poco amable, más bien desgarradora, pero este retrato es necesario para hacer despertar a los adultos y que dirijan su mirada de atención hacia los más pequeños.
Como se cita en la página final del libro:
La conciencia social se refiere a las creencias compartidas y valores morales que unen a toda sociedad y la van moldeando como tal. Es un proceso que nos involucra a todos y nos hace persona y nos diferencia de robots autómatas que hacen cosas por rutina o por estar programados.