Todo fin es un nuevo comienzo
FCO. JAVIER CLAVERO CHAMPSAUR
“Te darás cuenta que lo que hoy parece un sacrificio, mañana terminará siendo el mayor logro de tu vida. Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”, Miguel de Cervantes.
Dicen que la vida es bella, y sin duda lo es, más siempre estamos prestos a fijarnos en las espinas antes incluso que apreciar las rosas, que están más allá de las susodichas espinas. Máxime cuando queremos dar carpetazo a una situación que por lo que sea ya ni nos llena ni nos entusiasma, y es este un requisito indispensable para sentirse feliz —como veremos—.
Cuando una circunstancia empieza a agobiarnos creándonos estrés, ansiedad, es que hemos perdido el interés en ella; momento en el cual nos enfocamos más en pasados y futuros, tales como lo que podría haber sido y no fue, con lo bien que estaba, a poco que cambiara la situación ya me conformaría, etc. Aquí obviamente el entusiasmo ha desaparecido.
Animo en este punto y para dar carpetazo a una situación que hemos decidido está en sus estertores, lo ideal es en primer lugar desdoblar ésta, es decir, tomar acción sobre lo que queremos, lo que podemos hacer y cómo no, lo que las circunstancias nos van a permitir… Con todo ello trazar planes, digamos que vías de evasión —o sea afrontar la situación, dejándola atrás. Resolviéndola—. Amén de objetivos definidos. Una vez con todo ello claro y en movimiento, volver ipso facto al día a día, estando en el presente, en el aquí y ahora.
Cuando estás en el aquí y ahora no importa más que lo que tienes por delante. Déjame que comparta el ejemplo del tigre… Si entrara un tigre por la ventana de tu casa “aquí y ahora” solo habría una cosa importante, urgente y de la que ocuparse: Que no te pillara el felino. En ese preciso instante, pregúntate si tendrías hueco en tu mente para pensar en tu jubilación, tus dolores, tu jefe, el vecino impertinente, la hipoteca, etc. No. Solo tendrías una misión en tu cabeza, escapar del tigre. Lleva esto a tu día a día: El aquí y ahora viviendo el presente y verás que muchas de tus preocupaciones desaparecen y lo fácil que resulta dar carpetazo a determinadas historias que ya no tienen sentido para ti o simplemente han caducado.
En segundo lugar, hay que imbuirse de buenos hábitos, que normalmente se consiguen, instalan e integran en nosotros a través de una suave y sin embargo permanente autodisciplina, para elegir entre lo que nos conviene y lo que no, lo que nos acerca a nuestros objetivos y lo que nos aleja de ellos. La disciplina es de esas virtudes, habilidades que a muchos dan miedo, pero que cuando te haces amigo de ella se convierte en una aliada indispensable, faro que te guía a buen puerto, es decir, a los buenos hábitos, que no son más que costumbres que nos mantienen en ese piloto automático que nos atrae, como si de un potente imán se tratara, hacia nuestras metas.
Y aunque podríamos sumar otras tantas, voy a añadir una más, para no empacharnos demasiado… Este es el ya mencionado entusiasmo. Sin él no hay proyecto que no se desmorone a las primeras de cambio. Podríamos constatar que es casi terapéutico, mantiene alejado al agobio, el estrés y la ansiedad de nosotros. El entusiasmo genera energía, hace que la actitud que mostramos a los demás, marque la diferencia con aquellos que carecen de él. Es el combustible de cualquier proyecto, el antídoto contra los fracasos, las adversidades y los problemas que el universo nos envía, sean del tamaño que sean, para saber si estamos donde deseamos o hemos de finiquitar lo que hoy hacemos para encontrar lo que si nos entusiasme y nos haga sentir felices y exitosos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
¡Gracias! Lo difícil es vivir en el aquí y ahora a la vez que se intenta “dar carpetazo” a algo que no funciona. Viviendo en el aquí y el ahora hace que siga en ello. Es un dilema que me planteo con frecuencia.
Los otros elementos son acertados: la autodisciplina y el entusiasmo. A la autodisciplina he llegado tarde y el entusiasmo es algo que he de cultivar, pero eso son autoreflexiones.