Ghost: la magia del amor más allá de la muerte
Por Mariano Velasco
Una de las mayores dificultades para adaptar al teatro una historia como la de Ghost, la película que arrasó en los cines de los noventa con una tierna aventura de amor más allá de la muerte, era poner sobre el escenario los medios técnicos suficientes para crear ese ambiente sobrenatural que tan fácil es de lograr en los cines y tan difícil en las salas de teatros. Para ello, esta versión musical que se representa al Teatro Edp Gran Vía de Madrid, recurre al camino más directo posible: la magia. Objetivo cumplido.
Versionada como musical desde 2011 y tras una muy exitosa trayectoria durante estos años en el extranjero, llega ahora a España este rejuvenecido Ghost, que incorpora sobre el escenario unos más que sorprendentes efectos visuales basados en trucos de magia para recrear con acierto algunas de las más inolvidables escenas de aquella película, pelín cursi pero muy resultona, en la que había mezclados muchos y muy eficaces ingredientes: amor, tragedia, traición, humor… Y todo ello aderezado con ese componente sobrenatural que la hacía tan atractiva.
Por eso es que el musical decide apostar sobre seguro y mantener, con escasas variantes, la conocida historia de amor entre Sam y Molly, a la que pone fin – o al menos lo intenta– el tipo que acaba con la vida del primero con la aparente intención de atracarlo. Descubriremos que el suceso encierra otras ocultas intenciones y que además el difunto –no creo que vayamos a descubrir nada que no se conozca– está muy vivo. Y que el amor está, qué bueno saberlo, muy por encima de la muerte.
Sin embargo, las novedades que trata de aportar esta versión musical sobre la original, que son precisamente sus canciones y coreografías, no acaban de estar a la altura de lo logrado gracias a la herencia anterior, ofreciéndonos un espectáculo que bien podría haber deslumbrado de principio a fin y que, eso sí, va claramente de menos a más. Y que tiene, no obstante, algunos números de gran nivel, que son precisamente los que más sorprenden por inesperados, como es el caso de la versión rapera que se marca el fantasma del metro y las pegadizas y simpáticas canciones del fantasma del hospital.
En cambio, habrá quien se quede algo desencantado por haber esperado un número más conmovedor basado en el viejo tema que a todos nos viene a la cabeza al recordar la película, el Unchained Melody de The Rignteous Brothers que tan bien funcionaba allí, y que aquí se aborda con cierta indeterminación. Como también sucede con la escena que lo acompaña, un derroche de sensualidad en el cine y que en la versión teatral acaba sabiéndonos a poco.
En cuanto a las actores, todos cumplen a la perfección con sobresalientes voces, pero cabe destacar, por el ritmo y la gracia que aporta a la obra, una simpática Ela Ruiz en el inolvidable papel que popularizo una excéntrica y oscarizada Whoopi Goldberg en la versión cinematográfica, que no tenía nada fácil hacer olvidar a su predecesora y que salva el obstáculo con más que notable éxito.
Tan difícil o más lo tenían los dos protagonistas, quienes gracias a una muy buena química y a sus excelentes voces, consiguen que, al menos durante las dos horas que dura el espectáculo, nos olvidemos por un momento de los Patrick Swayze y Demi Moore quienes, sin embargo, seguirán siendo para siempre, me temo, los verdaderos fantasmas inmortales de Ghost.
Ghost El Musical
Teatro Edp Gran Vía, Madrid
Libreto y letras: Bruce Joel Rubin
Música y letras: Dave Stewart y Glen Ballard