Colosal Javier Gutiérrez, colgado de una pregunta: ¿Quién es el señor Schmitt?

Por Horacio Otheguy Riveira

Barco Pirata, la empresa que dirigen Sergio Peris Mencheta y Nuria-Cruz Moreno es la responsable de dos funciones insólitas en el panorama del teatro español, ambas con mucho éxito en gira. Lehman Trilogy. Balada para sexteto, estrenada en 2018 ya estuvo en dos ocasiones en Madrid, aparte de varias funciones dentro de la Comunidad y sigue rodando por el país. Más o menos por la misma fecha estrenó en Avilés esta pregunta ¿Quién es el señor Schmitt?. Si Lehman Trilogy es un atípico musical a capela en torno al origen de la gran crisis económica mundial desde la debacle de los Lehman Brothers, especuladores de postín, esta búsqueda del señor Schmitt también resulta una indagación singular, a contracorriente, de una crisis. Claro que, en este caso, enmascarada en una comedia para troncharse desde el primer momento en que la mala ostia de un hombre pequeño con una esposa muy alta produce las primeras carcajadas al atender un teléfono rojo mientras cena: un teléfono que nunca estuvo en esa casa… comienzo de un mundo que se le irá viniendo encima como si todo lo que le sucediese fuese un angustioso disparate.

A lo largo de la función se producen momentos claves, situaciones de cobardía e ingenio, de alarmas y confianzas fundamentales que habrán de reconstruirse en la memoria del espectador una vez que haya llegado al sorprendente final. Como una caja de sorpresas en la que todo funciona como un reloj suizo, y desde luego el sonido del mismo se deja oír desde el comienzo, al comienzo muy suave, poco a poco creciendo, como las luces repentinas con aire de music hall o los silencios de un actor espléndido como Xabi Murua (Los buitres, La cocina, Amazonas, …) aquí sin pronunciar palabra alguna, pero con gestos que identifican su razón de ser: el encargado de la vivienda que todo lo sabe pero que nada puede hacer cuando llega la policía y luego un psiquiatra (estupendas creaciones de Quique Fernández [Tempestad, Plaza Avellaneda, El guante y la piedra]) haciendo la misma inquietante pregunta de ¿Quién es el señor Schmitt? en la familia del doctor Carnero.

Y el médico y su esposa sortean todas las preguntas y endiabladas situaciones que se van produciendo como un accidente social al que deben hacer frente sea como sea, aceptando lo que venga (“No somos salmones que van  a contracorriente”) y rechazando lo que les pide el cuerpo. Y tal vez lo que al dueño de casa y padre de familia le pida el cuerpo sea seguir ocultando una verdad que no se sabrá hasta el golpe de efecto final.

Javier Gutiérrez produce risa y nerviosismo a partes iguales, como si su vis cómica estuviera reprimida todo el tiempo en un infernal thriller desarrollado en una habitación, y de esa represión desprende una asombrosa capacidad de supervivencia, como si fuera nuestra propia capacidad para sobreponernos. Empatizamos con facilidad, hasta que lo que parecía ser deja de serlo. Un trabajo colosal del gran actor, cuyos matices van en una espiral muy dramática de la que nos damos cuenta, enteramente, al final. Este es el juego escénico propuesto por la dirección de Peris-Mencheta ante el revulsivo texto del francés Sebastien Thiéry, quien en el marco de una comedia del absurdo —pariente cercana del maestro Ionesco—, ofrece una crisis ideológica y emocional en un personaje característico que habrá de desenmascarar en una suerte de epílogo muy brillante, muy impactante. Acompaña este devenir de situaciones, la esposa aparentemente sumisa, aparentemente sabia, resolutiva, asumida con notable solvencia por Cristina Castaño en un personaje cargado de sugerencias.

Párrafo aparte para la presencia, la voz y la entonación de Armando Buika en dos escenas fundamentales.

La escenografía de Curt Allen Wilmer sugiere campos imaginativos diversos, brindando al espectador la posibilidad de elegir entre esa casa de tradicional empapelado donde pasan cosas muy extrañas, también en el decorado, y el bullicio mental del protagonista. ¿Quién es el señor Schmitt? plantea una pregunta tras otra, eso sí, envueltas todas en papel de regalo porque se trata de un espectáculo en el que todos los detalles se han afinado tanto que al acabar la función ha de volver a empezar en el debate del público, nuevamente en busca del misterioso caballero, porque, efectivamente, como reza el programa: “La obra juega mucho con quién es realmente uno y qué busca en la vida; con lo real y lo inventado. Donde la negación de una realidad difícil, perturbadora, puede volver ficcional lo meramente cotidiano, obligándonos a cuestionarnos qué es genuino y qué no”.

Autor Sebastien Thiéry
Versión y Dirección Sergio Peris-Mencheta
Reparto: Javier Gutiérrez Cristina Castaño, Xabi Murua, Quique Fernández, Armando Buika

Diseño de Escenografía Curt Allen Wilmer (AAPEE) con Estudio Dedos
Diseño de Iluminación Valentín Álvarez (AAI)
Diseño y realización de Vestuario Elda Noriega (AAPEE)
Ayudante de dirección Víctor Pedreira
Ayudante de escenografía Eva Ramón
Ayudante de producción Fabián Ojeda

Asesoría creativa María Díaz
Dirección Producción y Producción Ejecutiva Nuria-Cruz Moreno
Gerente y Regidor Blanca Serrano y Paco Flor        
Fotografía Sergio Parra
Diseño gráfico Eva Ramón

ENCUENTRO CON EL PÚBLICO el MARTES 5 DE NOVIEMBRE, al finalizar la representación. Presenta y modera Almudena Grandes. Entrada libre hasta completar aforo.

TEATRO ESPAÑOL. HASTA EL 10 DE NOVIEMBRE 2019

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