Reseña de “El tiempo está próximo”, de Noel Pérez Brey
Por Sara Sanz (Tregolam)
Noel Pérez Brey echa mano del libro del Apocalipsis para introducir su primera publicación a título individual. Nos resultó algo provocativo y misterioso a partes iguales, hay que decir, pero no desmerece el motivo de tal atrevimiento. El tiempo está próximo es un conjunto de relatos (nueve en total) que no buscan sino eso: definir el «apocalipsis» que los personajes están sentenciados a vivir, así como aquel que, inevitablemente, arrastrará al lector detrás.
Así, El tiempo está próximo es, como hemos dicho, el primer libro de completa autoría de Noel Pérez, pero para nada su primera experiencia con la literatura. Y es que este toledano, licenciado en Filología Hispánica y en Administración y Dirección de Empresas, es también responsable de la revista literaria Visor, especializada, precisamente, en el relato corto.
Pero hablaremos de eso un poco más adelante porque ahora nos vamos a centrar en este libro, el cual se antoja, primero, curioso, y luego arrebatador. No dudábamos de que un escritor experimentado como Pérez Brey no tuviera ningún tipo de problema creando historias de las más variadas índoles, pero resulta destacable la forma en que se encarga de darle una unidad al conjunto manteniendo la individualidad y excepcionalidad de cada relato. Así, según él mismo declara, «la estructura circular del conjunto sugiere un daño tan ineludible para los protagonistas como próximo para el resto de personajes».
Esta unidad la consigue hilando de forma sutil pero efectiva cada uno de los «capítulos» con el siguiente, lo que genera una armonía total que culmina en el último de los escritos volviendo a los hechos del primero. Así, saltaremos de uno a otro esperando descubrir qué personaje será el conector de las historias, dónde aparecerá y bajo qué pretexto; el autor crea de esta forma una atmósfera de hechos ininterrumpidos que mantienen al lector en vilo.
Por eso, esta loca ruleta de referencias y reapariciones lo primero que hace es sacar una mueca de complicidad al lector. El autor juega con aquello que se espera y, especialmente, con lo que no. Se recrea en la incertidumbre de un futuro truncado, en una alteración del orden «natural» de las cosas que hace a los personajes desquiciarse, reaccionar con vehemencia y con una locura peculiar en su intento de sobreponerse a lo desconocido.
Y ahí radica la esencia del libro: en cómo, en las situaciones más grotescas, somos capaces de ver la comedia más pura. Y es que el disparate está servido, incluso (y sobre todo) cuando no sabemos cómo actuar ante algo, cuando lo más evidente se torna opaco a nuestros ojos y obramos de las formas más extrañas e inesperadas. Es esa ironía con la que muchas veces vemos la realidad hacerse pedazos.
Pero como cada relato tiene aquello que lo define y encuadrar todos bajo una misma tónica es imposible, aquí solo destacaremos dos para dejar que vosotros os ocupéis de indagar en el resto: en «En pijama y medio descalzo», Ernest Grau, un pobre hombre desquiciado con la vida, acaba liándose a tiros con su propio coche debido a la irrupción de unos muchachos en su propiedad; en el reconocidísimo relato de «Lo había prometido» (ya se interesaron por él en El País), el autor explora distintas herramientas de inspiración y hace uso del «binomio fantástico» para dar vida a Brais Souto, un pastelero de lo más peculiar (¿os imagináis qué ha podido salir de relacionar las palabras «nata» y «sangre» en una misma historia, como hizo el autor?).
Pero Pérez Brey también opina que «esto de la escritura es un oficio que consiste más en el trabajo que en la inspiración». Por eso, su larga trayectoria como participante (y ganador) de distintos certámenes y colaborador en diversas revistas de crítica literaria no hace sino afianzar aún más su figura como autor ante un público que ya lleva años granjeándose y que no puede sino crecer. Lo que podemos observar en este libro es el resultado de una labrada experiencia que, afortunadamente, parece haberse sustentado en la originalidad. Por todo ello, El tiempo está próximo, sin duda alguna, resulta de la tenacidad y dedicación de un escritor que analiza y elabora su trabajo a conciencia para poder ofrecer algo nuevo e interesante. El relato corto está ganando cada vez más importancia, y no es inusual cuando autores como Pérez Brey lo cultivan con tanta dedicación.