"Acastos": la importancia del diálogo en un mundo donde está en crisis
Siempre me sorprende ver un texto con el que me he estado peleando —como traductora— sobre el papel, convertido ya en diálogo que los actores han hecho suyo para insuflar vida a sus personajes. Es una experiencia casi mágica que he tenido el placer de experimentar unas cuantas veces, desde la oscuridad de mi butaca anónima, sin que nadie lo sepa. Es como si las palabras cobraran vida y alzaran el vuelo, como un hijo cuando ya está listo para iniciar su propia andadura por la vida. Da un poco de miedo, pero es emocionante y reconfortante. Todo a la vez. Hoy he tenido la suerte de volver a experimentar esa magia en la sala pequeña del María Guerrero.
La propuesta, más allá de mis sensaciones, es de lo más interesante. ¿Qué les parecería, con la excusa de coincidir en la misma estancia con Sócrates y su discípulo Platón, y con otras mentes privilegiadas como la de Dexímenes, la de Callistos, la de Acastos o la de Mantias, aprovechar para reflexionar un rato sobre la filosofía –esa disciplina que a algunos les parece tan fútil y que sin embargo es tan necesaria— y sobre el arte –esa materia que incluye tantas cosas que a veces no sabemos cómo definir y se nos escurre entre los dedos— y sobre la religión –ese tema difícil y controvertido que tanto bien y tanto mal ha hecho a lo largo de la historia. Y ya de paso sobre la verdad y sobre el sentido de la vida. Pues eso es justamente lo que nos propone la escritora y filósofa irlandesa Iris Murdoch con su texto Acastos ¿Para qué sirve el teatro?
Un grupo de filósofos griegos, aunque también podría tratarse de un grupo cualquiera formado por personas inquietas y curiosas con espíritu crítico y ganas de pensar, se reúnen en casa de uno de ellos tras a asistir a una obra de teatro para charlas y tomar una copa de vino. Este es el punto de partida. A partir de ahí, los protagonistas nos dan una clase magistral sobre qué es dialogar, sobre qué significa discutir. Es decir, examinar atenta y detalladamente una materia; alegar razones contra el parecer de alguien: defender nuestras ideas, pero ofreciendo argumentos serios y honestos que nos permitan comprender mejor el mundo que nos rodea y por extensión comprendernos mejor a nosotros mismos. No limitarse a gritar más fuerte para intentar imponer nuestro parecer sin escuchar realmente a los demás, que es lo que se suele entender actualmente por discutir.
La obra se enmarca dentro del proyecto de investigación dramatúrgica del laboratorio Rivas Cherif, interesante iniciativa que puso en marcha en 2012, al hacerse cargo del Centro Dramático Nacional, Ernesto Caballero. De ahí el atrevimiento de explorar las posibilidades escénicas de un texto que estrictamente hablando no es un texto dramático. Y de ahí también el joven elenco de actores y actrices –debo decir que me han sorprendido muy gratamente todos ellos— a los que hace de guía con su papel de Sócrates la sí experimentada Carmen Gutiérrez, que como siempre está encantadora. Suena interesante y diferente, ¿no creen? Dos buenas razones para acercarse a verla.
Tras un profundo debate, que nos incita a pensar y nos saca del letargo, los invitados se despiden entre bromas dando las gracias a los dioses, a pesar de que durante la discusión algunos han dudado de su existencia, por haberles dejado disfrutar del amor en buena compañía. Yo, como los protagonistas de esta historia, tampoco tengo muy claro si los dioses existen. Debo confesar, no obstante, que mientras escribo estas líneas me encuentro en un avión. Es muy temprano por la mañana y veo asomarse un sol de fuego sobre un mar de nubes blancas y mullidas. Y contemplando ese maravilloso espectáculo, quizás influida por el hecho de que todavía tengo el alma un tanto adormecida, me resulta más fácil imaginarme el Olimpo y creer en cosas que escapan a mi entendimiento.
Coloquio dramático de Iris Murdoch
Dirección Ernesto Caballero
Un trabajo de investigación dramatúrgica del laboratorio Rivas Cherif
Ver también: La gran aventura de Rivas Cherif por Marcos Ordóñez.
Reparto (por orden alfabético)
Dexímenes Óscar Allo
Callistos Ricard Balada
Acastos Tábata Cerezo
Sócrates Carmen Gutiérrez
Mantias Andrea Hermoso
Platón Pablo Quijano
Traducción Ana Riera
Escenografía, vestuario e iluminación Juan Sebastián Domínguez
Música y espacio sonoro Luis Miguel Cobo
Asesor Javier Gomá
Ayudante de dirección Nanda Abella
Diseño cartel Javier Jaén
Fotos marcosGpunto
Teatro María Guerrero. Sala de la Princesa
Del 4 al 15 de abril de 2018
Martes, viernes y sábado, a las 18:30 horas
Miércoles y jueves, a las 12:00 y 18:30 horas
Domingos, a las 17:30 horas