La argentina Silvia Claudia Rivas gana el Premio literario Ángel Ganivet 2017
Por Salomé Guadalupe Injelmo
Coincidiendo con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet hace público su fallo en la Representación Europea de Madrid
El pasado 14 de noviembre a las 19:30, en la Representación de la Comisión Europea en España ‒a quien agradecemos encarecidamente su cálida hospitalidad‒, coincidiendo con la ceremonia del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana que se celebraba en el Palacio Real de Madrid, tuvimos el gusto de hacer pública nuestra acta de fallo, que inicialmente estaba prevista fuese leída por el jurado María Ángeles Pérez López, finalista en nuestro certamen en su última edición de la modalidad de poesía, y quien sin embargo no pudo asistir al tener que entregar los premios antes citados, de los que también es jurado. Una circunstancia que me concedió el honor de transmitir personalmente el fallo a nuestros invitados. Entre ellos se encontraban, como cada año, escritores, docentes e investigadores del campo literario y representación diplomática de las embajadas de habla hispana acreditadas en España, entre las cuales cabe citar la de México, Ecuador o Argentina. Por su parte, el Sr. Carlos Augusto Abicalil, Director General de Educación, Ciencia y Cultura de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, procedió a leer las palabras de agradecimiento en representación de nuestra ganadora, de nacionalidad argentina.
Nunca podremos recompensar como correspondería toda la expectativa creada alrededor de este evento, lo que nos conmueve hondamente. En especial este año, el primero que celebramos la entrega de premios en España, tras los diez transcurridos en Finlandia, lugar de nacimiento del certamen, que surge bajo el auspicio de la Universidad de Helsinki con el objetivo de promover la conservación, expansión y enriquecimiento del español, especialmente en su faceta literaria.
Realmente nos sentimos emocionados por la respuesta de nuestros concursantes y la masiva asistencia de público al evento. Nos disculpamos con todos aquellos a los que, por motivos de aforo, que se cubrió casi inmediatamente, no pudimos enviar invitaciones. A todos aquellos que, desde la lejanía ‒únicamente geográfica‒ insalvable, nos habéis manifestado vuestra decepción por no haber podido acompañarnos en este día, queremos aseguraros que habéis estado en nuestros pensamientos y habéis sido intensamente recordados durante la entrega de premios.
Con vuestro indescriptible entusiasmo habéis superado nuestras más optimistas expectativas. Y nos hemos sentido privilegiados de haber podido conoceros en persona finalmente, después de tanto tiempo leyendo vuestros textos, el reflejo de lo mejor que hay en vosotros como seres humanos.
Gracias muy especialmente a: la Universidad de Helsinki (Finlandia), la Cátedra Libre de Cultura Andaluza de la Universidad de La Plata (Argentina), la Universidad de Oviedo (España), la Universidad de Guadalajara (México), la Universidad Simón I. Patiño (Bolivia), la Universidad de Salamanca (España), la Academia las Buenas Letras de Granada, la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras y las Embajadas en España que nos han respaldado este año ‒las de Honduras, Nicaragua, República Dominicana y México‒. Al honrarnos con su amistad rubrican una elocuente declaración de intenciones y prioridades, demostrando que sus respectivos países consideran a los escritores compatriotas excelentes embajadores para la cultura y tradiciones de sus estados, un patrimonio del que sentirse realmente orgullosos. Gracias también, naturalmente, a los representantes de otras embajadas que decidieron acompañarnos como invitados esa tarde. Una mención muy especial merece la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, cuya titánica labor en todo el vasto ámbito de los países iberoamericanos, sobre todo en el campo de la educación, tan esencial para sentar las bases de una próspera cultura y un desarrollo integral del ser humano, queremos resaltar y reconocer. Al igual que la sincera solidaridad que han mostrado en todo momento hacia nuestro certamen.
Gracias de todo corazón a nuestro retratista, Alejandro Cabeza, cuya labor excepcional nos permitió presentar el retrato de nuestra ganadora durante la ceremonia. Este reputado artista español es especialmente conocido por sus retratos, sobre todo por los que constituyen su enorme colección de figuras consagradas de la literatura en lengua hispana, muchos de los cuales forman parte de las colecciones permanentes de museos provinciales y nacionales españoles y extranjeros, prestigiosas Universidades e instituciones tan emblemáticas para nuestra lengua como la Real Academia Española o la Academia de las Buenas Letras de Granada. Por ello creemos que, para nuestros ganadores, el ser inmortalizados por Alejandro Cabeza supone un oportunidad única, pues les permite integrarse en esa magnífica galería constituida por iconos literarios. Una comunidad de la que, como nosotros confiamos plenamente en su talento, estamos seguros ellos mismos pasarán a formar parte un día.
Gracias infinitas, por supuesto, a nuestros jurados de este año, a María Ángeles Pérez López, Antonio Chicharro Chamorro, Francisco Azuela, José Luis Caramés Lage, Guillermo E. Pilía, Elisabeth Vivero, Osvaldo Gallone, Andrés Almagro González, Carlos Barbarito, Segundo Antares (Carlos Mauricio Álvarez Gómez) y Timo Riiho. Una semblanza muy reducida de los extensos currículos que cada uno de ellos permanecerá a disposición de los lectores en nuestra web.
Nuestro certamen, alternando convocatorias de poesía y narrativa, ha demostrado a lo largo de una década cómo la lengua ‒en concreto la lengua hispana‒, vehículo de expresión de ideas y sentimientos, puede aspirar a convertirse en puente tendido entre comunidades, salvando fronteras físicas y mentales. Lo confirma la alta participación desde todos los puntos del globo. Hablamos de un total 1447 trabajos recibidos en la presente edición, enviados por participantes de 35 nacionalidades desde un total de 36 países de residencia ‒que se detallan en el Acta de Fallo colgada en nuestra web‒. Naturalmente se encuentran representados todos los países de habla hispana, pero también lugares como Gabón, Belice o Israel, sólo por citar algún ejemplo “exótico”.
Significativa nos parece la presencia de tres finalistas colombianos y cuatro mexicanos, que interpretamos como una señal clara del buen estado de salud de que goza la cultura en ambos países, así como de la inquietud de sus ciudadanos por contar y contarse.
En efecto, al margen de la poesía más intimista, deseosos de denunciar sus injusticias y reparar sus deficiencias, muchos de nuestros participantes de este año han querido profundizar en argumentos ligados a problemas acuciantes del mundo contemporáneo. A menudo se trata de reflexiones sobre la dificultad del hombre para integrarse armónicamente en su entorno, sobre la violencia y las múltiples formas que esta adopta.
Ese ha sido precisamente el argumento central de la obra de nuestra ganadora, Silvia Claudia Rivas, argentina de Ituzaingó, provincia de Buenos Aires, fiel participante desde hace años en nuestro concurso, aunque en otras ediciones no hubiese conseguido clasificarse como finalista. Porque ciertamente resulta muy difícil entre tantos buenos escritores. Pero jamás hay que perder la esperanza. Lo confirma su caso, que me reafirma en la convicción de que el talento, el esfuerzo y el tesón, antes o después, acaban siendo recompensados.
Muy significativo me resulta que nuestra ganadora sea, además de poeta, docente, otra labor vocacional y generosa, abnegada; donde no existen fronteras entre vida y profesión. Uno es docente o escritor las veinticuatro horas del día, porque la docencia y la literatura en realidad no se pueden considerar meros trabajos, sino formas de percibir y reaccionar ante el mundo: de vivir.
Muchos de nuestros participantes de este año, como muchos otros años, parecen estar de acuerdo: la poesía, la literatura en general, es arma poderosa contra la injusticia.
En palabras de Silvia Claudia Rivas: “La poesía, como actitud de búsqueda permanente, crea y recrea el delicado equilibrio entre el ser y su tiempo, intentando sumergirse en las profundidades humanas, tan naturalmente contradictorias como fascinantes […]. En el envés de las noticias cotidianas, otras formas de entender la realidad y de estar en el mundo […]. Y es aquí donde irrumpe la poesía, como una de las formas primordiales de rescatar lo perdurable del alma humana, como un lenguaje de lo emergente y esencial en las vicisitudes individuales y colectivas, como un punto de inflexión en el ciclo de las civilizaciones […]. El lenguaje poético permite regenerar la palabra, porque la emplea para la ruptura y la trascendencia, atravesando esas barreras con las que el convencionalismo las ha dotado”.
Hacia principios de febrero haremos públicas las bases correspondientes a la décimo segunda edición de nuestro certamen, que convocaremos en su modalidad de Prosa. Desde aquí invitamos a los escritores en lengua hispana, profesionales y aficionados, a los amantes de la literatura en general, a tomar parte en este evento. Serán escuchados, como siempre, con toda la atención y el afecto.
Salomé Guadalupe Ingelmo
Coordinadora del XI Concurso Literario Internacional “Ángel Ganivet”
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@ConcursoLiterarioInternacionalAngelGanivet