Carmen Machi: "No soy muy de nervios, más bien de alegría y excitación"
Por Alberto Medina
Madrid, año 2037. Hace mucho tiempo que el arte se ha transformado; de una forma de ocultar la suciedad de las paredes reales pasó a generar los movimientos más importantes de dinero. España vuelve a sufrir una tremenda crisis económica, y está malvendiendo su patrimonio histórico a golpe de petrodólar, aunque una copista intenta que no se olviden esas obras del arte universal.
Ernesto Caballero lleva los días 16 y 17 de septiembre al Teatro Cervantes de Málaga la obra La Autora de las Meninas, una comedia con fuerte contenido social protagonizada por Carmen Machi.
¿Ya con nervios para la representación de La Autora de Las Meninas en Málaga?
No, nervios no, no hay motivos. Con ganas, alegría y excitación, sí. No soy muy de nervios (risas).
¿Qué se va a esperar el público malagueño en esta obra de teatro?
Ante una crisis acuciante en España surge la solución de vender el patrimonio a una monarquía árabe. Es un futuro próximo en el 2037, no muy lejano, pero lo suficientemente cercano para que asuste y suficientemente lejano para que lo podamos solucionar. Ante esto, una monja llamada Sor Ángela y que es copista oficial del Museo del Prado, es contratada para que una copia de Las Meninas se quede en el Museo. A partir de ahí surgen muchas cosas. Además de esta cuestión social, en un texto muy elaborado y complejo, esta mujer entra en un delirio muy disfrutable para el público.
¿Cómo ha sido trabajar con Ernesto Caballero?
Ernesto y yo nos conocemos bastante porque he estrenado ocho de sus obras, y hacía mucho que no nos encontrábamos. La última función que hicimos juntos fue La Tortuga de Darwin, hará unos diez años. Es un director único, un dramaturgo que me fascina. Tiene un gran equilibrio entre la locura y la sensatez. Tiene un gran conocimiento de lo que escribe. No vas a salir igual de la forma en la que entras. Es un recorrido de la historia del arte moderno, pero Ernesto tiene la capacidad de convertir ese tema en puro teatro.
Estuviste en el 2012 en Málaga con Juicio a una Zorra, y del papel de prostituta pasas a un papel de monja. ¿Ha sido para ti muy drástico ese cambio?
No, ¡entre medias he hecho muchos papeles! Los personajes cuanto más diferentes son entre ellos resultan más fáciles de interpretar. De hecho, Helena de Troya no era una prostituta, era una mujer que señalan con el dedo que por amor se fue con un señor, y se le quedó el estigma de adúltera. Esta mujer de ahora es en realidad una copista, que sea monja es en el fondo lo de menos. Tiene gracia porque ella entra en proceso de enfermedad que es la vanidad, es una mujer creyente que por momentos es agnóstica. En los personajes que tienen algo que decir lo de menos es su envoltorio. Te ayuda mucho el envoltorio a la hora de trabajar, porque yo no puedo hacer Helena de Troya sin tacón, no puedo hacer la monja sin su hábito, yo trabajo mucho desde fuera hacia adentro.
En esta obra hablas del arte, ¿cómo crees que está la mujer dentro del teatro y la cultura en general? ¿Está en la misma posición del hombre o todavía existe machismo?
Es un tema que siempre va a ocurrir. Va avanzando a pasos cortos, pero se avanza porque también son muchos los hombres que hacen que se avance. No solo la mujer debe reivindicar su presencia. Es verdad que son pasos lentos y cortos, pero son pasos. Se toma mucha conciencia, y es verdad que se trata con una diferencia. En el teatro, mayoritariamente el público es femenino, y dicen que los papeles de mujer son escasos. Yo hago bastante teatro y conozco a muchos dramaturgos que escriben para mujeres, y mujeres para una edad. En mi caso me están tratando muy bien, no quiere decir que no ocurra. Muchos hombres están haciendo bastante para poner a la mujer en el sitio que le corresponde.
Estuviste en el Festival de Cine de Málaga con la película Pieles. Y después de tu paso por el cine, el teatro, la televisión,… ¿vas siguiendo lo que van haciendo tus compañeros?
Estamos todos en el mismo saco, e inevitablemente es una profesión en la que se van creando pequeñas y grandes familias. Es gente con la que te encuentras a menudo y sintonizas bien. La película Pieles fue muy emocionante. Eduardo Casanova casi ha crecido conmigo en la serie de televisión, y le vi desde niño entrar en mi vida. Siempre vi el artista que había en él, el potencial brutal que tenía Eduardo Casanova, y es muy emocionante verle dirigir una película. Me emociona la gente joven con tantísimo talento que te enseña tanto.
¿Estás preparando algo en la pantalla grande? ¿Te veremos pronto en el Festival?
Pues seguramente, porque yo soy muy fija en el Festival. Soy muy fan del Festival de Málaga. Pero como todo depende de las películas que se seleccionen… Estoy a punto de estrenar ThiMai, una película que se rodó en Vietnam. También he terminado La Tribu de Fernando Colomo donde me reencuentro con Paco León, pero esta vez no es mi hermano sino mi hijo, y el reencuentro ha sido magnífico, en una película donde bailamos hip-hop.
Pingback: Alucinante Carmen Machi en la piel de una monja revolucionaria | Culturamas, la revista de información cultural