PERÓN Y LOS ALEMANES de UKI GOÑI
PERÓN Y LOS ALEMANES
UKI GOÑI
ARIEL
347 PÁGINAS
Por Juliano Ortiz
Uki Goñi, un auténtico conocedor de todos los temas relacionados con el peronismo y los nazis, nos brinda en este libro, un panorama claro y preciso sobre la relación entre Juan Domingo Perón y el nacionalsocialismo en Alemania que lideraba Adolf Hitler. El autor se pregunta ¿cuáles fueron los verdaderos nexos entre Perón y los alemanes del Tercer Reich antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial?
De manera detallada y en base a una gran cantidad de archivos provenientes de Argentina, Estados Unidos y Alemania, Goñi expone una serie de sucesos documentados y atestiguados por diversas fuentes que fueron partícipes necesarios de ese momento histórico. Cada nombre que aparece y se repite línea tras línea nos demuestra el alcance verdadero de una relación recíproca que cimentó una red de espionaje de ambos lados y que posibilitó que muchos dirigentes pudieran enriquecerse y trepar en el complejo entramado de poder de las dos naciones. Goyeneche, Schellenberg, Becker, Ruiz Guiñazú, Escobar, Freude, Arnold, Aumann, Harnisch, Franczok, Hellmuth, son solo algunos de los más destacados nombres que llegaron hasta los mismísimos peldaños de jerarcas nazis como Himmler, Ribbentrop y Hitler.
En nuestro país son muchos los que consideran a Perón como un defensor de los sentimientos, las políticas e ideales nazis en los primeros años del ascenso vertiginoso del movimiento racista en Alemania. ¿Qué lo motivaba? Algunos presuponen un afán de mero interés comercial y financiero, otros un espejo en donde mirarse geopolíticamente a partir de una pretendida tercera posición, alejada del capitalismo norteamericano y el comunismo soviético, otros solo piensan en un deseo por importar armamento de primera calidad y científicos que hubieran podido generar una riqueza intelectual y técnica de grandes proporciones. En las mentes de muchos investigadores queda flotando la duda sobre si Perón quería emular hacia toda Sudamérica el avance hitleriano sobre las naciones a su alrededor. ¿Podía ser Argentina la potencia que dominase esta parte del mundo? ¿A cuánto estuvo Brasil, impulsado por Estado Unidos, de declararnos la guerra? ¿El famoso pragmatismo peronista fue la explicación para todo lo que sucedió?
Son muchos los interrogantes que van quedando al desnudo gracias a este trabajo que incluye detalles polémicos y que fueron ocultados por un líder que tuvo que acomodarse a los acontecimientos mundiales. El mismo líder que se mostraba como un defensor de los intereses judíos luego de la derrota nazi, y que abjuraba de sus conexiones con la dirigencia alemana, fue el mismo que ayudó a los golpes de estado en los países limítrofes de Argentina y que declaró “Me cortaría la mano antes de romper relaciones con el Eje”, como muestra Goñi.
Bien se merecería este libro la frase “muchas veces la ficción supera a la realidad”, ya que podemos ver como los distintos personajes de esta historia fueron creando un juego de espías que se construía y se desmoronaba con increíble velocidad a merced de las más sucias y abyectas políticas. Una novela en la que ciertos jugadores aparentaban ser más de lo que eran, y en la que el rol de engañado le podía caber a cualquiera.
Uki Goñi es un destacado periodista y escritor argentino, nacido en Estados Unidos. Fue periodista del “Buenos Aires Herald” durante la dictadura, desde donde fijo su posición en defensa de los derechos humanos y en apoyo a las Madres de Plaza de Mayo. Su primer libro “El infiltrado”, fue admitido como prueba en el juicio contra Alfredo Astiz, el teniente de Marina acusado por el asesinato de doce personas. Es autor además de un extenso libro en el que detalla cómo el gobierno peronista dio refugio a cientos de criminales nazis en connivencia con Suiza, El Vaticano e importantes dirigentes de varios países. Actualmente escribe para medios ingleses y norteamericanos, como The Guardian y The New York Times.
Me interesaría contactar con Uki Goñi. Tengo información sobre Georges Guilbaud al que creo que perdieron de vista. Fue mi suegro en los setenta. Murió en Ferney Voltaire, al lado de Ginebra.