Acostarse con la reina y otras delicias de Roland Topor
Acostarse con la reina y otras delicias
Roland Topor
Pat Andrea (Ilustraciones)
Libros del Zorro Rojo
206 páginas
Por Juliano Ortiz
Si pensamos en la peor pesadilla ahí está parado Topor. Si pensamos en la broma más cruel ahí está Topor. Si pensamos en la forma más grotesca de decir lo cotidiano ahí también está Topor.
Roland Topor fue un escritor, dibujante, pintor, ilustrador, actor y cineasta francés que nació el 7 de enero de 1938 y murió el 16 de abril de 1997; de orígenes polaco-judíos, vivió los primeros años de su vida en París y luego se trasladó a Saboya, donde su familia huyó escapando del peligro nazi.
En este conjunto de microrrelatos, fábulas y narraciones de difícil categorización, Topor es más Topor que nunca. El artista se tira sin paracaídas para caer en el lado oscuro de la mente de cada lector. A través de un humor negro trepidante, un lenguaje corrosivo y visceral que conmueve y alerta los sentidos, Topor se desnuda de toda convención y nos invita para que observemos las partes más alejadas de la comodidad y la seriedad.
Sobrevuela en cada relato una aguja herrumbrosa que critica y se mofa sin vergüenza de la sociedad y de la apariencia que todo ser humano muestra a los demás. El escritor traspasa y se regodea en ese quebranto de los límites exagerando y perturbando al contar cada historia. Son historias cotidianas invadidas por sesgos fantásticos pero totalmente verosímiles e inquietantes.
Topor nunca te deja tranquilo en tu asiento.
No hace acopio de un estilo narrativo extenso, ya que el poder reside en eso, la idea breve de los grandes temas que mueven y transforman al hombre; el poder, la muerte, el fracaso, el amor. Topor es un irreverente y se jacta en cada frase que escupe como verdades que sopapean y giran inesperadamente.
Topor es imaginación superlativa.
Difícil es elegir algún texto sobre otro, pero “Un gran hombre”, “El fuego sagrado” y “Queridísimo amigos…” deben estar entre los grandes exponentes de la narrativa breve. Mundos oníricos que culminan en realidades inverosímiles, universos plagados de sombras macabras que encuentran el fin de su camino en un precipicio absurdo y satírico.
Pero claro, este libro del destacado creador, además está ilustrado por la genial mano de Pat Andrea, pintor y escultor contemporáneo holandés nacido en 1942 en La Haya, y que mediante ilustraciones surrealistas y alucinadas dan forma de manera exacta a los cuentos de Topor. Mujeres exhibiendo sus senos provocativamente en geometrías alocadas y corrosivas, cuerpos humanos gesticulando su desnudez con blancura erótica, colores que despiertan los sentidos y enaltecen el arte de lo exagerado. El escritor polaco habría aplaudido la imaginación de Andrea adaptando sus relatos.
Bizarros, lúcidos, virulentos, deformes, despiadados, irónicos, los cuentos de Roland Topor no nos dejan indolentes ante semejante circo caníbal. Y son la piedra fundamental para conocer más de un artista que quizás no ha sido valorado todo lo que debería haber sido.
Libros del zorro rojo nos trae esta gran obra con una edición de suma calidad, no en vano ha obtenido el Premio a la Mejor Editorial Europea 2015 (Feria del Libro de Bolonia) y el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial 2011 (Ministerio de Cultura de España).