Alas de letra y misterio desde Huso
Por: Andrea Reyes de Prado
Misterio ilustrado en su rostro y negras páginas que abren y cierran, custodian, la historia contenida. Como Acantilado y su noche de tejados rojos, Anagrama y su orden de vivos colores. Blanco ilustrado de Seix Barral, negro solemne de Visor. O la caricia otoñal de Pre-Textos. Identidad editorial que se impregna en los libros, equilibrando la personalidad intocable de éstos y la huella de escultor de aquella. En Huso, joven sello que ha cumplido su primer año, son las hojas bicolores que juegan en su interior y sus sensuales portadas, cautivas siempre por un marco ausente, quienes caracterizan y definen sus obras. Éstas llevan por brújula «difundir la excelencia de la escritura de autores de todos los continentes y lenguas, a partir de la premisa de que esas obras conecten con los temas que rigen nuestro presente». Pues «¿qué somos sino hiladores de historias que se hilan en la rueca de la imaginación? Hilanderas, filandones, fiadeiros, tejedores, tejidos, textiles, textos, hilos, renglones…».
Ya son veinte los lomos que orgullosos cuelgan de ese hilo invisible y permanente, veinte lomos organizados en cuatro colecciones (narrativa, ensayo, teatro y poesía) y conformados por siete relatos, seis novelas, tres ensayos, dos obras de teatro, una memoria y un poemario. Sus autores; mujeres creadoras olvidadas, visionarios y excéntricos escritores, rarezas literarias, clásicos recogidos. Apostar por el viaje de regreso desde el olvido, apostar por lo diferente y valioso, por las perlas ocultas u ocultadas. La apuesta es el gran valor de Huso, en cuyo timón viaja Mayda Bustamante, cubana residente en Madrid desde hace ya 25 años que, tras toda una vida dedicada a la danza y al teatro –y sin dejar nunca de pertenecer a ese escenario– se ha volcado en la industria editorial en un movimiento apasionado y valiente aunque, apenada confiesa, quizá tardío. La editorial llega sin embargo en el mejor momento posible (al menos desde el punto de vista romántico y humano, que es, al fin y al cabo, el más importante y necesario): que hoy en día nazca un sello editorial es un acto heroico, iluso y temerario. Que un año después dicho sello haya logrado consolidarse y recibir la aceptación y reconocimiento de libreros, medios de comunicación y, sobre todo, lectores, es una consecuencia bella y esperanzadora. Resultado de un gran y arduo trabajo, de unas ideas claras y de la magia, misteriosa y fiel, de las historias que sus libros susurran.
Historias de sus libros y sus autores, pues los escritores que cuidadosamente selecciona Huso guardan viajes y vidas que son con frecuencia igual o más apasionantes que sus ficciones escritas, las cuales, indudablemente, de ellas se empapan. El exilio de su Cuba natal a Estados Unidos de Daína Chaviano; autora de Extraños testimonios y una de las escritoras de literatura fantástica y ciencia ficción más reconocidas en lengua española. La crudeza vivida por Dagmar Lieblová, única superviviente de su familia en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau en la Polonia ocupada, hermosamente contada en Estoy aquí por un error. La mirada de flâneur del decimonónico Octave Feuillet, quien «tiene mucho que decir a favor de la reflexión y del mejor entretenimiento», cuya audacia puede leerse y viajarse en Historias parisienses. El apasionante equilibrismo de Annemarie Schwarzenbach y Ella Maillart, dos intrépidas mujeres que realizaron un viaje en 1939 que las marcó para siempre y que Emma Vilarasau y Montse Barderi han recreado, bajo la forma de la correspondencia, en Caminos para un reencuentro. O todas las escritoras y poetas del siglo XX, injustamente minusvaloradas y rescatadas con gran dedicación y cariño por Marifé Santiago Bolaños y Mercedes Gómez Blesa en Debes conocerlas.
Abrir un libro de Huso es saber que el siguiente paso será caer irremediablemente en un universo exótico, íntimo y ensoñador. Ya lo predijo el primer volumen de esta ya familia versátil y global, Pequeña música nocturna, de la argentina Liliana Díaz Mindurry (quien es también autora del profundo ensayo La maldición de la literatura). Ella marcó el inicio, con dulce insinuación y determinación a partes iguales, de esta personal editorial de hermoso acento latinoamericano cuyo campo recién sembrado ha dado ya unos prometedores primeros frutos. Títulos atractivos (El intento de amar de Stern, Teoría de los matices, La isla del día siguiente), detallismo en cada esquina, presentaciones que rebosan luz, portadas siempre ilustradas por artistas que bailan, como los escritores, entre dos océanos. Puede parecer que empezar sea lo difícil, decir hola, decir (ya) estamos aquí. Decir sí, somos una editorial, acabamos de llegar y vamos a quedarnos. Pero lo realmente difícil es mantenerse una vez se ha llegado. Cuidar el contenido, que es la base de todo proyecto. Cuidar su forma, cuidar su promoción, su viaje a cada lector. El reto, dicen desde Huso, es «que estemos cada vez mejor colocados en las librerías, que aumenten las ventas para que este sueño quijotesco siga camino». Su asombro ante la vida y la literatura, y su buenhacer, serán sin duda sus mejores botas. Serán sus alas.
Da mucha alegría que una crítica no se limite a copiar y pegar nuestra nota de prensa tal cual y aporte su propio punto de vista.
Gracias Andrea Reyes por dar alas a nuestro trabajo, para vivir de los sueños.
Que labor tan hermosa y encomiable. Te felicito de corazón así como a todos los que confían en esta editorial y en ti que eres el timón de este barco que navega y seguirá su viaje lleno de triunfos y para el deleite de quienes apreciamos tan hermosa y quijotesca misión. Te deseo todos los éxitos que tanto tú como tú equipo se merecen. Un fuerte abrazo y mis mejores deseos. Mayrita
Muy buen equipo tiene Huso, selección de muy buenas obras,literatura de la buena y una excelente directora, toda entrega y amor por lo que hace,muchos éxitos te deseo Mayda y poder compartir contigo algunas presentaciones siempre que este por Madrid, un abrazo muy especial,extensivo a todo el equipo.