Interesante "Casa de la paz" con tres soldados alemanes en conflicto
Por Horacio Otheguy Riveira
Dos hombres: un veterano y un novato junto a una joven dispuesta a confiar en una mística del arte de la guerra, del arte de las buenas causas. Están varados en un impreciso país musulmán. Son alemanes voluntarios y lo que exhiben en escena son sus contradicciones, sus luchas interiores y bastantes claves de la vida cotidiana en el fulgor de guerras que todo lo trastornan: los dos hombres procuran “beneficiarse” a la bella colega, pero ella sabe defenderse, podría estar a punto de caramelo porque también tiene sus carnales deseos, pero se frena, es inteligente, extraña, y sobre todo sabe pelear físicamente y los deja fuera de combate.
Simbolismo, teatro psicológico y de ideas que suscita reflexiones en el raro patriotismo de un país del que en España no se sabe apenas nada teatral ni cinematográficamente. Con la colaboración del Instituto Goethe todos los sábados se representa esta Casa de la paz por tres intérpretes que modelan estupendamente sus personajes: el militar con sentimiento de culpa ante la muerte de un soldado a su cargo, el muchacho ignorante que se metió a soldado en país lejano por no saber qué hacer con su vida, y la dulce chica mística, quizás el personaje más rico y misterioso, protagonista del final abierto que genera en los espectadores nuevas preguntas sin respuesta definitiva.
Más allá del impasse en que estos militares viven, preparados para defenderse ante ataques que nunca se producen, hay un ambiente de violencia que no se detalla ni se percibe más que por vagos comentarios. Es una manera de introducirse en la nueva y siniestra barbarie de las tropas occidentales y cristianas en países islámicos generando un sórdido aumento de los conflictos imperantes. Estos militares que llevan en su brazo los colores de su patria podrían estar jugando a batallas imposibles en un centro de recreo, sin otro armamento que estas falsas metralletas con las que representan la comedia. Mientras tanto, pueblos enteros sufren bombardeos, hambrunas, persecuciones… para que el negocio repugnante de la guerra continúe con firmeza.
Pero Jost, Marie y Lorenz no saben nada de esto, o no quieren saberlo, están allí por otros motivos, para salvarse de su propia quema en una sociedad bien pertrechada de alimentos, así como de estupendos conflictos sociales y psicológicos que se enmascaran mejor portando armas y uniformes.
TEXTO ORIGINAL
Lothar Kittstein (Haus des Friedens)
ADAPTACIÓN Juan Reguilón
DIRECCIÓN Nuria Pérez Matesanz
AYUDANTE DE DIRECCIÓN Jorge Andolz
ESCENOGRAFÍA Blanca Moltó
INTÉRPRETES
David Aramburu, Lucía Casado Amo, Miguel Bosch
ILUMINACIÓN Fabrizio Castro
BANDA SONORA Alberto Llerena
TEASER Nacho Cagiga
PRODUCCIÓN
Aspasia
Nave 73
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