La escritura de cartas como arte
La escritura de cartas es la más practicada de todas las formas de la escritura, y por lo tanto quizá la composición más importante de todas. Aún ahora, que nos comunicamos vía correo electrónico y que la forma es tan importante como el contenido, podríamos implementar algunas de las técnicas de la escritura a mano, o volver a escribir ––Actividad que sin duda agradecerían nuestros destinatarios y con suerte se verían contagiados.
Las cartas son las mejores instrucciones de historia, decía Francis Bacon. Para recordar las características de esta forma de arte, un pequeño libro titulado How to Write Letters, a manual of correspondence, showing the correct structure, composition punctuation, formalities, and users of various kinds of Letters, Notes and Cards [Cómo escribir cartas, un manual de correspondencia, mostrando la estructura correcta, composición puntuación formalidades y usos de los varios tipos de cartas, notas y tarjetas], escrito por Willis Westlake, nos muestra el camino.
Casi toda la escritura de la mayoría de las personas es en forma de cartas; y sin embargo en muchas de nuestras escuelas esta clase de composición es casi totalmente desatendida. Este descuido se debe probablemente al hecho de que hasta ahora no ha habido un tratado completo y sistemático en el tema de la escritura de cartas. Cuando se considera que en el arte de la correspondencia hay mucho que es convencional, que requiere un conocimiento de costumbres sociales las cuales si no se enseñan a una corta edad sólo pueden ser obtenidas después de años de observación y experiencia, y que la posesión o carencia de este conocimiento hace mucho para determinar dónde está parada una persona en la sociedad culta, el valor de este arte, y de un libro de texto profundo mediante el cual enseñarlo, será realmente apreciado.
Willis Westlake nos recuerda que el sentimiento vive no sólo en lo que está siendo comunicado, sino también en cómo está siendo comunicado: una osmosis de suma importancia en la actualidad, en dónde las pantallas frías y los textos en el teléfono han dejado al mundo de la palabra escrita homogeneizado y falto de forma expresiva.
La Buena escritura nos afecta emocionalmente, dándonos mayor apreciación tanto por lo que está escrito como por la persona que lo escribió. No digas “no tengo tiempo de ser tan particular”. Toma tiempo, o si no escribe menos cartas y más cortas. Una carta limpia con palabras precisas en una hoja una vez al mes es mejor que un garabateo descuidado de cuatro paginas una vez por semana. De hecho, las cartas malas son como cuentas a pagar: entre haya menos y más chicas mejor.
Westlake concluye ofreciéndonos algunos consejos generales del valor de la escritura de cartas:
La escritura debe ser sencilla, y si es posible, elegante.
Nunca utilices los márgenes si ya no te alcanzó el papel para seguir. Esto es una falta de respeto para el lector. Mejor hazla más corta o utiliza una hoja nueva.
No taches o uses interlineados. La limpieza es crucial. La página debe ser considerada no sólo como un medio sino como una obra de arte. La apariencia engrandece el placer que tendrá el lector.
Nunca mandes menos de una cuartilla, a menos que sea una carta de negocios. Utiliza la página entera.
Para la hoja, el color más elegante y útil es el blanco. Al menos que sea una carta de pésame entonces usar una con bordes negros está bien.
El sobre de estar completamente adaptado al tamaño de la hoja.
Nunca escribas una carta en tinta roja. Simplemente usa el negro. Uno nunca se cansa del negro.
Al final siempre usa una frase de cortesía, respeto o cariño.