¿A qué edad publicaron sus obras clave los grandes novelistas?
“Siembra un árbol, ten un hijo, escribe un libro”, dice más o menos la consabida frase que más allá del lugar común apunta a una aspiración netamente humana: el afán de trascendencia. Ese “sentimiento trágico de la vida” que conceptualizó Unamuno está animado, en buena medida, por la certeza de la muerte que, a manera de estímulo fatal, nos impulsa a vivir y más todavía, a pervivir, esto es, por decirlo de algún modo, a vivir más allá de la muerte, a dejar algo que perdure después de nuestra desaparición física de este mundo –un árbol, un hijo o, por qué no, un libro.
Hace unos días el escritor Martín Cristal publicó en El pez volador, su blog personal, un interesante infográfico que pone en perspectiva la edad en la que grandes novelistas publicaron sus obras más decisivas o aquella por la cual fueron reconocidos y celebrados. Pensar en la trascendencia es pensar también en el tiempo –sea en el tiempo que hemos vivido o en el tiempo que nos resta por vivir– como si nos sintiéramos perseguidos por un fin que por inevitable puede sentirse también inminente. Como en el famoso fragmento de La gaya ciencia en que Nietzsche nos pregunta qué haríamos si descubriéramos que la vida es un eterno retorno, así también podríamos ahora preguntarnos qué pasaría si en este mismo momento nos esfumásemos del mundo: ¿estaríamos satisfechos con la obra que dejamos atrás?
En este sentido, una de las lecturas que este infográfico permite es aquella que apunta a la diversidad de edades en que parece ser posible escribir una obra maestra. Si bien es cierto que Goethe escribió su Werther a los 25 años y Shelley su Frankenstein aun antes, a los 21, en el otro extremo se encuentran, por ejemplo, Cervantes, que terminó el Quijote a los 68 años o, en un caso contemporáneo, José Saramago, que publicó el Ensayo sobre la ceguera a los 71 e incluso es bien sabido que comenzó a hacer carrera como escritor ya en su madurez, cerca de los 40 años (lo cual no obstó para que le fuera concedido el premio Nobel de Literatura a los 76).
Con todo, cabe resaltar también que una buena parte de estos escritores se agrupan entre los primeros años de los 30 y los últimos de los 40, lo cual podría confirmar la existencia del llamado “número áureo de la creatividad”, al respecto del cual hemos publicado un artículo y que, grosso modo, asegura que existe una edad en la cual se alcanza el pico del trabajo creativo.
Sea como fuere, la información que comparte Martín Cristal admite varias lecturas, interpretaciones y aun estímulos posibles, uno de los cuales bien podría ser que si has pensado en escribir tu libro y cifrar ahí tu deseo de trascendencia, quizá este sea el mejor momento de tu vida para emprender la tarea.