Solo papel, editorial Gustavo Gili
Por Paloma Rodera
Recuerdo de pequeña ver en las tiendas de cierta cadena en Madrid una sección de libros coloristas, que en su mayoría se enfocaban hacia señoras y amas de casa que querían invertir sus horas en aparentemente fáciles proyectos de bricolage o decoración para sus hogares. Cuando fuí creciendo compré una de esas ofertas e intenté llevar a cabo yo también uno de eso proyectos. Me pareció lo mismo que con unos años menos, algo colorista, pero de fácil, nada. El tiempo estimado, los materiales y herramientas reutilizados, que en mi caso tuve que comprar, por no hablar del horrible resultado, nada parecido a aquello tan precioso que mostraban las fotografías del libro.
Con estos antecedentes, mi aprensión a la lectura de este tipo de volúmenes, está más que justificada. Pero he de quitarme el sombrero ante “Solo papel. 20 proyectos para poner en marcha tu creatividad”. Se trata de un original y perspicaz textos al que acompañan imágenes que, y aquí es donde se notan los cambios sociales que ha experimentado el mundo en los últimos años de mi vida, ya el enfoque no es para señoras en paro, sino que el texto se propone para artistas, diseñadores y artesanos, o para cualquiera de estos personajes que sintamos llevar dentro.
Se dan una serie de pautas para el viaje al que se nos invita como lectores y hacedores de proyectos. La fotografía, la calidad de la impresión, … son elementos que ayudan a sentir que lo que estamos a punto de hacer es algo bonito, que va a hacernos sentir mejor de inmediato.
Las herramientas son fáciles y accesibles, y los proyectos parecen hechos a medida de cualquier persona que quiera ser original y que tenga las ideas claras en cuanto a lo que quiere expresar. Los materiales, se invita a un reciclaje, pero de verdad; y por último, los proyectos tienen una función estética y a la vez nos hacen plenamente conscientes de su funcionalidad.