ATTICUS-FINCH, el discreto encanto de las cosas bien hechas
Por: Raquel Jiménez
Cuando uno se acerca a la librería Atticus-Finch, en c/La Palma 78, siente una especie de cosquilleo en el estómago, una especie de orgullo por el buen hacer de esta librera que ha llevado adelante el tipo de librería con el que muchos bibliófilos sueñan
Según nos comenta la dueña, Eva Boj Bragado, siempre pretendió que este espacio fuera algo más “más que libros”: un espacio multidisciplinar. Un lugar donde comprar libros pero también sentarte a tomar el té, escuchar música, conectarte a internet, participar en sus tertulias, realizar talleres, apuntarte a algunos de sus clubes… o simplemente entornar los ojos y disfrutar del olor a libro.
En este encantador espacio, que hace hincapié en la literatura de los últimos tres siglos, clásicos modernos como “Matar a un ruiseñor”, libro que, según confiesa, se ha convertido inevitablemente en bestseller.
La librería está decorada con mucho esmero, con pequeñas ilustraciones preciosistas en su mayoría en blanco y negro (comenzando por su delicioso logotipo realizado por Sara Morante). Un espacio multidisciplinar en el que tomar un té con rosquillas, leer una buena obra o hablar de libros con sus clientes. Una librería que ha convertido la literatura clásica en el estandarte de la buena literatura, que ha convertido un espacio considerablemente reducido en un espacio con múltiples alas para volar.
Entre las actividades que organizan: presentaciones, talleres de ilustración, cuentacuentos, recitales, club de punto, exposiciones,…
En Atticus-Finch se respira un delicado encanto de las cosas bien hechas.
© de las imágenes Librería Atticus-Finch