Una vez más, el periodismo
Por: Juan Camilo Parra
El jurado encabezado por Juan Villoro, le otorgó al escritor bogotano Andrés Felipe Solano, el Premio biblioteca de narrativa colombiana. Después de una difícil elección donde también estaban los nombres de Juan Gabriel Vásquez, Tim Kepler y William Ospina, el bogotano se llevó el premio dotado de cuarenta millones de pesos, una escultura de un artista nacional y el reconocimiento como el mejor escritor colombiano en el 2015. El premio que cumple su segunda edición había dejado al también escritor bogotano: Juan Esteban Constain con el premio que resalta lo mejor de las letras en Colombia.
Andrés Felipe Solano estudió literatura en la Universidad de los Andes en Bogotá, antes de terminar su carrera sabía que no quería dedicarse a la docencia, como muchos de los literatos recién graduados de este país, que pasan gran parte de su vida enseñando el amor a la literatura en colegios y en algunos casos excepcionales, en Universidades. Andrés se enfatizó en la tarea de no realizar este noble oficio sino mejor, dedicarse a escribir y fue allí, en esa Universidad donde la poeta, profesora y amiga de Andrés: Piedad Bonnett, le abrió el camino del periodismo participando en la revista Cromos como reportero y luego, en la revistas: Soho, Semana, Gatopardo, Malpensante, The New York Time Magazine, Granta, entre otras. Fue ganador de premio Simón Bolívar de periodismo y finalista del premio FNPI por su crónica “seis meses con el salario mínimo” –Lea la reseña del libro-.
Pasado ya la primera década del nuevo milenio, Andrés Felipe Solano ya no se sentía a gusto en las salas de redacción, la experiencia vivida en su gran crónica, lo llevó a entender que su vida no estaba detrás de un computador y en reuniones de redacción, su vida iba un poco más allá, así que con un poco de suerte, una universidad de Corea le ofrece una beca literaria, en donde podía escribir y estudiar sin preocupaciones. Esto llegó después que fuera considerado por la revista Grata, como uno de los veintidós mejores narradores menores de treinta año en español.
Viajó a Corea, allí se instaló y se casó, después de la beca literaria volvió un tiempo a Colombia, luego España y así, estuvo en varios países escribiendo para diferentes revistas y tratando de volver a la escritura rigurosa para publicar su tercer libro. Este ejercicio solo llegó en el 2015, cuando después de mucho trabajo, publicó otro libro de crónicas: Corea apuntes desde la cuerda floja. Libro que le dio Premio biblioteca de narrativa colombiana. Libro publicado por la Universidad Diego Portales, esta crónica-novela, habla de la vida de Andrés en Corea, sus aciertos y desaciertos como escritor, los problemas políticos que se fraguan en estas tierras lejanas, la cultura y todo eso que a nosotros, como lectores de habla hispana, nos parece tan lejano e increíble. Este fue uno de los argumentos del escritor paisa Héctor Abad Fasciolince, el director del premio, quién afirmó que Andrés es uno de los grandes escritores de Colombia y el cual, tiene mucho aún por contar. En su posición como jurado, Juan Villoro expuso: “Este libro nos habla de un lugar lejano, vale la pena conocer un poco esta cultura asiática”.
Después del Premio Nobel de literatura para la crónica de Svetlana Alexievich, el periodismo sin querer, empezó a tomar un vuelo alto en los diferentes premios internacionales. Las crónicas, reportajes, historias narradas desde este campo de acción, están siendo consumidas por los lectores de una forma más amplia y llena de incertidumbre, y lo que es un poco más complejo aun, es esa línea entre periodismo y literatura que aún no está tan marcada como se pensaba hace un tiempo. Quizás Gabriel García Márquez tenía razón, “el periodismo es un género de la literatura”. Aunque habrá detractores de dicha frase, lo que es cierto es que una vez más, se le brinda un premio de literatura a un género diferente, a una forma de contar distinta la realidad en la que estamos sumergidos. Lea un fragmento del libro ganador: Corea Apuntes desde la cuerda floja.