¿Libros de autoayuda o de autoengaño?
Por Tery Logan.
Quizá hayas leído El Alquimista de Paulo Coelho, El monje que vendió su Ferrari de Robin S. Sharma o Tus zonas erróneas de Wayne Dyer, títulos de literatura de autoayuda que, con apenas dos décadas de recorrido, genera unos 2.000 nuevos títulos al año. Si para unos su contenido va a misa, para otros son un estigma. Sus detractores dicen que son simplistas, vacíos y dirigidos a personas poco inteligentes o con graves problemas de autoestima y sus defensores alegan que su bajo costo, su aplicabilidad en los problemas de la vida diaria y su orientación positiva son grandes ventajas para sus consumidores. ¿Cómo y por qué surgen? ¿Son útiles o son un engañabobos?
El término autoayuda viene del inglés selfhelp, referido a libros que surgieron como alternativa a las facturas del psicoterapeuta. Partimos de que sí, estás cansado de luchar contra tu rutina, crees que la vida no te corresponde como debiera y ansías descubrir qué camino seguir; necesitas oír que todo es posible, que no estás solo y que siempre hay un algo que puedes hacer por y para ti; y confías en el poder de la intención, aprendes a estimular tu voluntad sin descanso y exprimes tu creatividad, tal y como te indican con fórmulas varias para alcanzar la felicidad. ¿Así de fácil? ¿Seguro?
El secreto, que vendió 16 millones de copias y fue traducido a 40 idiomas, se basa en la Ley de atracción, que dice que todo lo que has logrado y adquirido ha sido a través de tus pensamientos. Interesante, ¿no? Esta idea, al igual que puede ayudar, también puede perjudicar. ¿Le dirías a un trabajador padre de familia en el paro que es pobre porque quiere y que lo que necesita es vencer sus miedos internos e insistir en sus sueños para que se hagan realidad? Y lo más importante, ¿quién y en base a qué nos encomienda a estas creencias?
Hay terapeutas de la corriente positivista y maestros del coaching que son médicos, psiquiatras o psicólogos pero otras, carecen de formación, por lo que evidencian que no es necesaria una formación específica ni ser un erudito para escribir autoayuda. Por esto, amigo lector, antes de seguir a pies juntillas sus consejos es importante conocer quién es el escritor, qué profesión tiene y qué sabe del tema. Así nos lo sugieren, de hecho, algunos expertos como José Luis Marín López, Presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología Médica que expone en el prólogo de su libro Este no es un libro de autoayuda que un problema general de este tipo de literatura es que ofrecen recetas para conseguir estados de cosas (felicidad, autoestima, enamorar o ser exitoso) que son erróneas plantearse como metas alcanzables mediantes procedimientos racionales. Parece absurdo intentar ser feliz de manera conceptual y consciente porque en realidad queremos cosas más concretas, como un ascenso, tener un hijo o acabar nuestra novela.
Cuando una persona compra un libro de autoayuda tiene una actitud hacia la reflexión, que ya es importante. La clave del éxito o fracaso de cualquier aprendizaje (libro, curso o taller) es poner en práctica de inmediato lo aprendido para interiorizarlo, ser perseverante y repetir las acciones aprendidas a pesar de que los resultados todavía no se aprecien. Por supuesto depende de si es el momento apropiado para avanzar en ese tema, si el miedo al cambio es demasiado intenso y bloquea las soluciones, si cree que va a perder algo valioso y prefiere soportar las dificultades…
En esta vida nada es gratis y hay que poner esfuerzo en lo que merece la pena y solo existe una ayuda efectiva: la nuestra. Nadie tiene el secreto de la felicidad y autoayudarnos es lo que hacemos diariamente con cada elección en nuestras vidas, gracias a las experiencias, los conocimientos y el instinto de supervivencia. Por esta razón, no basta con leer libros de autoayuda: tienes que ponerlo en práctica e implicarte en cambiar porque es nuestra percepción (y no la del otro) la que crea nuestra realidad. Cada uno sabe lo que mejor le conviene, y tendrá más éxito en el hallazgo del tesoro de la felicidad cuanto antes y mejor confronte sus problemas y descubra sus propias soluciones. Podemos conectar con el mejor psicólogo del mundo o con el mejor experto del tema que nos corroe, que si no tomamos la decisión de involucrarnos, de afrontar la situación tanto a nivel emocional como material, si no te arriesgas y lo das todo, el resultado será el fracaso. Y tú, ¿te atreves?
¡Qué bien! El artículo finaliza con palabras de AutoAyuda. Bastante imparcial el autor del mismo.
Y lo peor de todo es que quienes escriben este tipo de libros son incapaces de aplicar o seguir sus propios consejos. ¿ Cuántos de estos “gurus” de la autoayuda tienen una vida poco ejemplar y digna de mencionar ? Basta con echar una hojeada a la biografía de algunos de ellos para saber a qué me refiero. Por favor¡
Alan Watts, con su verborrea, murio a causa de los efectos de su alcoh6olismo que se ag5udiz´’o al final de su vida. El Wayne plag5i´’o las ideas de Albert Ellis, en su libro mas famoso y su vanidad le impidio reconocerlo nunca. Wayne fue tambien un alcoholico y al final de su vida vestia y se comportaba como un guru en estado de extasis constante rodeado de veneradores, lo que me resulta sospech6oso.