Cuestionario literario: NERE BASABE
Nere Basabe es, ante todo, escritora. Con Salto de Página acaba de publicar el Límite inferior, su segunda novela tras Clara Venus, publicada en el 2008 en Tropo editores. Como la mayoría de sus compañeros de catálogo en Salto de Página, Nere Basabe es una de las nuevas voces literarias a tener en cuenta. Forma parte de un grupo de escritores y poetas –Juan Gómez Bárcena, Luna Miguel, Juan Soto Ivars, Aixa de la Cruz, Paula Lapido, Elena Medel, Sara Moreno, José Serralvo, Jordi Nopca, Sara Mesa- que sin conformar generación alguna y con estilos narrativos y poéticos distintos, con referentes literarios no siempre asemejables, están conformando el futuro campo literario de nuestras letras. Con Nere Basabe, que firmará el próximo domingo día 31 en la Feria de Madrid (de 12 a 14 horas en la caseta de Atticus Finch y de 19 a 21 horas en la caseta de Salto de Página), inauguramos esta sección de cuestionario para escritores. Un cuestionario proustiano algo o muy revisado con el que tratamos de acercarnos al autor e invitar a descubrir sus obras. Dicho esto: conozcan a Nere Basabe y luego –y más importante- léanla.
¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Estar contento con lo que se tiene. Sin ser tan ambicioso, con un buen libro para leer y una buena compañía me conformo.
¿Cuál es su gran miedo?
El tiempo.
¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
Las virtudes nunca están de más.
¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)
Más que a mentir, tiendo a exagerar o adornar la realidad: no dejo que los hechos me estropeen una buena historia.
¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?
Tiendo más bien a ser incluso demasiado empática, y a decir cosas que pienso que a mi interlocutor le van a agradar. También meto la pata, claro.
¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?
La noche de Eurovisión, que estuve comentando el programa por Twitter con unas buenas amigas: luego me di cuenta de que la conversación era pública y tuve la tentación de arrepentirme. Volví a repetir la noche siguiente, con las elecciones municipales y autonómicas.
¿Qué es para usted la libertad?
Elegir voluntariamente los límites que uno se traza, y asumir la responsabilidad del ejercicio de esa libertad.
¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?
¡Pero si a mí no me conoce nadie! Aunque es verdad que de vez en cuando se te acerca alguien que sabe quién eres y tú no le conoces, o te ha buscado en google y sabe mucho más de tu vida que tú de la suya: eso siempre crea sensación de indefensión. Los años que viví en el extranjero, extrañamente, sí gocé de esa sensación de anonimato, más imaginaria que real, y la aproveché para hacer algunas locuras que nunca haría en mi ciudad.
¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?
Soy politóloga de formación y, durante muchos años, también de profesión. No puedo dejar de hablar de política ni aunque quisiera. Pero es cierto que, en la doble vertiente literaria, y puesto que no aspiro que me lean solamente lectores que comulguen con mi ideología, sí empiezo a tener un poco más de cuidado. Y desde luego siempre he tratado de no ofender las creencias de nadie.
¿Activismo público o compromiso privado?
El activismo público es sacrificado, requiere mucho tiempo y cansa. Lo envidio pero, por pereza o por desencanto, mi compromiso es cada vez más privado.
¿Informarse o ser informado?
Informarse, claro, siempre es mejor una actitud activa.
¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?
Es fundamental. Soy una adicta a la prensa diaria y la actualidad. En lo privado, también me empeño en saber incluso lo que me puede hacer daño. Creo que si uno no conoce todas las variables, no puede tomar la decisión más adecuada.
La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?
Ambas: sirve para estar más de modo más consciente en el mundo y, lamentablemente, también para separarse de él.
¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?
¡Los toros! Me resisto a considerar la tauromaquia un arte, pese a mi sentido amplio del concepto de cultura.
¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?
Cada vez más, estrictamente literarios. Me estoy volviendo una ignorante en el resto de las ramas artísticas. No puedo abarcarlo todo.
¿Un autor para releer?
Cualquiera de los que en su momento no me gustaron o no pude terminarlos. Cuando he dado segundas oportunidades, pasados los años, me he llevado gratas sorpresas.
¿Un autor recién descubierto?
Lydia Davis. Sara Mesa. Aixa de la Cruz.
¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?
“El Huésped”: una obra de microteatro que vi recientemente en Bilbao, de la compañía BlaStages Teatro, con guión de Iván Repila. Doce sillas en una cocina en penumbra y veinte minutos de terror literario.
La creación, ¿un arte, una pasión o un oficio que se puede aprender?
Fifty-fifty: hace falta tanto talento innato como perseverancia en el aprendizaje constante.
¿Todos podemos escribir un libro?
Para los que lo hacemos, resulta tan natural como respirar. Luego me cruzo a diario con testimonios de gente que asegura que no podría ni por todo el oro del mundo: me parece raro, pero no tengo por qué desconfiar de su palabra.
¿Todos podemos publicar?
Lamentablemente, eso está más difícil. La competencia es muy dura. Si uno no se rinde fácilmente, creo que al final se acaba logrando, con éste o con el siguiente manuscrito.
¿Todos podemos ser artistas?
Espero que no. Qué desastre de sociedad, si nadie produjese nada práctico.
El éxito, ¿personal o profesional?
Un equilibrio entre ambos, o te pasarás media vida lamentándote por el que te falta.
El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?
El éxito es la consecución de los objetivos que uno se ha marcado. Allá cada cual dónde se los sitúe.
¿Cuál considera que es su gran logro?
Tener un puñado de buenos amigos. Y no traicionarme demasiado.
¿Cuál es su lema?
No te rindas: siempre se puede fracasar mejor.