‘Las aventuras de la Princesa y el señor Fu’, de Patrick Rothfuss
Por Víctor G. (@libresdelectura)
“Este no es un cuento para niños”.
Así empieza esta obra tan insólita como chocante, tan sorprendente como excelsa. Nada malo puede salir de unas manos capaces de escribir algo como la serie Crónica del asesino de reyes, de la cual ya conocemos El nombre del viento y El temor de un hombre sabio. Este es Patrick Rothfuss, alguien lo suficientemente singular como para atreverse a formar su camino en la Universidad asistiendo únicamente a asignaturas que le interesen, sin matricularse en ningún estudio en concreto.
En esta obra se junta con los mágicos trazos de Nate Taylor, quien acompaña a las escasas palabras que componen la obra con unas pinceladas en total sintonía con la historia. El cuento trata acerca de una Princesa, la cual vive siempre pegada a su fiel osito de peluche, el Señor Fu. Todo parece perfecto en la vida de la Princesa, con una enorme cama cargada de pomposidad pero debajo de la cual vive un monstruo a quien no se atreve a hacer frente. La historia se basa en cómo evolucionan la Princesa y su miedo hacia este monstruo, en la difícil decisión de plantarle cara o no.
No queda más que decir que la historia sorprende a todo aquel que la lea, con sus tres posibles finales, con sus terroríficas historias, con la sorprendente Princesa. Coge al lector enamorado de Rothfuss y lo introduce en un mundo, en principio, totalmente distinto a sus anteriores obras. Y digo en principio, porque la esencia que hace engancharte a Rothfuss no desparece. Él hace lo que cree que debe hacer, lo que le dictan sus instintos. Puede pasarse lustros corrigiendo una obra que millones de lectores ya han imaginado entera en sus cabezas, puede hacer que alguien que no ha leído un libro en su vida devore más de 1000 páginas ‘kvothianas’, o puede dejar por un momento todo de lado y presentar un cuento macabro cargado de la ironía negra de Poe y disfrazado de cuento infantil. Porque, ¿no somos niños en cuerpos de adultos?
Un libro que trata sobre nuestros temores infantiles, que narra un cuento sin adornos, que rompe con las moralejas, con las falsas enseñanzas que componen los cuentos de hoy día. Un cuento repleto de humor, de humor negro, raro y confuso, cargado de escalofríos. Pero no podía ser de otra manera, así es Patrick Rothfuss.
“Esto no es un cuento para niños. Parece un cuento para niños. Tiene ilustraciones. Tiene un título almibarado. Los protagonistas son una niña y su osito de peluche. Pero todo eso solo es una fachada. En realidad, esto es un cuento para adultos con un sentido del humor un tanto siniestro que sepan apreciar los cuentos de hadas de los de antes”.