Una gran compañía canadiense representa en Madrid el “Testamento” de Vickie Gendreau
Por Horacio Otheguy Riveira
Es un acontecimiento excepcional. Un espectáculo insólito basado en una novela desgarradora y a la vez divertida, llena del anhelo de vivir de una joven bailarina que sabe que se encamina hacia la muerte, víctima de un cáncer que acabará destruyéndola. Un tumor cerebral. Palabras al viento en busca de un sentido de la existencia, de la vida y de la muerte sin parar de vivir, con la capacidad del creador que aspira a seguir vivo incluso siendo cenizas, carne devorada por la tierra, espacio sideral felizmente ateo o dichosamente creyente.
La vida y la muerte en un estado de apasionante energía escénica por el Théâtre de Quat’Sou, con sede en Montreal. Gente de teatro abierta a toda clase de experiencias con un repertorio muy completo en el que lo mismo hace un clásico que la adaptación de una película. En este constante movimiento hacia delante, el Testamento de Vickie Gendreau —que lo escribió en pleno tratamiento y que falleció meses después—, es una experiencia única, de una riqueza que fascina, inquieta, divierte; una función multimedia, donde todos los elementos modernos del teatro se dan cita sin descuidar lo esencial: la comunión con el público ante un hecho tan radicalmente emotivo e intelectualmente pletórico de ideas y propuestas poéticas y plásticas.
Vickie Gendreau (Montreal, 1989-2013) hizo su Testamento dirigido al mundo entero como testimonio vital con vocacion artística, como si en él las palabras escritas pudieran componer un paisaje nuevo donde resucitar de las muchas muertes que la joven padeció a través de un duro tratamiento, de intervenciones quirúrgicas, de mucha vida suspendida mientras entrelazaba la esperanza con la desesperación.
Un texto que ha sido escrito sin respetar fórmulas convencionales, a toda prisa, recreándose a sí misma, indagando en el personaje que era, más aquellos que deseaba haber sido, con la palpitante sinceridad de la creadora en estado puro, sin ornamentos, abierta en canal, entregándose hermosa y frágil, poderosamente bella en su cristalina juventud.
Una poética literaria singular que se expresa escénicamente con una poesía teatral que corta la respiración, con actores de gran ductilidad, imágenes proyectadas con esmero y una sucesión de impactantes sorpresas para un espectador español que, además, puede disfrutar de la lengua francesa nativa de los intérpretes, otra musicalidad que aportar al fenómeno teatral.
La vida corre rápido.
La muerte es su captura
A través de lo que deja en herencia a sus parientes y amigos, Vickie Gendreau nos sumerge en un creativo universo sin ataduras, donde su reacción ante su inminente muerte es múltiple, explosiva, con decidido afán de ponerse el mundo por montera.
Un arrebato que revela un fuerte deseo de vivir dando rienda suelta a todos esos locos impulsos de la existencia, propios de los últimos momentos, donde todo es todavía posible, donde la vida y la muerte organizan una fiesta fabulosa en la que todo es todavía posible…
Testamento (Una mirada al mundo)
Autora: Vickie Gendreau (1989-2013)
Adaptación y dirección: Eric Jean
Intérpretes: Marilyn Castonguay, Juliane Desrosiers-Lavoie, Étienne Laforge, Hubert Lemire, Olivier Morin, Jean-Philippe Perras, Dominique Pétin, Jade-Mariuka Robitaille
Escenografía: Pierre-Étienne Locas
Vestuario: Linda Brunelle
Iluminación: Marin Sirois
Producción: Théâtre de Quat’Sous (Montreal)
Fechas: Del 30 de octubre al 2 de noviembre de 2014
Lugar: Centro Dramático Nacional. Teatro Valle Inclán. En francés con sobretítulos en castellano.