Jane Austen, con orgullo pero ¿sin prejuicios?
Por Pilar Martínez.
Grandes tesoros de la literatura como “Emma” u “Orgullo y prejuicio” nacieron de su puño y letra, de su alma, y de su amor por la literatura. Muchos la definieron como una de las novelistas más destacadas de todos los tiempos, sin embargo para algunos sectores no fue digna de ser considerada una de las grandes de este género hasta entrado el siglo XIX.
Debido a los tiempos en los que vivió, en los que se formó como persona y escritora, Jane Austen se vio obligada a publicar algunas de sus obras bajo un seudónimo, sin embargo, estas fueron altamente conocidas y recibieron numerosas críticas. A pesar de ellas, la mayoría llevadas a cabo por parte de figuras importantes del gremio, los académicos del siglo XX la situaron como una de las escritoras más genuinas de la literatura inglesa, llegándola a comparar con grandes exponentes de este arte como William Shakespeare.
Con la llegada de Jane Austen, se produjo una revolución en el mundo de la literatura, y la inclusión de un nuevo estilo de novela en el mismo. El decoro y la moralidad fueron ingredientes imprescindibles para la elaboración de sus obras, derivados de la instrucción católica de su autora y la época en la que vivió. Sin embargo, para muchos escritores y analistas, la candidez y las pautas de buen comportamiento encontradas en las obras de Austen, eran simple y mera apariencia.
Estas posturas completamente contrapuestas, se han ido desarrollando y consolidando con el paso del tiempo, hasta el punto de que dichas obras se han visto sometidas a numerosas interpretaciones. La mayoría de los círculos académicos siempre han definido a Jane Austen como una escritora tradicional y conservadora, mientras que la crítica feminista más actual ha mostrado una visión completamente antagónica, argumentando la existencia un fuerte pensamiento feminista en sus obras, sobre todo en temas como la educación de la mujer, donde según señalan, la influencia de escritoras como Mary Wollstonecraft es altamente notable.
A pesar de que el estilo y la dirección a la que estaban dirigidas sus obras no ha sido definida de manera plena, su fama, reconocimiento, e influencia han traspasado los límites del tiempo. Hasta el punto de que algunas de sus obras han sido llevadas a la pantalla, suponiendo también un gran éxito en taquilla, “Orgullo y prejuicio” en 2004 o “Sentido y sensibilidad” en 1995 han sido algunas de las afortunadas. Si hay algo que podemos dejar en claro, es que a pesar de que no hay una opinión unánime sobre el sentido de las obras de Austen y su propio pensamiento, ni ellas ni nuestra autora ha dejado indiferente a nadie.
Los personajes creados por Austen, convertidos en claros iconos de la burguesía del momento, se hicieron un importante hueco en el mundo de la literatura. Con ellos, la autora intentó romper las barreras sociales impuestas durante la época, mostrando su oposición a la poca movilidad social que caracterizó aquellos años, y que ahondaron en la diferencia entre unos y otros.
Muchos analistas han definido las obras de Austen como autobiográficas en cierta medida, y solo en algunas partes de su época, así como un claro reflejo de la sociedad de su tiempo. La ironía empleada en sus novelas que sirvieron para dotar de cierta comicidad a las mismas, provocaron el nombramiento de Austen como uno de los clásicos imprescindibles en la literatura inglesa.
Con una gran descripción realista e ilustrada de los personajes y lugares que las conformaron, las obras de Austen tuvieron como motor_ al igual que la vida de la propia autora_ la primacía de sentimiento como el amor fraternal o la amista. De hecho su condición de soltera, le valió para poder observar y describir los males del amor, desde una perspectiva que le era totalmente ajena. Además de ello, la educación de la mujer también fue un pilar fundamental en todas sus construcciones, en las cuales abogó por una educación liberal, de la cual pudieran gozar todas las mujeres.
Jane Austen fue definida como una autora completamente aislada de otros escritores de su tiempo, y de la vida social y burguesía rural que conformaba la sociedad que la rodeaba. Sin embargo su múltiple correspondencia con varios amigos y familiares demostró posteriormente todo lo contrario. Autores como Samuel Richardson o Daniel Defoe entre otros influyeron en las obras y vida de Austen. Obras tanto polémicas como imprescindibles, y una vida, que a pesar de terminar a la prematura edad de 41 años, al igual que sus obras siempre trajo mucho de que hablar.
Unos hablan de una autora conservadora, otros la sostienen como una digna heredera del pensamiento feminista del gran icono que es Mary Wollstonecraft. Hoy en día las investigaciones y opiniones sobre el pensamiento de Jane Austen siguen sobre la mesa, y por supuesto en posiciones completamente enfrentadas. No sabemos cuando terminará este debate cuyos inicios se remontan a cientos de años atrás, lo que si podemos asegurar es que tanto Jane Austen como todas sus creaciones, seguirán obstentando un puesto de honor en el maravilloso mundo de la literatura.