Entre las sombras de Arissa
Por Magdalena Cabello.
Hasta el 14 de septiembre
Una muestra con más de 160 obras pertenecientes a Arissa, uno de los protagonistas de las vanguardias en fotografía, se exponen en el Espacio de la Fundación Telefónica. La colección hace referencia a sus tres etapas más relevantes desde sus orígenes y se podrá visitar hasta el próximo 14 de septiembre.
“Las figuras que componían sus cuadros estaban dominadas por la palabra mágica de Arissa”. Así sentenciaba un periodista en El progreso fotográfico a raíz de una entrevista a Antonio Arissa a finales de los años 20. De origen catalán y nacido en un año redondo, 1900, este autor formó parte de las vanguardias del primer cuarto del siglo XX provenientes de Europa y muy poco tratadas aún en España. Además, gran parte de su vida la dedicó a la imprenta que heredó de su familia, compaginando este trabajo con su gran afición por la fotografía.
Gracias al rescate de archivo, la restauración de negativos y la búsqueda de originales, la Fundación Telefónica ha lanzado esta exposición con más de 160 obras y fotogramas del autor, además de algunos tirajes y préstamos originales.
En su primera etapa, resalta el pictorismo tradicional y relativo a la realidad que le circundaba: el campo, su casa, la familia, la ciudad… A pesar de reproducir la vida cotidiana, los rostros expresivos, el modo de vida de las gentes, el punto de vista de Arissa tan particular, tan fijado en el detalle, hace de sus fotografías un punto de encuentro entre la expresión artística y el punto cotidiano de todos los seres humanos. Su relación con un grupo excursionista de la ciudad le permiten numerosas salidas al campo que aprovecha para desarrollar sus fotografías.
El movimiento pictoralista de sus primeros años, en los que funda incluso la Agrupación Fotográfica Saint-Victor, favorece su producción de tipo costumbrista adscrita a estas corrientes que le rodean. Sin embargo, poco le faltaría para entrar en un periodo de transición dominado por imágenes de tipo costumbrista pero con soluciones estilísticas próximas a la modernidad dejando paso a un nuevo tipo de fotografía, cuya corriente provino principalmente de Europa, sobre todo de Alemania.
La visión conceptual y la desaparición del carácter narrativo hacen de la idea el elemento principal de las imágenes creadas por Arissa. Es su etapa de madurez, en la que tampoco le harán falta grandes acontecimientos ni monumentos repletos de belleza artística, porque su propio punto de vista –buscando distintos encuadres, ángulos y sombras en el espacio- ya producen un arrebato en el espectador, una estética que profundiza en la mente del que mira, del que analiza un simple frasco o unos pinceles. Es decir, grandes imágenes a partir de objetos triviales donde la costumbre y la cotidianeidad se empiezan a relacionar directamente con el qué y el cómo se fotografía, tan propio de las nuevas vanguardias, cuando en España aún no se entendían muy bien estos nuevos movimientos, la gran mayoría provenientes de la Bahuaus.
Para completar la muestra, una serie de carnets pertenecientes a Arissa, pequeños álbumes con originales fotomontajes y revistas trasladan al espectador a una época en la que este célebre artista vivió y desarrolló su trabajo. Una obra original, repleta de luces y sombras, espacios sugeridos y sugerentes que Arissa supo encontrar en los lugares más inesperados.