Semana de coleccionismo y arte contemporáneo: Art Madrid 2014

Por Paloma Rodera.

Art Madrid es una feria de arte contemporáneo que se celebra en la capital, en el corazón de Madrid, en la plaza de Cibeles. El marco es inmejorable, un edificio, con una cúpula de cristal, lo que permite ver las obras con luz natural.

La feria se propone también como una alternativa al gigante ARCO, así como otras JustMadrid, por ejemplo.

Fue creada en 2006, y desde entonces se ha encargado de aportar innovaciones que al coleccionismo contemporáneo. Es una reflexión respecto al mercado del arte actual. También se estrechan lazos con otros países con menos posibilidades para desarrollar una labor artística como son los de América Latina o el continente asiático.

De alguna manera se respira algo distinto en este espacio, al igual que los visitantes que podemos encontrar paseando. Es, sin duda, una bocanada de aire fresco, en cuanto a organización, así como a las novedades que pueden verse en sus paredes.

En esta novena edición la feria cuenta con cuarenta y cuatro galerías y más de cien artistas contemporáneos. La muestra se organiza en torno a dos programas separados. Por un lado un programa general de galerías nacionales e internacionales, que se especializan en arte contemporáneo y emergente. El segundo programa, One Project está formado por ocho proyectos “sólo show”.

El hecho de que una serie de ferias dedicadas al arte contemporáneo confluyan en fecha y ciudad creo que permite hacernos reflexionar sobre aquello que concierte a los artistas y profesionales de este campo. ¿Cuál es la importancia social del arte? Siempre se habla de él como plataforma, como altavoz, herramienta de denuncia de situaciones, o depositario y buen comunicador de ideas, emociones, sentimientos. Una sociedad en crisis como la nuestra necesita, sin duda, del arte más que nunca. Es posible que sea, por su carácter, dirigido a un número reducido de personas cuya sensibilidad les permite apreciarlo, vivirlo. Pero lejos de que las experiencias estéticas para el público, el espectador o el visitante, se queden en anécdotas de ligera importancia, o en camarillas de unos pocos. Creo en el poder del arte y la necesidad de su expansión a toda la sociedad, que cualquiera pueda ser en determinados momentos consumidores de cualquier tipo de arte. Y esto, no es una labor política, al menos, no sólo, si no que una gran parte de la responsabilidad corre a cargo de los profesionales del arte, y en último término del artista.