Ocho de los mejores libros de viajes de la historia
Muchos de ellos son relatos autobiográficos que, con su maravillosa prosa generan deseos de acudir al lugar descrito. Aunado a las recomendaciones que puedas obtener en las guías de viaje, te recomendamos acceder al más personal y místico recorrido que puedas tener en tu vida: la lectura.
“Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta” de Robert M. Pirsig
Publicado en 1974, este libro que engaña un poco por su título, narra el viaje que emprenden un padre y su hijo por todo el país; utiliza metáforas relacionadas con la motocicleta para abordar cuestiones de educación, de estética y diseño en la línea de la llamada “metafísica de la calidad trascendente”. Sin ser un tratado budista, tiene cierta inspiración zen que formaba parte de la tendencia norteamericana de la época.
“Al salir una mañana de verano” de Laurie Lee
Escrito con una lírica romántica y sumamente descriptiva, este libro es el diario de viaje del autor, que realizó durante su juventud un recorrido por Londres y España sin más acompañamiento que su capacidad de asombro y un violín.
“Miedo y asco en Las Vegas” de Hunter S. Thompson
Más allá de ser un crónica de demencia, drogas y alcohol, este relato da cuenta del singular itinerario de “Gonzo” y Raoul Duke por el “país murciélago” (Las Vegas), convirtiéndose en el testamento de un periodista que ha inspirado y encantado a generaciones enteras por la forma irreverente en que desnudó la falacia del sueño americano.
“El dios de las pequeñas cosas” de Arundathi Roy
Un relato de cómo las experiencias que acumulamos a lo largo de la vida, forjan el comportamiento de las personas, aún lejos de sus raíces y tradiciones. Las historias de 2 gemelos que no se conocen hasta que cumplen 23 años, su madre y su hermano se entrelazan en un viaje que termina en Kerala, su tierra natal.
“En el camino” de Jack Kerouac
Este libro es una suerte de manifiesto de la beat generation. Seguimos a Kerouac y a toda su pandilla cruzando varios estados de la Unión Americana a través de la mítica carretera 66; tenemos aquí el relato por excelencia de la contracultura norteamericana donde se concentra la insatisfacción y la búsqueda de sentido de una generación que busca sobrevivir a una realidad inhóspita y desesperanzadora. Es también una fascinante metáfora de los viajes y la existencia.
“Notas desde una pequeña isla” de Bill Bryson
Un recorrido por lo largo y ancho de Gran Bretaña durante 20 años un norteamericano afincado en Inglaterra, cuenta en primera persona un viaje que hizo en 1995 desde Dover hasta el Norte de Escocia. La narración es tremendamente divertida cargado de fina ironía y comentarios sobre el ser y el estar de los británicos, sus peculiaridades y excentricidades que sabe reflejar con maestría.
“Fiesta” de Ernest Hemingway
Esta historia narra la excursión que realizan un grupo de americanos a Pamplona, en la década de los 20’s. A bordo del tren, surgen tensiones afectivas que van dando pauta a episodios que reflejan el sentir de una generación desmoralizada por los efectos de la guerra. El ambiente del Parísrive gauche y las descripciones de las corridas de toros, crean una atmósfera realista matizada con amores imposibles e ilusiones perdidas.
“La Isla” de Alex Garland
Richard es un joven que va a Tailandia en busca de aventuras y, junto con una pareja francesa, van en busca de un tesoro perdido. El autor nos regala un relato donde convergen el caos, la locura y la paranoia de las personas inmersas en un idealizado edén. Existe una versión cinematográfica que poco se apega al libro, dirigida por Danny Boyle y protagonizada por Leonardo Di Caprio.
Fuente. The Wow
¿Por qué ocho? Así quedan fuera algunos títulos esenciales y pertenecientes a la literatura no escrita en lengua inglesa. ‘La muerte en Venecia’, de Thomas Mann, por ejemplo.